Cuatro cruceros para unas vacaciones sin arruinarse
En barco y con paradas en ciudades tan apetecibles como Atenas, Corfú, Dubrovnik, Copenhague, Helsinki, San Petesburgo, Cerdeña o Ibiza. Este verano se imponen los cruceros

Es una opción completa, atractiva y agradable. Pensar en las vacaciones de verano y optar por un crucero es una alternativa que cada vez tiene más adeptos, además de cómoda e increíblemente seductora. Según un informe de la Cruises Lines International Association, el año pasado más de 25,3 millones de viajeros optaron por un crucero. Una cifra que se prevé que este año llegue a los 27,2 millones en una tendencia al alza constante desde 2007. Es más, los cruceros ofrecen cada vez más alternativas (tanto en rutas como en opciones que van desde la aventura a los fluviales, que se han popularizado en los últimos años, o gastronómicos) y es un tipo de viaje que se está abriendo también a las nuevas generaciones más jóvenes.
Elegir un crucero para las vacaciones veraniegas es prácticamente sinónimo de elegir un viaje personalizado. Ofrecen un plan a medida para cada viajero porque los que prefieren descansar pueden quedarse tomando el sol en la cubierta o en el spa; los que aman el turismo y patear ciudades pueden visitar varias en poco días sin necesidad de hacer y deshacer diez veces la maleta; los que viajan en familia tendrán muchas actividades y los que valoran la parte gastronómica pueden disfrutar de buena cocina, cócteles y fiestas nocturnas. Además, los hay por el Mediterráneo, por islas, por el Norte de Europa o por el Caribe. Solo tienes que saber qué países quieres visitar. Mientras, aquí te proponemos cuatro ideas con precios muy competitivos.
En barco por el Mediterráneo

Los cruceros por el Mediterráneo son probablemente los más conocidos en España. Hay opciones muy interesantes que recorren Italia, Cerdeña y las islas Baleares. Saliendo desde Tarragona, este viaje recala en ciudades como Savona, una preciosa localidad del norte de Italia que ofrece desde magníficas playas hasta atractivos artísticos como su Capilla Sixtina, que fue proyectada por Sixto IV; la Torretta en Piazza León Pancaldo; la Catedral de Santa María Assunta o la Iglesia de San Juan Bautista y, sobre todo, la fortaleza Priamar, del siglo XVI, y la Pinacoteca Cívica. Además, Savona está a escasos 45 km. de Génova, por lo que la ciudad célebre por los amantes shakesperianos es una buenísima excursión para pasar el día.
En Cerdeña, los cruceristas paran el Olbia, una de las ciudades más características de la Costa Esmeralda que, no en vano, es conocida como 'la ciudad feliz'. Además de sus espectaculares playas, aún se pueden ver los vestigios de su pasado romano y cartaginés. Desde ahí, el crucero se dirige a las islas Baleares. En concreto, a Mahón, Ibiza y Palma de Mallorca, tres destinos que aúnan una playas de infarto y múltiples atractivos turísticos y gastronómicos. Todo esto sumado a la completa oferta del barco que va desde spa, jacuzzi, salón de belleza, casino, tiendas, teatro, sala de exposiciones, discoteca, piscinas, pistas de baloncesto o tenis, gimnasio o zona infantil. Hay opciones económicas para hacer un crucero por Italia, Cerdeña y Baleares, como esta que ofrece Nautalia, con salida y regreso desde Tarragona y con pensión completa a bordo, desde 365 euros (tasas no incluidas: 200 euros).
Las joyas del sur

Historia, arte y playas se funden en este crucero con paradas tan atractivas como Atenas, Corfú, Dubrovnik, Venecia o Trieste. El Adriático está plagado de localidades pintorescas, costas mágicas y un mar tan azul y cristalino que parece de fotografía. Todos estos alicientes son los que reúne el Rondó Veneciano de Pullmantur Cruceros, que con vuelos, traslados y todo incluido a bordo, ocho días navegando desde Atenas y hasta Trieste desde 599 euros (más tasas, 210 euros).
Además de la navegación y las playas, un crucero como este permite muchas visitas turísticas que van desde una parada en la imponente Acrópolis griega en Atenas a otra en las magníficas playas jónicas de Corfú o en el monasterio de Ostrog de Bar (Montenegro). La urbanita y viabrante Dubrovnik merece un día de excursión, al igual que para otro disfrutar del órgano del mar o los templos románicos de Zadar (Croacia) y, claro está, hay que dejarse enamorar por los canales, los puentes, la plaza de San Marcos o las postales que regala la siempre preciosa Venecia.
Fiordos noruegos

Las joyas del norte de Europa son otra elección estupenda para estas vacaciones. Con salida desde Warnemünde, en Alemania, un crucero por los Fiordos Noruegos recorre ciudades tan mágicas como Copenhague, las localidades noruegas de Hellesylt, Geiranger, Bergen y Kristiansand y la danesa Aarhus para volver al balneario a orillas del Báltico de Warnemünde. Durante esta travesía de ocho días, el viajero podrá visitar la espectacular capital danesa, parando en su pintoresco canal de Nyhavn con sus casitas de colores o hacerse una foto frente a su célebre Sirenita. Aarhus, la segunda ciudad del país, destaca por su arquitectura de diseño, con el ARoS Aarhus Kunstmuseum o el Iceberg del barrio de Aarhus Docklands como vanguardistas puntas de lanza.
Ya en Noruega, se impone una ruta por sus espectaculares fiordos, esos impresionantes valles de gran profundidad en forma de U y en los que la naturaleza explota en todo su esplendor. En las localidades de Hellesylt y Geiranger se ubican en los fiordos de Sunnylvsfjord y Gerirangerfjord, respectivamente. De hecho, este último está protegido por la UNESCO como Patromio de la Humanidad y es uno de los más majestuosos del país. Bergen y Kristiansand, por su parte, son grandes opciones para el turismo urbanita y para dejarse deslumbrar por su gastronomía, con el salmón a la cabeza. Todo esto con ofertas como esta de Nautalia, que incluye vuelos, traslados y pensión completa a bordo, desde 849 euros (más las tasas de 200 euros).
Un paseo por el Báltico

Estocolmo, Helsinki, San Petersburgo y Tallin son las paradas del crucero que recorre las Joyas del Báltico. Cuatro países y ocho días para recorrer lo mejor de la arquitectura y disfrutar de la mejor gastronomía de Suecia, Finlandia, Rusia y Estonia. Para no perderse, en Estocolmo no hay que dejar de ver su casco histórico, llamado Gamla Stan, el Museo Vasa y subir a la torre del Stadshuset para contemplar sus maravillosas vistas. Helsinki, por su parte, es una ciudad vibrante y llena de vida con un archipiélago compuesto por 330 islas, entre las que destaca la impresionante Soumenlinna, una isla fortaleza que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La magnitud y magnificencia de la ciudad San Petersburgo, o Piter como la conocen sus habitantes, la convierten en una de esas capitales que hay que visitar una vez en la vida. Hay paradas obligatorias como el Museo Ermitage, pasear por los canales y puentes del río Neva, la catedral de San Isaac y sus vistas desde su cúpula dorada, la iglesia del Salvador, la avenida Nevsky que Gogol definió como "el canal universal de comunicación de San Petersburgo" o la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Por último, Tallin es una ciudad medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad, que esconde rincones tan emblemáticos como la Puerta Viru, la Plaza del Ayuntamiento, el castillo y el mirador de Patkuli o la catedral ortodoxa de Alexander Nevski. Cuatro ciudades para exprimir al máximo sin necesidad de cambiar la maleta en un crucero, que incluye vuelos, traslados y pensión completa a bordo, desde 929 euros (tasas de 200 euros no incluidas).