Yo reciclo, tú reciclas, nosotros reciclamos… todos ganamos

Con una sola botella de Lanjarón bien reciclada puede fabricarse otra botella. La marca continúa apostando por la economía circular

No podemos seguir viviendo en este planeta como si hubiese otro al que ir». Es imposible que esta advertencia de Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, la empresa que fabrica ropa con la basura de los océanos, no active todas nuestras alarmas. Pero por si acaso, también hablan las cifras: cada español genera unos 450 kilos de residuos al año según Ecoembes, la organización encargada de la recogida de envases en nuestro país. Si no hacemos nada para impedirlo, alerta el Banco Mundial, los desechos de todo el mundo crecerán un 70% en 2050 alcanzando los 3400 millones de toneladas.

El plástico es el residuo que más nos preocupa. Lo asegura el divulgador y consultor en sostenibilidad Miguel Aguado: «El gran reto es eliminar los residuos de usar y tirar». Y ya hemos  dado el primer paso porque en 2021 la normativa europea prohibirá los plásticos de un solo uso y diremos adiós a las pajitas. 

Los consumidores tenemos la responsabilidad de elegir productos sostenibles, pero para poder hacerlo, las empresas tienen que fabricarlos. Quien lleva años de ventaja en su apuesta por la preservación de la naturaleza es Lanjarón, de Danone. En 1982 fueron los primeros en dar el salto del PVC al plástico PET, 100% reciclable y muy ligero, que permite la eficiencia energética durante su transporte.

El agua más circular de Lanjarón

El 100% de los beneficios que se obtienen con esta botella se destinan a financiar acciones contra el abandono de residuos en la naturaleza

Su compromiso con la sostenibilidad continuó y desde 2016 todos los envases de la marca tienen al menos un 15% de plástico reciclado. Dando un paso más, Lanjarón concentró sus esfuerzos para alcanzar otro hito en 2018 cuando comercializó su primera botella fabricada en un 100% con plástico reciclado. Esto significa que esta botella proviene de los residuos que se han depositado en el contenedor amarillo. La marca contribuye así a la economía circular, dejando de usar los recursos como si fueran finitos y apostando por darles una segunda vida y volver a hacer botellas con ellos.

Más recientemente, Lanjarón acaba de dar un paso más con esta botella, pasándola del color rojo a transparente, para aumentar así su reciclablidad. Los beneficios que se obtienen con esta botella se destinan a la financiación de diferentes acciones de lucha contra el abandono de residuos en la naturaleza y, por lo tanto, para la conservación del medioambiente. Así, gracias a esta botella, ya se ha llevado a cabo iniciativas ecológicas como Por más metros de costas limpias, en la Albufera de Valencia, y Para que la basura no llegue al mar, en el litoral andaluz, donde se han recogido más de 2,6 toneladas de residuos.

Cuidar el planeta para cuidar a las personas

Si se cumplen los peores presagios, en el año 2050 habrá más plásticos que peces en el mar

El agua que embotella Lanjarón procede de un lugar único y privilegiado: el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, que la UNESCO declaró Reserva de la Biosfera en 1986, y gracias a este nombramiento se mantiene a salvo de la contaminación, lo que garantiza que el agua sea completamente pura. Lanjarón protege la naturaleza porque su agua es eso mismo: naturaleza. Así que además del compromiso por fabricar los envases más sostenibles del mercado, la marca se implica en distintos proyectos que ponen el foco de atención en la protección del planeta. Uno de ellos es  “Monte del Siglo XXI”, que surgió a raíz del incendio de 2005 en Sierra Nevada, y que trata de visibilizar la importante función de los parques naturales para el medio ambiente. Así como la Fundación Lanjarón, que contribuye a la preservación del origen.

La marca de Danone coopera con otras entidades con las que comparte valores. Ha firmado un acuerdo de colaboración anual con Ecoalf para poner en marcha proyectos destinados a la conservación del planeta. Lanjarón también trabaja con Ecoembes en el desarrollo de envases cada vez más sostenibles, por eso la marca de agua mineral natural aparece en el buscador de buenas prácticas en diseño que Ecoembes incluye en su página web.

En marzo se inauguró la primera planta de selección de envases domésticos para reciclarlos y reutilizarlos en la creación de nuevos envases. Es el proyecto ReNueva, desarrollado por Aguas Danone España, junto con Ecoembes, la Fundación Trinijove y el fondo Danone Ecosystem, que tiene además un trasfondo solidario porque el proceso se lleva a cabo por personas en riesgo de exclusión social para que puedan empoderarse a nivel profesional.

Toda una trayectoria apostando por la sostenibilidad y el cuidado del planeta le ha valido a Lanjarón el reconocimiento como empresa B Corp, que destaca a las marcas que no se preocupan únicamente por su rentabilidad sino que también se esfuerzan para ofrecer soluciones a problemas sociales y medioambientales.

Con la mirada puesta en el futuro

Y esta preocupación por la salud del planeta no se detiene nunca. Por eso la marca se ha fijado dos grandes objetivos para 2025: el primero es convertirse en una marca 100% circular en la que todos sus envases estén hechos de plástico 100% reciclado y 100% reciclable. Su segundo propósito es ser neutra en carbono. Es decir, que todas sus emisiones sean netas y neutrales, consiguiendo así una menor afectación del cambio climático. El agua de Lanjarón es pura, como también lo son sus valores. Parece que el antropólogo Loran Eiseley estuviera pensando en Lanjarón cuando afirmó que «si hay magia en este planeta, está contenida en el agua».