Descubre en 5 alojamientos la alternativa energética del turismo sostenible
Las calderas de biomasa emiten mucho menos CO2 a la atmósfera que las tradicionales gracias al uso de restos agrícolas y forestales como combustible. Una apuesta por el medioambiente que cada vez valoran más los viajeros e incrementa su sensación de bienestar.
Cada vez son más las personas que, a la hora de elegir dónde pasar sus vacaciones, no solo se fijan en el clima, la gastronomía, la autenticidad o las actividades que puedan realizar allá a donde van. Gracias a la mayor conciencia medioambiental que todos estamos adquiriendo, más y más viajeros tienen en cuenta el impacto que tendrá su actividad turística en la naturaleza.
No es para menos. Cada vez estamos más preocupados por los efectos que el cambio climático está teniendo no sólo en nuestras vidas, también en los viajes. Además, ser respetuosos con el medioambiente añade una capa extra de disfrute, incrementa nuestro bienestar y la sensación de conexión con el entorno natural al sentir que contribuimos a su conservación.
En este sentido, el papel de los hoteles y alojamientos de todo tipo por adaptar su funcionamiento a los nuevos tiempos es crucial. Los establecimientos hoteleros pueden contribuir a reducir la huella de carbono desde muchos ámbitos como controlando el impacto ecológico de sus suministros o consumiendo energía de fuentes renovables.
Las ventajas de las calderas de biomasa
Otra forma muy efectiva de reducir las emisiones de CO2 es la utilización de calderas de biomasa. Equipamientos que ofrecen varias ventajas significativas en comparación con las calderas convencionales que funcionan con combustibles fósiles como el gas natural, el petróleo o el carbón.
En primer lugar, la biomasa es una fuente de energía renovable, lo que significa que su suministro es más sostenible a largo plazo. La combustión de biomasa, además, tiende a producir menos contaminantes atmosféricos nocivos, lo que contribuye a una mejor calidad del aire y a una menor contaminación local.
Otra ventaja clave es que el uso de biomasa como combustible a menudo implica el aprovechamiento de recursos locales, lo que puede beneficiar a las economías de la zona y reducir la dependencia de combustibles importados.
La flexibilidad de combustible de las calderas de biomasa también es una ventaja, ya que estas pueden funcionar con diversos materiales orgánicos como cáscaras, huesos, frutos, ramas, así como con residuos industriales como el serrín, lo que proporciona diferentes opciones según la disponibilidad local y las preferencias del usuario.
Por último, el uso de biomasa como combustible puede ayudar a reducir la acumulación de residuos orgánicos al aprovecharlos como recurso energético, lo que contribuye a prácticas más sostenibles de gestión de residuos.
Debido a todos estos factores, el consumo de biomasa en nuestro país no para de crecer. Según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), en 2022 el consumo de biomasa en España alcanzó los 48,1 millones de MWh. Esta cifra representa un aumento del 6,7% respecto al año anterior.
Una opción que está ganando adeptos
Cada vez hay más establecimientos hoteleros que optan por este tipo de equipamiento para reducir su impacto ambiental. En el caso de Paradores, se cuenta con un ambicioso Plan de Sostenibilidad, que aboga por convertirse en una compañía neutra en carbono que mide y reduce su huella desde hace cinco años, gracias a medidas de eficiencia energética y a la implantación de energías renovables, como algunas calderas de biomasa. De hecho, su estrategia contempla que el 100% de la energía eléctrica que se consuma provenga de fuentes renovables. Además, desde 2019 eliminaron los plásticos de un solo uso de las habitaciones y en sus cocinas se prioriza el producto de cercanía.
Varios de sus singulares alojamientos, emplazados en entornos naturales excepcionales, cuentan con este tipo de instalaciones de biomasa que utilizan como combustibles restos agrícolas y forestales. Una alternativa verde que seguirá extendiéndose con el tiempo a otros establecimientos de la cadena.
Por lo pronto, hoy hablaremos de cinco de ellos. Lugares excepcionales donde pasar unas vacaciones inolvidables, llenas de experiencias únicas.
Ecos del románico y riqueza natural
Emergiendo como un refugio en medio de un espacio natural intacto y ofreciendo una vista panorámica impresionante de la Montaña Palentina y del pantano de Ruesga, podemos encontrar el Parador de Cervera de Pisuerga.
El alojamiento, que cuenta con calderas de biomasa para la calefacción y el agua caliente, se toma muy en serio el compromiso con la sostenibilidad. A través del programa "Naturaleza para los Sentidos", ofrece una gama de actividades de turismo rural que permiten a los visitantes conectarse con el entorno y respaldar el desarrollo local.
Desde descubrir los tesoros del románico de la región hasta visitar colmenares, explorar senderos naturales, degustar la gastronomía local o sumergirse en el taller de un herrero tradicional, cada experiencia promete cumplir el propósito principal: desconectar, disfrutar y contribuir al desarrollo medioambiental.
Naturaleza salvaje y mucha historia
También enclavado entre montañas, el Parador de Gredos es un monumento histórico célebre por ser el primer Parador en abrirse y porque fue allí donde se redactó el borrador de nuestra Constitución.
Lejos de acomodarse en el pasado, el establecimiento se ha actualizado, abrazando la biomasa para su calefacción y agua caliente, e instalando puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Con una amplia gama de actividades que ofrecen una inmersión respetuosa y sostenible en la naturaleza más salvaje, este Parador sirve como punto de partida para explorar la exuberante vida silvestre de la zona. Desde caminatas para avistar aves hasta paseos a caballo por el paraje de Hoyo del Espino. La exploración de las praderas, pinares y riachuelos del lugar, o del pasado histórico y geológico del entorno, invitan a encontrarse con uno mismo en este paraíso verde.
Senderos protegidos bajo un increíble manto de estrellas
Respirar el aroma del mar y del bosque en la provincia de Huelva es todo un lujo y no hay mejor lugar para hacerlo que el Parador de Mazagón, un establecimiento que ha adoptado la biomasa como fuente de energía renovable.
Adherido a la Carta Europea de turismo sostenible del Espacio Natural de Doñana y situado en medio de pinos, dunas y naturaleza virgen, este Parador es un refugio que invita a la tranquilidad y al bienestar, especialmente en su área de wellness.
Sus alrededores ofrecen una red de senderos protegidos por los que puedes caminar o recorrer en bicicleta, mientras que actividades como el yoga suman todavía más a la experiencia de conexión con la naturaleza y a un ambiente relajado y meditativo.
Por si esto fuera poco, el Parador cuenta con el sello Starlight, por el que ofrece actividades nocturnas de observación de las estrellas para sensibilizar sobre la importancia de mantener los cielos limpios, ofreciendo así una experiencia maravillosa tanto para los huéspedes como para el planeta.
Castillos templarios y riquezas naturales a un paso de Galicia
En León, pero ya muy cerca de Galicia, Villafranca del Bierzo es un punto perfecto para iniciar el Camino de Santiago y disfrutar de la rica gastronomía local. En su Parador, además podremos darnos un chapuzón en cualquiera de sus dos piscinas, una al aire libre y la otra climatizada. Todo ello apostando por los combustibles de biomasa y utilizando placas solares para calentar el agua.
El Parador está muy cerca de la población de Villafranca del Bierzo, cuyo casco histórico ha sido declarado Monumento histórico-artístico, y también del paraje natural de Las Médulas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, o del Parque Natural Sierra de la Encina de Lastra. La zona también cuenta con otros lugares de visita imprescindible como el Castillo de los Templarios de Ponferrada o el Campo del Agua de Ancares, entre otros.
Gastronomía, amor y sostenibilidad
Teruel es una de las joyas escondidas de nuestro país. Además de disfrutar de la propia ciudad de Teruel y revivir la historia de sus amantes, el viajero también se puede acercar a Dinópolis, una alternativa de ocio perfecta para toda la familia; a Albarracín, uno de los pueblos más bonitos no solo de la zona, sino de toda España; y a su maravillosa sierra.
El Parador de Teruel es un palacete mudéjar, con unos preciosos jardines y piscina de temporada, que ha optado por las calderas de bajas emisiones de CO2, ofreciendo una opción de energía moderna y segura.