La guerra camina hacia su cronificación
Los servicios de inteligencia occidentales adelantan que el fracaso de la estrategia rusa y la inesperada resistencia de los ucranianos conducirán hacia una contienda larga
anje ribera
Sábado, 30 de abril 2022
La segunda semana de marzo, cuando se cumplieron dos desde que Rusia invadió Ucrania, los servicios de inteligencia de Estados Unidos, tan denostados tras el 11-S y de nuevo admirados por predecir este conflicto, anunciaron a los miembros de la Unión Europea que la guerra podría prologarse bastante en el tiempo. Unos días más tarde el presidente español, Pedro Sánchez, trasladó esta información a sus homólogos autonómicos en la conferencia que mantuvieron en la isla de La Palma una vez que el volcán de Cumbre Vieja dejó de vomitar lava.
Sánchez incluso advirtió a los líderes regionales del riesgo de que pudiera cronificarse en el tiempo y también les adelantó que el enfrentamiento bélico acogería numerosos crímenes de guerra y lesa humanidad. Todo ello se ha materializado y cuando se cumplen 67 días del inicio de las hostilidades la conflagración se enquista. Rusia ha cosechado un sonado fracaso en su intento de conquistar el país vecino con celeridad, a la imagen de la Blitzkrieg (guerra relámpago) nazi. Ninguno de los objetivos iniciales se ha logrado. Ello ha obligado al Kremlin, lastrado por múltiples problemas logísticos y la resistencia ucraniana, a modificar su estrategia y a reducir expectativas.
La contienda tiende a alargarse, según vaticinan algunos expertos en análisis militar. Varios años podrían ser necesarios hasta firmar un armisticio. Es probable que desde Moscú se anuncien victorias sin reconocimiento internacional. También que se conforme con la conquista de los territorios prorrusos de Donetsk y Lugansk, y que incluso el conflicto se introduzca en una fase de hibernación, como ya ocurrió en el Donbás, el corazón industrial en el este del país presidido por Volodímir Zelenski, que ha acogido combates de baja intensidad desde hace casi dos décadas.
Desde Estados Unidos se mantiene que Vladímir Putin podría conformarse con la anexión de esta región, como ya hizo hace ocho años con la península de Crimea. Pero la mismas fuentes aseguran que no lo tendrá fácil por problemas de logística que incluso han obligado al Kremlin a posponer algunas operaciones en la región, parcialmente controlada por separatistas prorrusos. Esta ralentización refleja, según el Pentágono, el intento de evitar el estiramiento de las líneas de suministro ante la feroz resistencia local.
De la misma opinión es el servicio de inteligencia del Ministerio de Defensa británico. Sus informes adelantan que Rusia deberá enfrentarse a «desafíos considerables». «Se han visto obligados a fusionarse y redesplegar unidades dispares y mermadas de los avances fallidos en el noreste. Muchas de estos contingentes probablemente sufran una moral debilitada», relata.
Falta de coordinación
Dicho documento también adelanta que el Kremlin «espera rectificar los fallos que han limitado previamente su invasión al concentrar geográficamente el poder de combate, acortar las líneas de suministro y simplificar el comando y el control». El ministerio agrega que las fuerzas de la Z se enfrentan a «graves deficiencias en la coordinación táctica», a una «falta de habilidades a nivel de unidad» y un «apoyo aéreo inconsistente».
Según un alto cargo de la OTAN, Rusia solo ha tenido avances «menores» e «irregulares» porque los ataques aéreos no han logrado allanar las barreras terrestres.
«Los bombardeos solo destrozan viviendas y la infraestructura civil», denuncian en el Donbás
Por todo ello, el Gobierno de Kiev mantiene que el asalto ruso al Donbás «no ha tenido éxito», como tampoco lo tuvo el intento de tomar la capital. «Los bombardeos de artillería solo destrozan viviendas y la infraestructura civil, dejando a los ciudadanos sin energía eléctrica ni agua», relatan desde el Ayuntamiento, mientras que el Ministerio de Defensa sostiene que sus tropas repelen sin problemas los ataques en Donetsk y Lugansk.
«Acabar con toda la vida»
El propio Zelenski denunció este sábado que el objetivo de las tropas rusas es «acabar con toda la vida» en la región. «Los brutales bombardeos constantes contra barrios residenciales son la prueba de que quiere desertizar este territorio». «Son los herederos ideológicos de los nazis los que han iniciado una guerra contra nuestra tierra», afirmó en un mensaje de vídeo.
En esta lucha contra las infraestructuras, el aeropuerto de Odesa, en el sur, fue blanco de un misil que destruyó su pista sin ocasionar víctimas, según anunció el gobernador de la región, Maxim Marchenko. El Ejército ruso dijo que el ataque con «proyectiles de alta precisión» estuvo dirigido contra un importante depósito de armas entregadas a Ucrania por Estados Unidos y países de la Unión Europea (UE).
La jornada también tuvo su habitual cita con el terror. Las autoridades Kiev informaron del hallazgo de tres hombres muertos en una fosa cerca de Bucha, en la localidad de Myrotske, ocupada durante semanas por las fuerzas del Kremlin. Los cadáveres tenían las manos atadas y los ojos vendados, indicó en un comunicado el jefe de la Policía, Andriy Nebytov. «Las víctimas fueron torturadas durante mucho tiempo. Al final, cada una recibió un disparo en la sien», precisó. Este área colindante con la capital se convirtió en símbolo de las atrocidades de la guerra desde el hallazgo a inicios de abril, tras la retirada rusa, de decenas de cuerpos sin vida de civiles esparcidos por las calles.
Moscú descarta ayuda externa para los corredores humanitarios
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó este sábado que la organización y puesta en marcha de corredores humanitarios en Ucrania no precisa de la colaboración de ningún país u organización externa. «No hay necesidad de que nadie ayude a abrir corredores humanitarios. Solo hay un problema. Los corredores humanitarios, que se anuncian a diario, son ignorados por los ultranacionalistas ucranianos», subrayó.
En esta línea dijo que desde Rusia se tiene en valor el interés del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para con este tema. «Acordamos que su gente junto con el Ministerio de Defensa coordinarán la entrega de los convoyes humanitarios», afirmó.