Los «nazis» del Batallón de Azov que Putin aupó como héroes
Los ataques rusos han convertido a Andriy Biletsky y Denis Projipenko en la última defensa de Mariúpol y muchos dejan de mirarles con desprecio para admirar su lucha
Helena Rodríguez
Lunes, 18 de abril 2022
La cuenta de Telegram de Andriy Biletsky denunciaba este pasado miércoles el uso de armas químicas por parte del Ejército ruso en Mariúpol. En la asediada ciudad, Denis Projipenko resiste atrincherado con sus hombres, rodeado por tropas chechenas. No son dos varones cualquiera, ni peones sin más de la lucha que mantienen desde hace siete semanas ambos países. Son dos piezas muy importantes en esta contienda y los dos líderes más destacados del Batallón de Azov, el grupo paramilitar ucraniano de ideología nacionalista y ultraderechista. A ellos se refería Vladímir Putin cuando acusaba a Ucrania de ser un «nido de nazis». Su ataque les ha convertido en la última defensa de los ciudadanos que siguen atrapados y muchos han dejado de mirarles con desprecio para admirar su lucha y agradecer su defensa.
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Andriy Biletsky, un historiador de 43 años muy conocido en los círculos de la extrema derecha, fundó la unidad en 2014. Integrada inicialmente por voluntarios, cuando comenzaron los movimientos separatistas en Donetsk y Lugansk, se unieron a la defensa de Ucrania. Aquel verano participaron en la reconquista de Mariúpol, en otoño ya funcionaban como un regimiento profesional y poco después entraron a formar parte de las fuerzas de defensa ucranianas y de la Guardia Nacional. Están, por tanto, a las órdenes del Gobierno de Kiev.
El origen del polémico batallón hay que buscarlo en la organización Patriotas de Ucrania, creada en 2005 por el propio Biletsky. En su base ideológica no faltan ni el supremacismo blanco, ni las ideas antiinmigración, según corrobora un informe publicado por el Centro para la Seguridad Internacional y la Cooperación de la Universidad de Stanford.
Papel destacado
Natural de Járkov, es uno de los creadores del movimiento Pravy Sektor-Sector Derecha, que tuvo un papel destacado en la revolución del Maidán. En 2019, ya alejado del mando del Azov, lo intentó en política pero su partido, Cuerpo Nacional, no logró representación. Luego desapareció de la escena pública. Hasta que Putin atacó Ucrania el pasado 24 de febrero.
Su mano derecha es el no menos controvertido Denis Projipenko, que ha pasado de ser uno de los más exaltados ultras del Dinamo de Kiev a ser un héroe nacional de Ucrania. Comandante en el Batallón de Azov, lidera actualmente la defensa de Mariúpol. Moscú no oculta sus ansias de acabar con él. Y no es de extrañar ya que lleva años luchando contra los rusos en primera línea del Donbás.
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A lo largo de la contienda se ha dicho en varias ocasiones que había sido eliminado, pero hace pocos días salió a la luz para dar testimonio de que seguía con vida y de que la situación en Mariúpol es desesperada. «Estamos haciendo milagros». Con esa frase describe cómo está siendo la resistencia en la ciudad portuaria. El 19 de marzo, el presidente Volodímir Zelenski le otorgó el título de 'Héroe de Ucrania' «por su valentía, por sus acciones eficaces para repeler los ataques enemigos, por defender» la ciudad costera. Se dice que el presidente checheno, Ramzan Kadyrov, ha puesto precio a su cabeza: medio millón de dólares. Mariúpol está cercada por 'kadyrovsky'.
Corredor humanitario
El líder del grupo paramilitar ucraniano Batallón Azov, el comandante Denis Prokopenko, pidió a la comunidad internacional un corredor humanitario para evacuar civiles en la fábrica de fundición de acero conocida como acería Azovstal, en la asediada ciudad de Mariúpol.
«En este momento hay cientos de civiles en la planta de Azovstal. Entre ellos hay muchos niños de diferentes edades, mujeres, ancianos, familias de defensores de Mariúpol, que se esconden en sótanos y refugios antiaéreos», dijo en su perfil de Telegram, tal y como ha informado la agencia de noticias Ukrinform. «Por eso hago un llamamiento a los políticos de todo el mundo civilizado: organicen un corredor. Brinden garantías de seguridad para evacuar de inmediato a los civiles, los heridos y los cuerpos de los soldados muertos, que deben ser enterrados con honores», añadió.
Según Prokopenko, las fuerzas rusas están bombardeando la planta «de forma deliberada» con bombas antibúnker de aviación, así como con misiles y «toda la artillería posible», incluso desde barcos, según ha recogido la emisora ucraniana Hromadske.
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