La 'niebla de guerra' hace imposible confirmar el número de bajas militares
Kiev no actualiza sus datos de muertos desde el 12 de marzo y el Kremlin cifra los suyos en 1.351
Helena Rodríguez
Martes, 12 de abril 2022, 00:05
La invasión rusa de Ucrania está dejando un número ingente de fallecidos. Todos los observadores internacionales coinciden en que la mortalidad de esta contienda está muy por encima de otras más recientes y en que la pérdida de efectivos entre las filas del Ejército del Kremlin es muy numerosa. La pregunta es: ¿Cuántas cadáveres se acumulan tras siete semanas de combates? «Es difícil contar las bajas cuando siguen cayendo bombas», razonaba hace unas semanas un diplomático del Pentágono. Es lo que se denomina 'niebla de guerra', la confusión reinante durante cualquier conflicto bélico.
Desde que comenzó la invasión, el pasado 24 de febrero, cada bando ha hecho públicas sus cifras y evidentemente lo ha hecho de manera interesada. Es una táctica bélica más. La idea es sencilla: se magnifican las bajas contrarias y se minimizan las propias para mantener la moral alta. Kiev ha sido muy discreto a la hora de reconocer sus pérdidas. Solo ha proporcionado dos informes. El último se hizo público el pasado 12 de marzo, cuando el propio presidente Volodímir Zelenski reconoció la muerte de 1.300 soldados de la fuerza terrestre permanente del país, compuesta por 130.000 uniformados. Desde entonces, silencio. Como si solo estuviesen cayendo quienes defienden la bandera rusa, y eso que ha habido bombardeos confirmados por la prensa internacional en los que han muerto decenas de uniformados ucranianos.
Los cadáveres reconocidos por Kiev son pocos se mire por donde se mire, más si se tiene en cuenta la violencia de los ataques y el poderío del Ejército contrario, considerado uno de los más grandes del mundo. Existe una proporción estándar utilizada por los observadores en tiempo de guerra que calcula que por cada muerto hay tres heridos. Según esta regla, la actual lucha habría dejado 5.000 cadáveres de soldados ucranianos, una cifra que, según los analistas, será probablemente mucho mayor. El general ruso Sergei Rudskoy dijo la semana pasada que sus fuerzas habían abatido a 14.000 efectivos del Ejército contrario y cifró los heridos en 16.000.
Las pérdidas personales entre las tropas del país invadido, no obstante, estarían según algunas fuentes por debajo de las rusas por varias razones. Según la Fundación para la Investigación Estratégica, con sede en Francia, los atacantes en un conflicto corren el riesgo de sufrir mayores pérdidas que los defensores porque las fuerzas de asalto suelen luchar para romper posiciones protegidas por menos tropas, pero bien atrincheradas. Además, los ucranianos utilizan «tácticas basadas en operaciones de guerrilla de alta tecnología» en lugar de vérselas con el enemigo «en una confrontación directa o en campo abierto», lo que les protege de la potencia de fuego rusa.
A todo ello hay que añadir que el Ejército de Kiev ha experimentado importantes mejoras en los últimos ocho años. Desde la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014 y su ayuda a los separatistas prorrusos en el este, el Gobierno ha aumentado el gasto en defensa y ha mejorado sus capacidades de mando militar. A sus 3.500 millones de euros de presupuesto en defensa de 2021, hay que unir las ayudas llegadas desde Estados Unidos y el resto de aliados de la OTAN que también han proporcionado asesoramiento para la formación de sus efectivos.
«Pérdidas significativas»
Sobre lo que no guarda silencio el Gobierno de Zelenski es sobre las bajas rusas. Actualiza el número casi a diario y según este balance ya habrían muerto alrededor de 19.000 de los soldados enviados por el Kremlin. Como Kiev, Moscú solo ha hecho referencia a sus caídos dos veces desde que comenzaron los combates. La última vez situó el número en 1.351, a los que hay que sumar 3.825 heridos. El pasado jueves, el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, reconoció «pérdidas significativas. Y es una gran tragedia para nosotros». No entró en más detalle.
Los analistas estadounidenses y los de la OTAN, que usan modelos para calcular las pérdidas basados en informes de la inteligencia sobre el terreno, las imágenes vía satélite y su conocimiento del Ejército ruso, no son tan optimistas. Aseguran que la suma de fallecidos, heridos y prisioneros oscila entre las 30.000 y las 40.000 personas. Las pérdidas personales, según las mismas fuentes, se situarían entre las 7.000 y las 15.000. Esta última es la misma cifra de soldados rusos caídos en combate durante los diez años que duró su guerra con Afganistán, en la década de 1980. De confirmarse, cuando se disipe la niebla de guerra, el Ejército ruso habría perdido hasta ahora el 25% de los 140.000 efectivos desplegados en lo que ellos llaman «operación especial» en Ucrania.