Más de 300 médicos formados en Salamanca trabajan fuera y uno de cada tres se jubilará en 2035
La fuga de talento y el envejecimiento progresivo de la plantilla médica hace que algunas especialidades o zonas puedan quedar en déficit de atención en los próximos años
Cada año, decenas de jóvenes eligen estudiar Medicina en la Universidad de Salamanca, atraídos por el prestigio de una de las facultades más antiguas de España. Sin embargo, una vez terminan sus estudios, muchos optan por desarrollar su carrera fuera de la provincia, lo cual, unido al progresivo envejecimiento de profesionales, plantea un importante reto para este trabajo de cara a los próximos años.
La última radiografía de la Organización Médica Colegial (OMC) pone de relieve una realidad compleja: Salamanca forma a muchos médicos, pero no los retiene. Según este informe, la provincia cuenta con 3.091 médicos colegiados, de los cuales 1.526 (49,4%) son hombres y 1.565 (50,6%) mujeres, una paridad que refleja la feminización creciente del sector. No obstante, solo 2.441 de ellos están en activo, lo que supone una disminución de más de 600 profesionales respecto al total. Dentro de este grupo activo, 1.407 son mujeres (57,6%) y 1.034 hombres (42,4%), de modo que más de la mitad de los médicos en ejercicio son mujeres, situando a Salamanca en la línea de la tendencia nacional.
Envejecimiento de la plantilla médica
La situación se complica si se observa la edad media de los profesionales. En Castilla y León, sólo el 23,5% de los médicos activos tiene menos de 35 años, mientras que más del 41% supera los 55 años, lo que sitúa a la comunidad -y particularmente a Salamanca- entre las regiones con una de las plantillas médica más envejecidas de España. Esto anticipa un reto inmediato: entre un 25% y un 30% de los médicos salmantinos se jubilarán antes de 2035, lo que podría agravar la escasez de profesionales si no se incorporan nuevas generaciones al sistema sanitario.
Médicos jubilados en Salamanca en 2035
25-30%
La jubilación masiva de médicos podría, por tanto, generar un vacío de estos profesionales, lo que aumentaría la demanda de médicos sin suficientes recursos para cubrirla. Esto podría producir paro en algunas especialidades o zonas donde, a pesar de haber una necesidad urgente de profesionales, no hay médicos suficientes para ocupar las plazas vacantes cuando alguien se jubila.
Fuga de profesionales formados en Salamanca
La fuga de médicos formados en la Universidad de Salamanca es otro de los grandes problemas. Se calcula que unos 330 médicos colegiados formados en Salamanca ejercen actualmente en otras provincias españolas, atraídos por mejores oportunidades u obligados porque no hay plazas para su especialidad. Este fenómeno está directamente relacionado con el número limitado de plazas MIR en la provincia.
El Hospital de Salamanca, por ejemplo, no figura entre los centros con mayor número de vacantes a nivel nacional, mientras que otros hospitales como el Vall d'Hebron en Barcelona (111 plazas) o el Gregorio Marañón en Madrid (105) encabezan el ranking. La falta de plazas MIR en Salamanca significa que muchos médicos recién graduados no tienen acceso a una formación especializada dentro de su provincia, lo que los lleva a trasladarse a otras regiones para comenzar su carrera profesional.
La Universidad de Salamanca ha aumentado ligeramente su oferta de plazas en el grado de Medicina en los últimos años -alcanzando las 207 plazas para el curso 2024-2025-, aunque esto no garantiza la retención de los médicos graduados en la provincia. La falta de incentivos para que los nuevos graduados se queden a trabajar en Salamanca, sumada a las limitadas plazas MIR y a las condiciones laborales que muchos consideran deficientes, refuerza la tendencia de fuga de talento. Los nuevos médicos podrían no encontrar las condiciones necesarias para desarrollarse profesionalmente en su ciudad de origen, lo que podría llevarlos a buscar mejores oportunidades fuera de la provincia e incluso del país.
Este éxodo de médicos formados en Salamanca podría no solo generar una escasez de profesionales en la provincia, sino también contribuir a un desajuste entre la oferta de médicos y la demanda de atención sanitaria, con un aumento de las vacantes que no se logran cubrir por la salida de talento. En lugar de reducir el paro, esto podría incrementar las dificultades para encontrar médicos en las zonas más afectadas, provocando una disponibilidad insuficiente de personal sanitario en áreas clave.