El colegio de Infantil en Salamanca que tuvo que dar clase en el pasillo convierte la casa del conserje en aula
La delegación de la Junta pide permiso para ampliar las clases de los más pequeños en el Campo Charro, un centro en el que sufrió goteras, derrumbe del techo y problemas con el agua que no era apta para beber
El colegio Campo Charro, uno de los mas maltratados de la capital, va a seguir recibiendo mejoras y tras años en los que sufrió inundaciones, goteras y problemas con las cañerías, ha recibido algunos cuidados que eran imprescindibles.
El próximo empujón se lo va a dar la dirección provincial de Educación, que va a promover una nueva reforma que asume la Junta. Esto fue un problema en el pasado porque el mantenimiento del centro lo asume el Ayuntamiento de Salamanca, pero sólo se hace cargo de lo esencial y no de las obras de importancia.
En esta ocasión, la delegación territorial de la Junta en Salamanca solicita licencia de construcción para adaptar un espacio y convertirlo en aula de Educación Infantil; el centro imparte el primer nivel educativo y es también colegio de Primaria.
En concreto, lo que se va a hacer es adaptar la antigua casa del conserje para convertirla en aula de los más pequeños; se le van a sumar unos 26 m2 a los casi cien que ya tiene para poder mejorar las instalaciones en un centro con cerca de 300 alumnos y 30 profesores.
Este mismo lugar se adaptó y estrenó el curso pasado para los alumnos de primer ciclo de Infantil, concretamente los de 1 a 2 años. La antigua casa del conserje del centro educativo se tranformó con una inversión de 138.234 euros.
El proyecto incluía dotar al edificio de aula, despacho, baño, cambiadores y lavadora, así como zona de preparación de alimentos, nevera, microondas y calienta biberones, entre otros. El nuevo aula estaba aneja a la de los alumnos de 2 a 3 años y dispone de una zona de juego con todo tipo de material educativo adaptado a la edad de los alumnos, así como zona de descanso con camas y ropa.
Una década de deterioro
El centro sufrió hace unos años el descuido y la falta de mantenimiento. Durante varios cursos sucesivos tuvo goteras, grietas y desprendimientos, tenía en mal estado la caldera y de las tuberías que provocan que el agua no fuera potable, falta de interruptores y de alarma, baños en mal estado... En una ocasión, las lluvias provocaron el derrumbe de parte del techo de una de las aulas de Educación Infantil, por lo que los 24 alumnos tuvieron que permanecer en el 'hall' y en los pasillos.
Además, ya se habían puesto de manifiesto grietas en el edificio que comprometían su estabilidad, frecuentes cortes de luz y deficiencias en la instalación eléctrica.
En 2020, el Procurador del Común dio un 'toque' a Junta y Ayuntamiento a los que pidió en una resolución que se coordinaran para resolver los problemas del colegio, a través de la realización de las inversiones «que sean precisas» para ejecutar las obras que permitan la eliminación de las deficiencias estructurales y la solución ante problemas como la falta de calefacción.
Su mal estado venía de largo. En 2016 el Ayuntamiento de Salamanca informó del mal estado de la impermeabilización del edificio y que las obras requeridas, al exceder del mero mantenimiento del inmueble, no eran de su competencia.
