La influencer y enfermera salmantina, en la DANA: «Las redes son un altavoz de ayuda, no de morbo»

«Nos ha empujado a ir nuestra vocación como sanitarios, que hay en juego muchas vidas y que nadie está haciendo nada». María es enfermera e influencer, Julián es también enfermero de emergencias, y juntos han decidido acudir a los pueblos más afectados por la DANA para tratar de ayudar a todas aquellas personas que lo necesiten. En ambulancia -cedida por Protección Civil de Santa Marta- y con un largo viaje por delante, esperaban actuar, poniendo a disposición sus conocimientos sanitarios durante tres días. Hasta que sus obligaciones laborales les devolvieran a una realidad totalmente diferente.

«La Junta de Castilla y León no nos respalda, pero los compañeros de Valencia están desbordados. Hay mucha gente que necesita asistencia sanitaria y hay que hacer lo que se puede dentro de nuestras posibilidades. Vamos bastante bien equipados y podremos trabajar en buenas condiciones para los que lo necesiten», explica a Salamancahoy, durante el camino de ida.

Ahora, ya de vuelta, analiza sus sensaciones del antes, el durante y el después, su sentimiento de querer ayudar más, su impotencia a lahora de irse sabiéndose útil, su visión de los hechos.

El durante. Iban sin lugar en el que quedarse a dormir, «a ciegas», sin saber de dónde iban a sacar la comida. Pero las personas que ayudan también son ayudadas y la acogida fue como el abrazo de una amiga en el momento que más lo necesitas.

«Es cierto que teníamos mucha información antes de ir, pero cuando estás allí es diferente por el simple hecho de vivirlo en tus propias carnes. No es verlo, es sentirlo. Escuchar las historias de las personas afectadas, ver sus miradas, su desolación, su impotencia...», empieza a contar María, quien reconoce que a pesar de que su profesión le ha enseñado a ser «racional» y «profesional», más allá de la sensibilidad que como persona le generan sus pacientes, la situación en Valencia le ha llegado a «destrozar por momentos».

«Es una situación totalmente nueva. Una cosa son las emergencias que puedo atender en mi día a día y otra la catástrofe vivida en Valencia. Se junta todo; el destrozo a nivel material y el destrozo a nivel personal y humano», completa.

El después. «Volver me lo he planteado muchas veces. Antes de regresar a Salamanca ya me quería quedar. Piensas que no has hecho lo suficiente, a pesar de sentirte útil, porque hay mucho trabajo por hacer a todos los niveles y, por supuesto, a nivel sanitario, a pesar de la cantidad de profesionales sanitarios que hay allí. Ojalá pudiera estar allí y echarles una mano. Lo pienso, ojalá volver. Además, es satisfactorio, sientes que te estás moviendo por tu vocación, a lo que realmente te ha movido a formarte y a trabajar de ello».

Mientras hablamos, a su memoria van llegando imágenes que difícilmente pueda borrar. Entre ellas recuerda a los niños jugando entre el barrio. «Estamos acostumbrados a verlos jugar con el móvil, con la tablet o sus mil juguetes, pero ahora con una simple pelota se ponían a jugar entre el desastre. Esa imagen en nuestro país es poco habitual. Me marcó», cuenta.

María García cuenta con 92 mil seguidores en Instagram, un altavoz que le ha permitido contar en primera persona la realidad de lo que se vive en Valencia. Así analiza la responsabilidad de un sector cada vez más importante y con mayor influencia entre jóvenes y mayores en el mundo.

«Entiendo que las redes sociales se utilicen como un medio para transmitir información. Se mueve mucho, influye y es algo inevitable. Pero no podemos caer en el morbo. Personalmente, he utilizado mis redes como altavoz para hacer un llamamiento para la recogida de utensilios sanitarios, pero en mi cabeza no entra que se vaya a Valencia a crear contenido, más morbo o a aumentar los datos en las cuentas de Instagram. Esto no es una feria, la gente está mal, está afectada. Si vas, vas a ayudar, utilizando tus redes para ayudar», reflexiona.

Y continúa: «Yo siento que he ido como enfermera. No he ido como influencer. Gracias a mi comunidad de seguidores me he beneficiado, en el buen sentido, de poder recoger una mayor cantidad de material o de informar de lo que allí ocurría. Pero no he ido como creadora de contenido, he ido como enfermera y ya».

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