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El puente Juan Carlos I, reflejado sobre las aguas del río Tormes. SH

Las pérdidas por una inundación en Salamanca: 77 millones de euros en daños a puentes y en paseos y parques demasiado cerca del río

Amplias zonas de la capital son vulnerables a una riada catastrófica en la que el agua entraría en numerosas infraestructuras próximas al cauce tanto en los casos más leves como en avenidas graves que cada vez son menos imposibles

Félix Oliva

Salamanca

Miércoles, 29 de octubre 2025, 08:18

Una factura millonaria en parques de ribera, un botánico, pasarelas y puentes daños y hasta dos ciudades deportivas. En el aniversario de la DANA de Valencia, la población de la capital salmantina se puede sentir protegida en lo personal, pero una inundación catastrófica destrozaría buena parte de lo que la ciudad ha construido en torno a su río: hasta 77 millones en una de las cada vez más probables avenidas de 'una vez cada cien años'.

De hecho, una posible crecida del Tormes es uno de los grandes riesgos que sufre la ciudad. Salamanca es vulnerable a su río, pero no en términos de vidas humanas. Según los planes de emergencia de la capital, la mayor catástrofe humana que puede afrontar la ciudad es la evacuación de un concierto en la Plaza Mayor: afectaría a 10.000 personas. La situación sería la más tensa que puede vivirse en la capital en términos humanos, pero en cuestión de dinero lo más dañino sería una riada.

Así se ha puesto de manifiesto en el nuevo visor del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI), un instrumento de apoyo a la gestión del espacio fluvial y la prevención de riesgos de inundación. El eje central del SNCZI es el visor cartográfico de zonas inundables, que permite acceder a la cartografía de zonas inundables y del Dominio Público Hidráulico (DPH) con la que se han diseñado los mapas que permiten saber los riesgos y las consecuencias de una inundación en el territorio. Este tipo de herramientas nos ayudan a saber lo que destruiría una riada en Salamanca.

Este nuevo visor permite desplegar capas y, además de las zonas inundables y el número de personas afectadas por una crecida a 10, 100 y 500 años de recurrencia, añade un cálculo hasta ahora desconocido: el daño que estos episodios infligen a actividades económicas, infraestructuras de todo tipo y ecosistemas. Y en términos humanos, la crecida más habitual no obligaría a evacuar más que a 64 personas, 847 en la del siglo. En el otro extremo, una crecida de una vez cada 500 años desplazaría a más de 2.700 personas.

En el caso de Salamanca, la capital es una de las poblaciones de la provincia donde más problemas puede causar una crecida en términos económicos. Ya desde las más habituales, las que se pueden producir una vez cada diez años, las aguas del Tormes tienen capacidad para salirse de sus márgenes y entrar en paseos, parques y zonas de ribera. Y ahí serían catastróficos en daños materiales.

Como se ve en el mapa superior, a su paso por el término municipal de Salamanca y Santa Marta el río puede arrasar con buena parte de las riberas. Una crecida leve elevaría el nivel del Tormes, del Zurguén y del regato de La Fontana, los cauces que afectan a los dos municipios. El agua anegaría buena parte de los paseos fluviales y las estructura de la isla del Soto, los parques de ribera en los que se han invertido millones, algunos edificios protegidos y varios puentes y pasarelas sufrirían daños; el coste total superaría los 31 millones de euros.

En esa lista de daños provocados por el agua están los que afectan a zonas industriales, a zonas urbanas concentradas (viviendas), a zonas urbanas asociadas (áreas urbanizadas, parques, paseos), a infraestructuras viales (carreteras, puentes), infraestructuras hidráulicas...

Si la crecida fuera de las de una cada cien años, los daños serían todavía mayores. Estas avenidas van a ser cada vez más frecuentes y son las que más preocupan a los expertos, aunque en el caso del Tormes hay que contar con que es un río regulado. No obstante, si llegara a producirse causaría daños por valor de 77 millones de euros en el parque de Huerta Otea, las riberas, los parques Elio Antonio de Nebrija y Miguel Delibes, Salas Bajas, las pistas de atletismo del puente romano, la depuradora, la Aldehuela, la ciudad deportiva... hasta la isla del Soto, con todos sus paseos y su centro de interpretación, quedaría cubierta de agua.

En la menos habitual, la de los 500 años, toda La Aldehuela, la urbanización La Fontana en su totalidad, parte de Tejares, toda la urbanización Las Dunas, entre la capital y Cabrerizos, el instituto Sánchez Fabrés, las huertas de esa zona... que están en zonas inundables.

Estos son los daños que causaría en detalle, con algunos ajustes, ya que todavía se contempla la isla del Soto como de propiedad del ayuntamiento de Salamanca, aparece el antiguo parque de maquinaria y no algunas nuevas pasarelas, como la de Huerta Otea.

  1. Tejares

    Pasarela, fábrica y el parque de maquinaria que no existe

Empezando por la izquierda, una crecida de cierta entidad subiría el nivel del agua en el barrio de Tejares y afectaría a la nave y pasarela peatonal que hay a unos metros de la pesquera. También afectaría a la denominada fábrica de la luz, un antiguo edificio pendiente de recuperar; si la crecida fuera del nivel una cada 100 años, alcanzaría el molino protegido, algunas casas y los terrenos del antiguo parque de maquinaria, con daños de 1,5 millones que ya no se pagarán porque se demolió.

  1. Huerta Otea

    Parque, botánico y muro del Hospital

Una crecida normal afectaría de forma importante al parque de Huerta Otea, una de las zonas naturales en las que más ha invertido la ciudad; si fuera de entidad, alcanzaría a las instalaciones del botánico. De igual modo, alcanzaría el muro que separa el paseo de la Transición del Hospital y que se hizo en su día para protegerlo del río precisamente.

  1. Salas Bajas

    Parques, la ciudad deportiva y dos monumentos

En el tramo entre la ciudad deportiva universitaria y el Puente Romano, el agua alcanzaría parte del parque Nebrija, de las pistas de atletismo y especialmente el puente Sánchez Fabrés, además de la pasarela del arroyo Zurguén. Afectaría a la aceña del Tormes y a la harinera, a ambos lados del cauce. Si fuera la de los 100 años, anegaría por completo la ciudad deportiva de Salas Bajas, los parques Nebrija y Miguel Delibes a ambos lados del arroyo, las pistas...

  1. Entre puentes

    Un polígono y la pasarela de La Fontana

Entre el puente Juan Carlos I y el Felipe VI, el polígono de La Serna vería inundada su parte más cercana al río, que quedaría totalmente dañado por valor de más de 3 millones de euros; también habría que invertir en reparar la pasarela peatonal del polígono del Tormes hacia La Fontana.

  1. La Aldehuela

    Paseos y chiringuitos bajo el agua y ciudad deportiva en riesgo

La zona de La Aldehuela sería una de las más afectadas. Desde el puente Felipe VI, las riberas, los chiringuitos, las instalaciones del club de piragüismo y todos los paseos de la isla del Soto y las dos pasarelas, de entrada y salida.

En caso de una crecida de 100 años, quedarían bajo el agua el parking de La Aldehuela, todos los paseos, la ciudad deportiva completa y también el monte de utilidad pública.

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