El último edificio centenario en la avenida triangular de Salamanca que fue la salida directa hacia Madrid
Patrimonio protege una vivienda centenaria de piedra en el paseo del Rollo, una de las últimas que se conservan de las construcciones originales de esta avenida
La Salamanca de los valores patrimoniales se concentra en el casco histórico, pero también reside en los barrios donde también sobreviven ejemplos de la arquitectura con historia que hay que proteger. Es el caso de un viejo caserón del paseo del Rollo que es el último testigo de lo que fue esta gran avenida cuando se construyó: nada menos que la primera carretera hacia Madrid.
El afectado es un edificio de principios del siglo XX que ha cumplido un siglo y que ahora está afectado por un proyecto de rehabilitación. A simple vista, parce una construcción modesta, pero tiene importantes valores arquitectónicos e históricos.
Para empezar, está catalogado y protegido por las normas municipales. Su importancia reside en que es una pequeña muestra de lo que fueron los volúmenes originales en esta importante vía. ¿Qué importancia tiene este paseo? Pues fue una de las primera grandes avenidas de la ciudad.
El edificio es de sillería de piedra franca y tiene como características singulares su composición simétrica y una fachada de tarjetón rehundido y arcos rebajados. Ocupa un solar de 398 m2 destinado a este único edificio con patio interior, de planta baja y dos alturas, con varias viviendas, garaje, un jardín trasero y un local comercial.
Ahora, la comisión técnico artística ha puesto algunas condiciones a una actuación que se pretende, que prevé desmontar fachada para conservarla y hacer una rehabilitación. La ficha permite casi, todo, salvo el desmontaje de fachada precisamente. Se permite construir hasta agotar la edificabilidad máxima de la parcela según rango de alturas. Por encima de la 3ª planta deberá haber un retranqueo mínimo de 3 metros desde la fachada catalogada.
Un edificio histórico del paseo del Rollo
El edificio es uno de los pocos originales del momento en el que se construye el paseo, principos del siglo XX. Su punto de partida fue la construcción de la Plaza Mayor. En ese momento, se traslada el Rollo de Justicia de la plaza de San Martín a este alto, cercano al trazado de la calzada Salamanca-Madrid: por entonces se salía hacia la capital por la carretera de Aldealengua. Esa decisión bautizó el lugar: alto del Rollo.
Con sus 700 metros de longitud trazados en línea recta fue uno de los tramos del paseo triangular que, con vértices en la puerta de Zamora, la glorieta de Cuatro Calles y la glorieta del alto del Rollo, fue construido a finales del siglo XVIII.
Deshabitado durante todo el siglo XIX, fue lugar de establecimiento de algunas instituciones religiosas y benéficas al iniciarse el siglo XX. Allí en 1907 fue inaugurado un edificio en el que estableció su Noviciado una congregación religiosa, un colegio para señoritas, con internado, media pensión y externas, y unas escuelas gratuitas para niñas pobres: es el colegio de las Esclavas. El edificio fue diseñado por D. Juan Bautista Lázaro de Diego y recuerda extremadamente al colegio de Ntra. Sra. de Loreto -las Ursulinas- en la madrileña calle del Príncipe de Vergara, obra del mismo arquitecto.
La avenida no acogió viviendas familiares hasta la segunda década del siglo XX. A esa época corresponde este edificio que se levantó con una limitación: no ser más alto que Las Esclavas. Este es, junto con este edificio y el característico edificio de las torres a la altura de calle Tarragona, uno de los pocos testigos que quedan de aquella primera carretera de Madrid y avenida del Rollo.