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La delegación de estudiantes de las facultades de Medicina de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de Valladolid han manifestado su oposición a la creación de nuevas facultades del área en la comunidad, algo que consideran no va a arreglar la falta de médicos y sí que puede precarizar el acceso a la profesión. Por este motivo, han pedido a la Junta y al Ministerio de Sanidad «replantear esta medida» y apostar por políticas que realmente mejoren la docencia en las Facultades donde ya hay medicina.
Las delegaciones de estudiantes han hecho pública una carta con su oposición a la apertura de nuevas facultades de Medicina, previstas en León y Burgos, y que forman parte del acuerdo por el que Salamanca tendrá Veterinaria, una especialidad de la que hay numerosas facultades en España y que también ha generado controversia.
Los estudianes alegan que no siempre un aumento de cantidad en las plazas para estudiar medicina va acompañado del mismo aumento en calidad. Al contrario, piensan que antes es imprescindible reforzar las condiciones laborales de los médicos, incrementar las plazas MIR y garantizar que la enseñanza de la Medicina se siga haciendo en base a la excelencia.
Los alumnos consideran que son varios los problemas que va a provocar la multiplicación de facultades. En primer lugar, la enseñanza de la Medicina requiere profesorado y una infraestructura adecuada para garantizar una formación de calidad. La creación de nuevas facultades sin un incremento proporcional de recursos supone un claro descenso en la calidad de la enseñanza que se requiere, que, en última instancia repercutirá en la seguridad de los propios pacientes.
Denuncia que «en nuestras facultades existen serios problemas en la contratación de personal docente, problema que se hará más notorio cuando se produzca en los próximos años la jubilación de nuestro actual profesorado».
Además, indican la escasez de prácticas en los hospitales y que las nuevas facultades no resolverá la falta de médicos en Castilla y León, porque ahora ya hay plazas MIR que quedan vacías. «Esto en parte se debe a las condiciones laborales y salariales que llevan a muchos profesionales a emigrar a otras regiones o países (en 2023-2024 quedaron 47 plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria)», dicen.
También consideran que existe un riesgo de mercantilización de la educación médica al haber más competencia y un desajuste con las plazas MIR que se ofrecen, que generará un excedente de graduados sin posibilidad de especialización, lo que desemboca en una frustración profesional y un desaprovechamiento de recursos públicos.
Por último, advierten de que forman un exceso de médicos puede ser un problema. En los próximos años será necesario un importante relevo generacional por jubilaciones, pero estos son puestos para muchos años y seguir egresando titulados puede generar un exceso de recambio generacional en el sistema sanitario.
En la próxima década se prevé un envejecimiento significativo de la plantilla médica en España. Especialmente en comunidades como Castilla y León, donde una gran parte de los profesionales actuales está cerca de la jubilación, este fenómeno podría generar una saturación de nuevos graduados sin una planificación adecuada para su inserción laboral.
Además, debido a la apertura de nuevas facultades y al aumento de plazas que se ha dado en las ya existentes, se calcula que en 2030 habrá más de 7.400 graduados en Medicina. Este este 2023-2024 se han graduado de 6.400 estudiantes, un 13% menos, lo que puede llegar a aumentar el paro y sobre todo la temporalidad laboral en la profesión lo que puede provocar una reducción de la calidad asistencial.
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