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Así están hoy los municipios dañados por la dana
Un año después

Así están hoy los municipios dañados por la dana

La comarca de l'Horta Sud quedó herida para siempre el 29 de octubre de 2024, 112 municipios fueron considerados como afectados por la riada y la reconstrucción avanza lentamente

Miércoles, 29 de octubre 2025, 18:41

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Un año después de la dana, los municipios afectados intentan reconstruir la vida que el lodo se llevó por delante. Fueron 237 fallecidos, 229 en Valencia. Con la comarca l'Horta Sud como testigo, el diario Las Provincias recorre los 112 municipios valencianos afectados por la riada.

Albalat de la Ribera

El arroz intenta salvarse

La dana, por supuesto, impactó en esta población, cuyo cultivo principal es el naranjo, y en la marjal, el arroz

Esta localidad sufrió importantes daños durante los episodios de lluvia. Con una población de 3.400 habitantes su motor económico es el agrario, por su cercanía con la Albufera. La dana, por supuesto, impactó en esta población, cuyo cultivo principal es el naranjo, y en la marjal, el arroz.

La CHJ tenía prevista una inversión de siete millones de euros en este municipio para construir una barrera defensiva y crear un gran parque fluvial con una superficie aproximada cien hanegadas. La llanura de inundación, ocupada por campos de cítricos, se adecuaría como zona de ocio con vegetación autóctona para potenciar el uso recreativo del río.

La construcción de una mota en Albalat de la Ribera es un ejemplo de la gestión del riesgo de inundaciones en los últimos años.

Los vecinos de municipios menos afectados se han acercado a pueblos próximos para ayudar en lo que fuera necesario.

Alborache

El riesgo del río Buñol

Los cauces fueron los más afectados ya que quedaron arrasados por la fuerza del agua

El río Buñol, que otorga encanto al municipio de Alborache, se desbocó el día de la dana causando importantes daños y poniendo en riesgo al municipio.

Los cauces y los pasos de los ríos fueron los más afectados ya que quedaron arrasados por la fuerza del agua. Los principales barrancos ya están reparados y se trabaja también en retirar los árboles para facilitar la recogida de las precipitaciones.

En infraestructuras municipales la peor parada fue el polideportivo que sufrió destrozos de importancia. La memoria para su reparación que asciende a medio millón de euros está pendiente de la autorización por parte del ministerio.

El principal paraje del municipio, la Ruta de los Molinos situado junto al río, también quedó gravemente perjudicado y en estos momentos se está adecentando.

Alcàsser

Una reconstrucción que avanza

La avalancha de ayuda ciudadana llegó enseguida

Alcàsser fue uno de los municipios castigados por la dana del 29 de octubre de 2024. El desbordamiento del barranco de Picassent arrasó infraestructuras, tumbó dos pasarelas, una peatonal y otra ciclopeatonal, bloqueó caminos y anegó calles que tuvieron que ser cerradas de inmediato.

Un año después, la reconstrucción avanza. Se ha instalado una nueva pasarela ciclopeatonal, adaptada a las exigencias de 2025. La tarde del temporal, el Ayuntamiento desplegó medidas de seguridad mientras el agua avanzaba sin control. Al día siguiente, el balance inicial era desolador, con caminos rurales impracticables, medio metro de fango en el cementerio municipal y puentes y pasarelas convertidos en escombros.

La prioridad fue restablecer las comunicaciones. Con maquinaria pesada se comenzaron a retirar troncos y obstáculos que impedían el paso hacia los pueblos vecinos, especialmente por el camino de Albal, vital para la conexión comarcal. En paralelo, el consistorio habilitó el pabellón de Plalesa para acoger a vecinos que habían quedado aislados en sus puestos de trabajo y no podían regresar a casa. Ese fue el primer gesto de solidaridad, antes incluso de ser conscientes de la magnitud de lo que estaba ocurriendo en la comarca.

La avalancha de ayuda ciudadana llegó enseguida. Vecinos y vecinas de Alcàsser comenzaron a donar alimentos, ropa y mantas. Lo que empezó como un gesto local se transformó en cuestión de días en un centro logístico de referencia a nivel nacional.

L'Alcúdia

Las plantas bajas indefensas

Tres personas fallecieron al entrar el agua a sus casas

El desbordamiento del río Magro fue el causante de los daños tanto en la zona industrial como en el casco urbano donde fallecieron tres personas, dos de ellas por la entrada de agua en su planta baja. Por este motivo, tras la inundación una de las prioridades fue proteger la localidad de futuras crecidas del río que habitualmente transcurre con muy poca agua.

La solución adoptada por la Confederación Hidrográfica del Júcar consiste en la construcción de una mota de defensa creada con gaviones y colchones reno, un tipo de estructura de piedra más delgada y ancha, así como flexible, indicada para la protección superficial al suponer una barrera para el agua que en la dana campó a sus anchas por todo el término. Pocos meses después de la tragedia se puso en marcha esta construcción que tendrá aproximadamente 900 metros de longitud.

Además de las infraestructuras educativas, en l'Alcúdia la inundación arrasó el polígono industrial La Creu, situado junto al río Magro. Tras la limpieza de esta zona, la mayoría de empresas recuperaron la actividad habiendo muy pocas bajas pero todavía queda pendiente una gran actuación en el alcantarillado que se encuentra colapsado.

Otros proyectos que están por ejecutar en las instalaciones municipales que fueron arrasadas por el agua son los del Ágora Jove, un espacio multiusos ubicado en este mismo polígono, o la ludoteca. Ambos quedaron inutilizados tras el 29 de octubre y en el caso del Ágora Jove se espera poder licitarlo en las próximas semanas.

Aldaia

Con la mirada siempre hacia el barranco de la Saleta

La tragedia se cobró seis víctimas mortales, y un total de 11.000 vehículos resultaron siniestrados, junto a 4.000 viviendas

Los fríos datos de la dana en Aldaia son tremendos. Además de la tragedia de las seis víctimas mortales, un total de 11.000 vehículos resultaron siniestrados, junto a 4.000 viviendas y sobre un millar de comercios y empresas, según los datos que maneja el alcalde de la localidad, Guillermo Luján. De hecho, en el reparto de ayudas de la Fundación Amancio Ortega se llegaron a 2.300 casos en comercios y viviendas.

Aldaia vive mirando con temor al barranco de la Saleta, más que nunca quizás. La solución encontrada por la Confederación del Júcar es conectarlo con el nuevo cauce, algo que ya tiene en marcha después del estudio de las alegaciones presentadas. Aldaia vive mirando con temor al barranco de la Saleta, más que nunca quizás. La solución encontrada por la Confederación del Júcar es conectarlo con el nuevo cauce, algo que ya tiene en marcha después del estudio de las alegaciones presentadas.

En cuanto a la reactivación de negocios y reconstrucción de casas, las ayudas «llegan con cuentagotas». Esta parte de la recuperación está también pendiente, a pesar de que la mirada se enfoque más hacia las grandes infraestructuras hidráulicas.

A propósito del aniversario Aldaia recuerda la tragedia y es consciente de que tardará tiempo en volver a su realidad.

Alfafar

La sensación de vivir la reconstrucción en dos velocidades

Algunas infraestructuras se han recuperado pero los vecinos piden una reparación mayor en todos los sentidos

La radiografía que deja este año desde la tragedia en Alfafar es desigual. Para los vecinos, la prioridad sigue siendo la vuelta a una vida cotidiana con servicios básicos seguros, como ascensores, patios y apoyo social para mayores y familias con recursos limitados. Para las administraciones, el reto es coordinar esas prioridades y que la visión de inversión no deje en la cuneta a los barrios que aún esperan justicia material y memoria para quienes perdieron la vida. Fueron quince los vecinos que perdieron la vida por las terribles inundaciones.

En la calle, los relatos repiten dos tonos, supervivencia y queja. Pilar, de 93 años, recuerda haber pasado cuatro días sola en su casa hasta que la policía y su familia la evacuaron; Luisa, de 76, vive sin ascensor desde entonces y cuenta que la comunidad todavía no tiene fecha para su reparación; Joaquín y otros vecinos del barrio Orba denuncian que «aquí somos de segunda porque tenemos obras que no llegan, puertas y bajos tapiados». Estos testimonios coinciden en un sentimiento, que la reconstrucción se percibe desigual.

La reconstrucción de infraestructuras y equipamientos se mueve por canales distintos entre fondos públicos, avances municipales y aportaciones privadas. Un ejemplo visible es la recuperación de instalaciones deportivas que han vuelto a funcionar gracias a aportaciones externas, entre ellas actuaciones del Villarreal CF y la Fundación Trinidad Alfonso, que han permitido invertir millones en varios recintos de la comarca. Para muchas familias, ver un campo nuevo es alivio; para otros barrios, sin embargo, esas inversiones no sustituyen la falta de reparaciones básicas en viviendas y zonas comunes.

A nivel institucional, la reconstrucción topa con la burocracia. El Ayuntamiento ha aceptado paquetes de ayudas y ha adelantado fondos para obras de emergencia, pero la tramitación de memorias valoradas y las condiciones de las órdenes ministeriales dificultan contratar empresas y retrasan la ejecución plena de proyectos.

Alfarb

Vigilando el río Magro

Las zonas rurales y las instalaciones deportivas ubicadas junto al cauce fueron las más perjudicadas por la crecida

Un joven hace gimnasia en la pista de fútbol del polideportivo de Alfarb junto al Magro. El río anegó toda esta instalación en octubre del año pasado y pese a que la actividad volvió hace meses de forma parcial a este recinto, las huellas del paso de la dana son visibles todavía. «Está de pena, la recuperación va a paso de tortuga», comenta este joven que es un habitual de esta instalación tanto ahora como antes de la riada. El césped artificial del parque está lleno de arena y las marcas de arrastre del agua son visibles en este espacio de ocio que se quedó prácticamente sin mobiliario que era usado por los vecinos para celebrar cumpleaños infantiles.

El río cambió de forma radical su perfil por la inundación, ampliando en decenas de metros su cauce, y se ha estudiado si mantener esta morfología o recuperar el lecho anterior.

La zona rural, como en la mayoría de poblaciones afectadas por la dana, fue la que más sufrió el desbordamiento del río. En este caso, la mitad de los caminos rurales ya están reparados. La agricultura se ha resentido de forma importante tras la dana tanto por la pérdida de cultivos como por los problemas de riego y acceso.

Algunas viviendas sufrieron filtraciones y parte del colector colapsó hundiendo la vía pública, otro de los proyectos que está pendiente de ejecutar.

Algemesí

Intentar pasar página

El municipio trata de superar la tragedia reconstruyendo un barrio y abordando otras infraestructuras

El rastro de la dana todavía es visible en las calles de Algemesí. En la calle Muntanya y la plaza del Mercat, principal eje comercial, son muchos los locales que permanecen cerrados y con restos de polvo y lodo. Se calcula que un 10% de negocios bajaron la persiana el fatídico 29 de octubre y ya no la volverán a levantar, algunos de ellos optaron por la jubilación anticipada a causa de la tragedia, mientras que otros comercios han necesitado muchos meses para volver a ponerse en marcha.

Los vecinos de esta localidad, que fue una de las más afectadas por la dana, llevan meses intentando recuperar la normalidad. Bares, bancos, tiendas... han reabierto pero sigue habiendo muchos elementos que recuerdan a diario la tragedia. En pleno centro se encuentra clausurado, por ejemplo, el aparcamiento del Mercat, el más grande de la ciudad. Durante meses se trabajó para eliminar todo el agua y el barro de sus plantas subterráneas y en los primeros días se temió lo peor, la aparición de víctimas mortales que no se hallaron en esta localización. Sin embargo, un año después sigue cerrado a la espera de la reparación que desde el Ayuntamiento señalan que es «inminente» ya que cuentan con la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros al ser un inmueble que no es completamente público, con parte de las plazas privadas.

Uno de los puntos más críticos por el desbordamiento del río Magro fue el barrio del Raval. Esta zona ubicada junto al cauce y al otro lado de las vías quedó completamente anegada y el agua destruyó, además de casas y naves industriales, todas las instalaciones municipales. Entre ellas, el colegio público Carme Miquel que ya ha sido derruido para iniciar su reconstrucción integral. Mientras tanto los alumnos acuden a clase en aulas prefabricadas instaladas en otro de los puntos del barrio.

Ante tal afectación en todo el Raval, el Ayuntamiento de Algemesí ha presentado un plan para reordenar la barriada e intentar reducir los problemas de convivencia que arrastra esta zona desde hace décadas.

Alginet

El terror por la lluvia y el paso de varios tornados

Un huracán causó enormes daños en edificios privados y públicos del municipio

Aquel fatídico 29 de octubre la dana dejó, además de registros de lluvia históricos en varios puntos de la provincia de Valencia, el paso de varios tornados con picos de más de 135 kilómetros por hora. Este huracán se focalizó en la Ribera Alta afectando a Carlet, Benifaió y Alginet. En este último municipio los daños fueron enormes tanto en instalaciones municipales como en edificios privados y todavía son visibles, por ejemplo, en el polideportivo.

Los desperfectos se unieron a los de las inundaciones ya que varios barrancos que pasan por el casco urbano se desbordaron durante aquel día.

Una de las obras complejas es la del colegio Blasco Ibáñez que fue arrasado por la dana y tiene que ser reconstruido completamente.

Alginet tiene pendiente solucionar la problemática de los barrancos que cruzan el casco urbano. Hasta ahora han sido limpiados y recuperados, pero el municipio quiere un plan para desviarlos y así reducir el riesgo de inundación.

Almussafes

Testigos de la tragedia

Los habitantes de esta localidad fueron conscientes de la tragedia, aunque su incidencia allí fue mínima

Esta localidad de la Ribera Baja y muy cercana a Sollana también sufrió las consecuencias de las lluvias torrenciales que asolaron la provincia el pasado 29 de octubre. También forma parte del listado de afectados por la dana aunque en su caso la afectación fue mínima.

El ministerio valoró los daños en 70.000 euros, una de las cantidades más bajas que se han entregado para la reconstrucción.

El principal problema en la zona fue la paralización de los polígonos y la puesta en marcha de diversos ERTEs.

Los vecinos tratan de recuperar la normalidad, aunque un año después apenas quedan muestras de la tragedia en esta localidad.

Alzira

Todas las caras de la catástrofe

Gran parte del casco urbano de Alzira se salvó de la riada, pero el término municipal se llevó el gran golpe

Gran parte del casco urbano de Alzira se salvó de la riada del mes de octubre. El río Júcar resistió la gran crecida y sólo en algunas calles el agua entró unos centímetros. Sin embargo, la fuerza de la lluvia de esa jornada inolvidable causó daños en instalaciones municipales, principalmente en las deportivas. Un año después el paso de la dana no se nota en la ciudad y pese a que hay múltiples actuaciones pendientes, los trabajos todavía están en tramitación.

Pero sin duda, fue el término municipal de Alzira el que se llevó el mayor golpe y donde se tuvieron que realizar rescates y decenas de casas de campo quedaron arrasadas. De ahí que gran parte de los daños se concentren en caminos rurales que durante los últimos meses han sido rehabilitados de emergencia.

Las zonas industriales también se vieron gravemente afectadas por la dana en Alzira con daños en casi todos los polígonos. Algunas naves se inundaron y las pérdidas de productos, maquinaria y vehículos fueron cuantiosas. Sin embargo, la actividad se retomó de forma rápida para intentar salir adelante. «Las empresas realizaron un gran esfuerzo para recuperar la actividad aunque la normalidad costó un poco más», señalan desde la Asociación Empresarial de Alzira.

La totalidad de las industrias afectadas regresaron tras semanas de recuperación aunque algunas tuvieron que realizar ERTEs debido a las pérdidas causadas por las inundaciones.

Benetússer

Los estragos en menos de 1 kilómetro cuadrado de superficie

Las huellas del desastre todavía se sienten bajo la piel del pueblo

Un año después de la dana que anegó Benetússer, la localidad trata de reconstruirse paso a paso, con el ruido constante de las obras como banda sonora del regreso a la normalidad. Las calles, que hace doce meses eran un lodazal, hoy están llenas de zanjas y señales de reconstrucción. El municipio ha dividido su recuperación en cuarenta proyectos, una cifra que probablemente crecerá conforme se detecten nuevas necesidades.

El municipio trata de recuperarse de un suceso durísimo de gestionar y en el que hay que lamentar la pérdida de 10 personas. Los vecinos recuerdan todavía las búsquedas para localizar a sus vecinos y el dolor de constatar que algunos de ellos no regresarían a sus casas.

Entre los vecinos, la mezcla de alivio y cansancio es evidente. Montse, vecina de la calle Palleter, recuerda aquella noche con un escalofrío. «El ambiente era raro, no llovía, pero se notaba algo en el aire. Cuando el agua empezó a venir por la calle, en veinte minutos ya estaba por encima de un metro. El ascensor se quedó abajo, lo perdimos todo». También Isabel, residente en la calle Doctor Perpiñá, revive con angustia los recuerdos del agua subiendo por las ventanas y los gritos de los vecinos. «Los del primer piso estaban en mi casa. Era un desastre ver cómo se lo llevaba todo. Mi nieto estaba solo y se quedó en pánico. Hoy va al psicólogo, poco a poco vuelve a hacer vida normal». Su testimonio muestra que la reconstrucción emocional avanza más lentamente que la física.

Las huellas del desastre todavía se sienten bajo la piel del pueblo. Las personas mayores y quienes tienen movilidad reducida sufren especialmente las consecuencias del retraso en algunas reparaciones. «Falta mucho por hacer, pero Benetússer tiene una ciudadanía fuerte, comprometida y solidaria, y por eso sigue luchando para salir de todo aquel desastre», expresa la alcaldesa, Eva Sanz.

Benicull de Xúquer

El temor en las casas de campo

Varias familias temieron por su vida ya que estaban en lugares que el agua cubrió casi por completo

La zona rural fue la más perjudicada aquel 29 de octubre en la Ribera Baja y en municipios como Benicull varias familias temieron por su vida ya que estaban en casas de campo que el agua cubrió casi por completo.

Unas 200 casetas se vieron afectadas y el municipio tuvo que habilitar una casa rural para alojar a las personas que no tenían otra residencia. Poco a poco, estas víctimas están reconstruyendo sus viviendas.

El municipio sigue esperando que se realicen los trabajos en los caminos rurales que fueron arrasados.

Los vecinos han estado atentos en todo momento para protegerse y para ayudar a los demás.

Benifaió

El temor a un tornado

El temporal no causó graves daños pero provocó situaciones de pánico

Aquel día todos los habitantes de Benifaió estaban pendientes de las lluvias, pero lo que sorprendió en la población fue algo distinto. El temporal sobrecogió a los vecinos con un tornado. El remolino de viento se originó en la zona que une los caminos del cementerio y Mocarra.

En el caso de Benifaió los daños fueron menores pero causaron la caída de árboles de grandes dimensiones en la plaza de la Estación y hubo problemas con el suministro eléctrico.

La A-7 a su paso por Benifaió sigue en proceso de recuperación. Esta circunstancia hace que el acceso al municipio se complique y que los desplazamientos no se puedan realizar en las mismas circunstancias que antes del 29 de octubre.

Resulta imposible en la comarca borrar el recuerdo de la dana, más allá de la afección real en cada municipio.

Beniparrell

El infierno sobre la población

La dana golpeó muy fuerte y a pesar de que no se produjeron víctimas, hubo muchos daños

La jornada se desarrolló como un día normal, gris, no llovía para nada. Nada hacía presagiar al alcalde Salvador Masaroca y al resto de vecinos de Beniparrell que el 29 de octubre se iba a desencadenar el infierno sobre la población. La dana golpeó muy fuerte y a pesar de que no se produjeron víctimas, hubo muchos daños.

«A las seis de la tarde me llamaron para decirme que el barranco iba a desbordarse, lo que ocurrió en unos pocos minutos. El agua no vino por el lugar habitual sino por el norte, buscando un barranco que había antiguamente y se llamaba del Pimpollo», asegura el alcalde Salvador Masaroca. El barranco de Picassent acaba en la Pista de Silla y desagua en la Albufera, con lo que la población de Beniparrell y su enorme polígono industrial recoge todo el caudal y las escorrentías. El agua afectó a numerosas viviendas. «El 90% de las plantas bajas aquí son viviendas», dice. En la práctica totalidad entró agua y barro estropeando muebles y pavimentos.

Dentro de la tragedia, por las calles corrió una altura de un metro de agua, pero la reconstrucción ha sido relativamente rápida. Otro asunto bien diferente es el área industrial. «Allí el agua alcanzó los dos metros y medio, hay que tener en cuenta que más allá está la Albufera». Por fortuna, todos los que han decidido reabrir lo han conseguido. El problema es que algunas empresas han decidido mudarse, lo que no gusta nada en el Ayuntamiento.

Una parte importante de la reconstrucción se ha destinado a reurbanizar los polígonos industriales.

Bétera

La ciudad del ejército

La dana golpeó muy fuerte y a pesar de que no se produjeron víctimas, hubo muchos daños

Bétera sufrió las inclemencias del tiempo el 29 de octubre pero no ha tenido que lamentar males mayores.

Algunas infraestructuras sufrieron daños, así como varias viviendas, que han reclamado dinero para la reconstrucción.

Pedro Sánchez volvió a Valencia, 81 días después de los incidentes de Paiporta. Visitó la capital para estar con la delegada del Gobierno, y más tarde acudir a la localidad de Bétera, donde se encuentra el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD), cuyos efectivos participaron en tareas de rescate.

El foco en Bétera siempre se pone por sus campus universitarios, muchos de ellos en condiciones lamentables todavía.

Bugarra

El pueblo que lucha por recuperar su playa en el Turia

El municipio estuvo dos días sin luz al caer una torre eléctrica y arrastrar otras dos

A Bugarra lo bordea por uno de los lados el río Turia, atractivo turístico de primer nivel al contar con hasta una playa fluvial, borrada del mapa por las inundaciones. Es uno de los caballos de batalla del Ayuntamiento, conseguir que vuelva a estar en las mismas condiciones que antes.

El campo de fútbol, la playa fluvial, el restaurante, la piscina municipal, el camping, el lavadero, todos y cada uno de los caminos en el término municipal, una comunidad de regantes perdió las bombas para el riego, las dos depuradoras sufrieron daños, la red de acequias... Todo sufrió un daño más que importante. Por suerte las viviendas particulares se salvaron. Estuvieron dos días sin luz al caer una torre eléctrica y arrastrar otras dos.

El daño llegó a Bugarra por el río Turia en la parte baja y todo lo que es la parte alta de cultivos, desde las ramblas que llegan desde Chulilla y Villar del Arzobispo, poblaciones limítrofes. La recuperación de caminos, el pozo de San Juan fue la prioridad.

En infraestructuras, la pasarela de madera y el puente quedaron muy dañados. Los arrastres llevaron hasta troncos de un incendio de 2012 que seguían en el monte.

Buñol

Parajes naturales desolados

Un vecino perdió la vida en esta localidad, que sufrió importantes daños en diferentes puntos

El desbordamiento del río Buñol causó importantes daños en diferentes puntos de la localidad, principalmente en parajes naturales cercanos al cauce y en carreteras y caminos que lo cruzan. Algunas de las imágenes de las lluvias de aquel día en este municipio resultan difíciles de olvidar. Un vecino perdió la vida en aquella triste jornada.

Durante este año se ha trabajado para recuperar la normalidad con obras de emergencia que han permitido arreglar desperfectos en las vías de acceso. En el mes de septiembre se abría el tramo de la carretera N-3 afectado por las lluvias y unos meses antes se ponía también en servicio el puente de la carretera CV-425 que conecta Buñol con el resto de municipios de la comarca. Dos vías esenciales para las comunicaciones de la localidad que ya estén recuperadas mientras se trabaja en el asfaltado de otras de la red secundaria.

Otro de los trabajos que está en marcha es el de la rehabilitación del castillo ya que el temporal del pasado año provocó graves problemas en la estructura de su Iglesia, sede del Museo Etnográfico, y las lluvias del pasado mes de marzo agravaron la situación con nuevos derrumbes por lo que se tuvo que ampliar la actuación.

También se ha trabajado para recuperar los parajes naturales del río Buñol como la Cueva Turche o el charco Paraíso que tuvieron que cerrarse durante el verano para evitar incidentes por su estado.

Calles

El municipio que sufrió la furia del río Tuéjar

El pueblo lamenta daños materiales y cambios del paisaje por la riada

¿Pero aquí también ha pasado? es lo que nos decía mucha gente cuando venía». La alcaldesa de Calles, Consuelo García, inicia de ese modo su relato acerca de lo ocurrido el 29 de octubre, cuando la dana llegó cabalgando por el río Tuéjar y varias ramblas hacia esa población de Los Serranos. Podría decirse que hay una serie de municipios «ocultos» de los que la opinión pública no tiene conocimiento de que sufrieran las inundaciones del pasado 29 de octubre y Calles es uno de ellos. La primera edil es la primera que considera que lo ocurrido allí no tiene punto de comparación con otros pueblos de l'Horta, aunque en daños materiales y cambios del paisaje, la modificación ha sido tremenda.

La dana llegó cabalgando por el río Tuéjar y varias ramblas hacia esa población de Los Serranos.

Hubo 40 casas afectadas, además de huertas junto al río. «Cuando salí del pueblo después de limpiar no sabía dónde estaba, ese pueblo no era el mío, el río había cambiado el curso. Hubo daños en un almacén municipal, la piscina, el polideportivo, el colegio, la depuradora, etc. El río Tuéjar ha cambiado por completo, lo mismo que el Turia, que discurre a unos seis kilómetros del casco urbano. «El área recreativa de Fuente Alta quedó muy afectada, daba pena verla». Un parque y un paseo con columpios junto al pueblo quedó también «hecho polvo».

Los caminos están casi todos ya habilitados y se trabaja para que las pistas forestales también.

Camporrobles

El agua llegó por el norte

La población se resintió sobre todo en las instalaciones deportivas y los caminos rurales

A Camporrobles le llegó el agua por la parte norte del pueblo, pero es que el día de la dana en el propio municipio «llovió una barbaridad», según recuerda el alcalde de la localidad, Faustino Pozuelo. Cerca del casco urbano no discurre ningún barranco o río, aunque sí hay una zona inundable entre dos montes donde se acumuló el caudal, justo al lado de una empresa.

«Llegó a tres metros porque es la parte más baja del pueblo, se acumuló mucho», precisa, para comentar que en este año que ha pasado se han centrado en recuperar el colegio público, la zona deportiva y los caminos. El centro escolar se encuentra en lo que antes era una balsa, la parte más baja del casco urbano. «No había más de 30 centímetros, pero fue lo suficiente para estropear el pavimento y las puertas». La actividad agrícola de viña, cereal y almendro, necesitó la reconstrucción de los caminos.

El pozo que da servicio al pueblo, a unos seis kilómetros, sufrió una rotura, de la que se dieron cuenta al día siguiente. «Subimos con un todoterreno y arreglamos la tubería ese día».

En cuanto a las dotaciones públicas, el comedor del colegio se inundó y provocó unas grietas que obligó al traslado de los niños a unas salas en el Ayuntamiento.

Carlet

En jaque por el río Magro

El puente, devorado por la fuerza del agua, se ha convertido en un símbolo de la localidad

La crecida del río Magro puso en jaque a Carlet el día de la dana que vio como su puente, una de las principales vías de comunicación de la localidad, era devorado por la fuerza del agua. Un año después, esta infraestructura ya está reparada y su apertura el pasado mes de septiembre sirvió como símbolo de la reconstrucción en la localidad.

El desbordamiento del río Magro y de diferentes barrancos manifestó la necesidad de actuar no sólo con reparaciones si no también con medidas preventivas que mejoren la resiliencia de la localidad.

Cabe recordar que Carlet también sufrió desperfectos por los tornados que asolaron la tarde del 29 de octubre parte de la Ribera Alta. La zona del polígono industrial fue la más afectada pero pudo ser reparada de forma rápida para volver a la normalidad y recuperar la actividad a través de contratos de emergencia.

Precisamente en el río es donde se concentran desde pocos días después de la dana parte de los trabajos. Tanto para realizar los últimos retoques en el puente como para estabilizar el cauce que recibió gran cantidad de sedimentos. Las obras en el puente fueron de gran complejidad porque el agua hizo colapsar tres vanos y la plataforma eliminando la conexión principal entre el casco urbano y el polígono industrial. El municipio habilitó otro paso por el cauce para reducir la distancia y evitar las molestias a los miles de trabajadores de esta área. Ahora, la maquinaria trabaja para recuperar el río Magro que habitualmente transcurre con muy poca agua pero que el día 29 de octubre y los días posteriores multiplicó su caudal de forma extraordinaria dañando las vías e instalaciones municipales colindantes.

Catadau

Calles llenas de agua

Los desperfectos causados por esta histórica riada se repartieron tanto en el casco urbano, como en el término municipal

Las calles de Catadau también se llenaron de agua aquel 29 de octubre. Los desperfectos causados por esta histórica riada se repartieron tanto en el casco urbano, con daños menores que han sido prácticamente solventados en estos once meses, como, principalmente, en el término municipal.

Es en la zona rural y en el subsuelo donde queda más trabajo pendiente para recuperar la normalidad. Algunos trabajos servirán para reparar tramos de colector o cambiar las conexiones de la red de agua y así evitar que ésta colapse cuando hay episodios de lluvias.

El encauzamiento del barranco Ample y la construcción de un puente en este cauce es otra de las actuaciones que se llevarán a cabo.

También la adecuación de la zona del Regias que sufrió el movimiento de tierras por el agua.

Catarroja

Sobrevivir al barranco del Poyo

Tan graves fueron los daños por las inundaciones que todavía quedan ascensores por reparar y garajes sin limpiar

Un año después de la dana, Catarroja está en el tránsito de pasar de la emergencia a la reconstrucción. Tan graves fueron los daños por las inundaciones que todavía quedan ascensores por reparar y garajes sin limpiar. El municipio se verá inmerso los próximos años en tareas como la renovación del alcantarillado o el reasfaltado de todas las calles, por citar sólo dos de las principales.

Y todo eso con lo ocurrido el 29 de octubre en la memoria como si hubiera pasado ayer. La alcaldesa de la localidad, Lorena Silvent, habla de ello con todos los detalles, desde la anticipación con la que se constituyó el Cecopal hasta cuando 200 personas pasaron la noche en el Ayuntamiento o se produjeron miles de rescates, la mayoría ciudadanos porque la dana sobrepasó todos los recursos y medios municipales.

«Reforzamos la limpieza del alcantarillado, suspendimos las clases y vigilamos el barranco del Poyo estando en comunicación la Policía de Chiva», señala sobre las actuaciones habituales en caso de fuertes lluvias, aunque nadie se imaginaba el tsunami que iba a llegar a media tarde. 25 personas fallecieron por las inundaciones.

La recuperación de la huerta se ve como algo esencial debido a lo bien que funcionó durante la dana. «Sirvió para frenar e impedir la inundación de algunas zonas», asegura. La autoprotección es otra de las prioridades del municipio a la espera de que se actualicen mapas de zonas inundables y criterios por parte del Gobierno y la propia Generalitat.

Caudete de las Fuentes

Pendientes del río Madre

Dos vecinos de la localidad fallecieron mientras regresaban a sus casas

Dos vecinos de Caudete de las Fuentes fallecieron el 29 de octubre cuando volvían al pueblo desde Valencia. La dana les pilló en la A-3 y es, sin duda, lo peor que ocurrió en una jornada para olvidar. El daño llegó allí al desbordarse el río Madre, un afluente del Magro.

En Caudete de las Fuentes llovió todo el día, con lo que una zona inundable donde hay viviendas quedó muy afectada. Ahí, destaca la primera edil, se quieren hacer unos colectores para prevenir futuras inundaciones. Las casas afectadas se han podido reconstruir sin más incidentes. Los tejados de algunos inmuebles municipales resultaron afectados.

El colegio, el gimnasio, la biblioteca municipal o el entorno del río, la Fuente Grande, están pendientes de reconstrucción. El paisaje ha cambiado mucho y la reparación en el cauce va algo lenta.

Uno de los accesos a una parte del pueblo, dividido en dos por el río Madre, se vio afectado por la dana, con lo que está pendiente la reconstrucción.

Chera

Las huellas del desastre

Un año después de las inundaciones que asolaron parte de la provincia de Valencia, los efectos de las mismas siguen siendo muy visibles en esta localidad

Un año después de las inundaciones que asolaron parte de la provincia de Valencia, los efectos de las mismas siguen siendo muy visibles. «Puede haber más de cien kilómetros todavía sin reparar, no lo sé, pero es mucho», considera Juan Bautista Portero. La avenida de aguas que llegó a través de varios barrancos cortaron los accesos por carretera. «El que llega a Sot de Chera está pendiente de reapertura», comenta sobre el derrumbe de parte de la calzada.

A Chera, el caudal de agua más perjudicial llegó por el oeste, por la Sierra del Remedio, y también por la parte norte, por la Sierra Picochera. Todo esos son barrancos que bajan hasta el pueblo, aunque la suerte es que el casco urbano «está construido en la loma de esos barrancos», dice. El barranco del Agua o el de la Ermita se convirtieron por ese motivo en un peligro. El caudal no llegó a tocar las viviendas, aunque otra cuestión es lo que ocurrió con la red de alcantarillado, que empezó a rebosar.

El río Reatillo discurre cerca del pueblo y es el que llega al embalse de Buseo, donde el caudal rebosó sobre la coronación. «A partir de ese lugar se convierte en el río Sot hasta que llega al Turia», relata. Faltaban 15 minutos para las nueve de la noche, cuando el 29 de octubre los vecinos se dieron cuenta de lo que se les venía encima. «Poco después nos quedamos sin luz al caer ocho torres del tendido eléctrico», comenta. Se llegó a los 450 litros por metro cuadrado, lo que destrozó la red de agua potable, la de alcantarillado, un puente sobre el Reatillo que conecta con Siete Aguas, los caminos rurales y tres viviendas en la aldea del Reatillo, que quedaron gravemente tocadas, además de los destrozos en las casas del pueblo donde entró agua. «La reconstrucción de esas casas está casi terminada», comenta, aunque otro asunto son las obras públicas.

Almendros y olivos son los que más sufrieron, «Se llevó árboles centenarios, tiró los ribarzos y la tierra de cultivo, que ahora se repone. El manto original acabó en el embalse de Buseo, donde lo previsible es que se produzca un dragado a medio plazo. La reposición de los campos es urgente para evitar su abandono», indica el alcalde.

Cheste

Del aislamiento por la dana a reclamar parques inundables

Siete vecinos fallecieron como consecuencia de la riada

Cheste no olvidará nunca lo ocurrido el 29 de octubre y buena muestra de ello son las cifras que relata el alcalde José Morell con un hilo de emoción más allá de los fríos números: siete víctimas mortales empadronadas en el municipio, una de ellas todavía desaparecida, además de una decena de otros lugares, en su mayor parte atrapadas en la autovía cercana.

«Teníamos torrentes de agua y barro que cruzaban la localidad pero el mayor problema fue el aislamiento. Se nos cayeron ocho puentes, incluidos los dos principales de acceso», relata. De los servicios básicos, lo único que permaneció activo fue la red de agua potable. Todo lo demás saltó, por lo que carecían de información de lo que estaba ocurriendo. Hasta el día siguiente no tuvieron la película completa de la tragedia. «No sabíamos nada más allá de Cheste. Me encontré con la alcaldesa de Chiva, que estaba buscando cobertura para llamar y me enseñó vídeos de lo que había pasado allí», señala.

Las necesidades de Cheste siguen siendo muchas y variadas, aunque la mayor parte están encarriladas. Las zonas más dañadas en Cheste fueron el barranco de la Silleta, la avenida Castilla y la zona de la Garrama, donde hay urbanizaciones. Este último lugar se sitúa entre el cauce del Poyo y un afluente, el Barranquet, que ese día se convirtieron en uno, dado el enorme caudal. Fue uno de los lugares del municipio donde se registraron víctimas mortales.

El barranco del Poyo está alejado del casco urbano y lo más llamativo es cómo cambió el paisaje respecto a lo que había antes. Se amplió hasta 40 metros, quedando todo desolado. «Ni una caña», dice el alcalde.

Chiva

El kilómetro 0 de la dana

El desbordamiento del barranco cambió la localidad que ya ha podido reconstruir los puentes y calles más emblemáticas

Los vecinos que cruzan a pie el puente nuevo de Chiva no pueden evitar quedarse mirando al horizonte, al barranco. Un cauce que les recuerda los duros momentos vividos el 29 de octubre pero también muestra la certeza de que tras la dana ya nada es igual. En este punto del barranco del Poyo, el de Chiva para los vecinos, se pueden comprobar grandes cambios en la localidad, cómo se ha modificado el perfil del cauce después de la riada y también el entramado urbano con la demolición de varias viviendas que lindaban con el barranco y que quedaron arrasadas por el agua. Cuatro vecinos perdieron su vida a causa de las inundaciones.

A diferencia de en otras localidades, en Chiva los daños en instalaciones municipales no fueron tan cuantiosos pero sí el global y los desperfectos en viviendas. Un total de 33 han tenido que ser demolidas por el riesgo de derrumbe y otra decena han sufrido daños parciales. Estos vecinos afectados fueron realojados provisionalmente en hoteles y ahora en viviendas públicas en otras localidades. Otros, después de siete meses, pudieron volver a sus casas. Es el caso de los residentes del edificio ubicado junto al puente nuevo donde han tenido que realizar diferentes catas y estudios para comprobar que la estructura no había sido dañada. «Los cimientos están bien pero al haber tirado las casas de al lado, ahora no hay protección y hemos pedido que se construya un muro», comenta Consuelo, que vive en este edificio junto al barranco.

El sector industrial es otro que sufrió las consecuencias de la dana y que todavía trata de recuperarse. En el polígono está pendiente de que se inicie una obra de emergencia en el acceso a la A3 donde se embalsa una gran cantidad de agua cuando llueve. También se acometerá en los próximos meses la canalización perimetral del área industrial.

La reparación de caminos rurales es otro de los puntos en los que se ha trabajado desde las inundaciones para facilitar el acceso a los agricultores. Chiva cuenta con 19 urbanizaciones que también sufrieron importantes daños en calles e infraestructuras urbanas.

Corbera

El campo sufrió las consecuencias

La zona rural y el Casal Jove fueron los puntos con mayor afectación por la dana en esta localidad

Con alrededor de 3.000 habitantes, Corbera se sitúa en la Ribera Baja y el 29 de octubre sufrió las consecuencias de la riada.

En Corbera la zona rural fue la que más sufrió las consecuencias de la dana. Caminos rurales, instalaciones agrícolas y parcelas de cultivo quedaron destrozadas por el agua y el barro. Durante estos meses se han reparado algunas vías para facilitar el paso pero todavía quedan pendientes otras y el asfaltado para completar toda la red el término.

El polígono industrial fue la otra área de Corbera que se resintió tras el 29 de octubre. El agua entro en la zona inundando naves y también una de las instalaciones municipales como es el Casal Jove donde se generaron importantes desperfectos.

Además de la pérdida del material que allí se guardaba, paredes y otros componentes tuvieron que ser retirados por el mal estado tras varias semanas cubiertos de agua.

Cullera

El fondo marino recuerda la dana

La presencia de restos vegetales y basuras en los 15 kilómetros de litoral fue el principal daño que sufrió esta localidad turística

El rastro de la dana sigue presente en las playas de Cullera donde casi a diario el mar arrastra cañas y residuos hasta la orilla. Un hecho que muestra la magnitud del temporal que azotó la provincia de Valencia el pasado mes de octubre. Y es que el fondo marítimo de todo el litoral está lleno de cañas que fueron depositadas por los diferentes cauces. Por eso siguen apareciendo algunas cañas y micro residuos durante temporales marítimos y pequeños oleajes, que el servicio municipal de playas retira todas las mañanas.

La presencia de restos vegetales y basuras en los 15 kilómetros de litoral fue el principal daño que sufrió esta localidad turística. Tanto las del sur de la desembocadura del Júcar, como las más céntricas y las del norte que llegaron desde la desembocadura del Túria y la Albufera se llenaron de restos.

El temporal no sólo ha dejado cañas y residuos en el fondo del mar Mediterráneo también toneladas de sedimentos en la desembocadura del río Júcar que generan problemas en el puerto de Cullera.

La recuperación en Cullera no sólo se centra en el litoral y el casco urbano, otro de los proyectos acabados es la de la restauración de una parte de las muralla del Castillo, que el fuerte temporal y lluvias dañó gravemente.

Dos Aguas

El municipio de grandes cuestas

Los centenares de litros de agua que descargaron el 29 de octubre fueron los que provocaron desperfectos que todavía están por arreglar en esta localidad

No todos los municipios afectados por la dana sufrieron daños a consecuencia de las inundaciones. En los pueblos de montaña, el arrastre de los centenares de litros de agua que descargaron el 29 de octubre fueron los que provocaron desperfectos que todavía están por arreglar. Es el caso de Dos Aguas, un pequeño municipio con grandes cuestas que se convirtieron en rápidos aquel día y que metieron el miedo en el cuerpo a los vecinos.

«Sacaba a cubos el agua de la casa y puse sábanas en la entrada para frenarlo pero era imposible. Llovía de una forma impresionante», recuerda María Luisa Grau que tras la gran tormenta tuvo que reparar el tejado por las múltiples goteras. Ella como muchos otros residentes de Dos Aguas teme la llegada de nuevas alertas por si se repite la dana.

Además de los daños en caminos rurales en los que se ha actuado de emergencia están pendiente la reparación de los desperfectos en el colegio municipal o la reposición de un muro de contención así como el cambio del ascensor del propio ayuntamiento.

El municipio todavía tardará más de un año y medio en recuperarse de los efectos de la dana.

Favara

Favara recalcula sus daños

El Ayuntamiento devolvió parte del dinero otorgado por el Gobierno al reconocer que los daños de la dana habían sido menores

Situado en la Ribera Baja fue uno de los municipios afectados por la dana, aunque la incidencia fue menor. El temor a las precipitaciones hizo que el 29 de octubre se tomasen las precauciones suficientes y hoy en día las consecuencias no son catastróficas. La localidad fue incluida en el listado de afectados.

Más de 1.720 millones de euros fueron repartidos por el Ministerio de Política Territorial para la concesión de subvenciones a ayuntamientos para financiar obras de reparación, restitución o reconstrucción de infraestructuras dañadas por la dana. Entre los 75 municipios beneficiarios de estas ayudas directas se encuentra Favara a la que se le otorgó 8.039.553 euros. Sin embargo, pocas semanas después de la publicación de la orden ministerial, el municipio decidió devolver gran parte de estos ocho millones de euros y quedarse con una pequeña partida de poco más de 110.000 euros para realizar actuaciones de reparación.

Una decisión que según la alcaldesa de Favara, Pilar Sala, responde al criterio de los técnicos municipales que valoraron en una cantidad mucho menor los daños que sufrió la localidad a causa del temporal del pasado 29 de octubre. «Tuvimos daños mínimos en caminos y en el polígono y los técnicos valoraron que era menos», explicó la alcaldesa que no quiso confirmar la cantidad exacta de esta subvención que se utilizará finalmente para la reconstrucción.

La devolución de los casi 8 millones generó dudas entre los vecinos por lo que se celebró hace unos meses una asamblea para explicar los motivos de esta polémica decisión. No obstante, han continuado surgiendo críticas entre los residentes de la localidad por redes sociales sobre la renuncia a la subvención. En este caso, el grupo popular de Favara, que ostenta la alcaldía, ha remarcado que «son los técnicos, profesionales imparciales y especializados, los que expusieron la situación de manera clara y rigurosa».

Fortaleny

La amenaza del Jucar

Los daños fueron menores en esta localidad, que ha recuperado la normalidad

Alrededor de 1.000 personas viven en este municipio de la Ribera Baja, que aparece en la lista oficial de municipios de la Generalitat Valenciana reconocidos como afectados por la DANA. Aquí los daños fueron menores y en estos doce meses se han reparado la mayoría de caminos.

Los daños en el sistema de riego, motas y canales afectaron directamente a los cultivos de arroz y naranjos, principales recursos económicos del municipio.

Los habitantes se volcaron en ayudar a los vecinos de otras localidades cercanas, en las que el impacto de la dana había sido mucho mayor.

El temor a las lluvias permanece entre la población, teniendo en cuenta que la proximidad al río y la naturaleza del terreno hacen que sea una zona de riesgo relativo ante eventos extremos.

Fuenterrobles

La huella del agua que no desaparece

Las instalaciones deportivas quedaron dañadas por la dana

Dos ramblas, una por la parte baja del pueblo y otra que lo cruza, fueron las principales causas de los daños en Fuenterrobles el pasado 29 de octubre. El agua afectó a viviendas y vehículos pero sin daños personales. Llovía desde las cinco de la madrugada pero el problema fue lo que llovió «más arriba». Por fortuna no se quedaron vecinos atrapados, aunque la red de caminos rurales quedó muy afectada, con lo que alteró en cierta medida el trabajo diario de agricultores y ganaderos. «La uva y la almendra ya se habían recogido, pero hubo afectación al tirar vides y emparrados», señala la alcaldesa, Carolina Viana.

En algunas casas entró 30 centímetros de agua, pero los inmuebles ya han sido reformados. El principal problema está en las instalaciones municipales, donde está el gimnasio, las salas de la banda de música o aulas de juventud, así como en la propia piscina. Allí alcanzó hasta 1,70 metros.

El agua pasó por encima del recinto deportivo. Las pequeñas reparaciones ya han sido solventadas, aunque van a intentar reubicar todas esas dotaciones porque no es la primera vez que ocurre.

La solución hidráulica para los dos barrancos también se está valorando, algo que va más allá de la reconstrucción, aunque no hay nada definido.

Gestalgar

Una encrucijada diabólica

Este municipio está encajonado entre el río y una montaña, además de contar con barrancos que atraviesan el casco urbano

Gestalgar está encajonado entre el río y una montaña, además de contar con barrancos que atraviesan el casco urbano. Una encrucijada diabólica para que las inundaciones del pasado 29 de octubre fueran tremendas. Por fortuna no hubo víctimas. «Ese día llovió mucho, lo primero que se nos inundó fueron las calles altas. Nosotros estamos en una ladera, se nos tapó la entrada del barranco por los arrastres de la montaña, uno subterráneo que cruza el pueblo y la calle más alta, la del Calvario, fue la primera que se inundó a las nueve y media de la mañana con medio metro de agua». Así recuerda el 29-0 el primer edil de Gestalgar, Raúl Pardos.

El problema es que cuando parecía que todo había «amansado», horas más tarde comenzó a llover de nuevo por la tarde de una manera «salvaje». Al estar entre el Turia y un monte de tres millones de metros cuadrados, el peligro no llegó sólo del río. «Por las laderas bajaron agua y arrastres, pero los mayores daños fueron del río. Estamos aguas abajo de Chulilla, el embalse de Buseo desemboca en el río Sot y éste entre el balneario de Chulilla y Gestalgar, con lo que por ahí vino la gran cantidad de agua».

Ejemplo de eso es que el Turia pasó de una anchura de una decena de metros a tramos donde se registraron hasta 380 metros, con subidas de aguas entre cuatro y cinco metros. Eso, que ocurrió por la tarde-noche, es lo que se llevó por delante toda la infraestructura de regadío de la huerta, las instalaciones turísticas, el polideportivo municipal, la depuradora, las playas fluviales y todos los senderos. Por fortuna, infraestructuras y no víctimas mortales.

«No hemos construido viviendas en zonas inundables, que eso hace mucho», argumenta el primer edil. Además, el Ayuntamiento había lanzado avisos días antes de lo que podía venir. «No había coches aparcados cerca del río», explica sobre lo que ocurrió durante toda la jornada.

Godelleta

Problemas pendientes de resolver

El barranco del Juncar se desborda cada vez que llueve

Amparo Pardo tiene un recuerdo malo, muy malo, del pasado 29 de octubre, al igual que el resto de alcaldes de la dana. En Godelleta llovió mucho por la mañana pero luego paró: «Llegué a ir a Valencia con el alcalde de Alborache y el presidente de los regantes de Godelleta a una reunión», recuerda.

Es difícil borrar las imágenes de aquellas horas, con la Policía Local «aporreando» la casa de la alcaldesa por la tarde para que acudiera a las zonas que empezaban a presentar más problemas, sobre todo en la Alameda. Después de varios rescates y decisiones de emergencia, acabó acogiendo a una familia en su domicilio, además de un grupo de policías que no tenían donde descansar unas horas.

«El barranco del Juncar se desborda cada vez que llueve», indica sobre uno de los problemas pendientes de resolver. La conexión de este cauce con el del Murtal forma un aumento de caudal que no pueden asumir.

Algunas viviendas se quedaron sin acceso y la red de caminos también desapareció prácticamente. Las 28 zonas residenciales en el municipio, urbanizaciones y diseminados, formaron parte de una larga lista de obras de reconstrucción que todavía está en marcha.

Guadassuar

El amargo recuerdo en las calles

Más de 1.500 viviendas se vieron afectadas por la riada y 300 de ellas quedaron prácticamente destrozadas

Tras la aparente tranquilidad en las calles de Guadassuar queda el amargo recuerdo de la dana en cada uno de sus vecinos. Más de 1.500 viviendas se vieron afectadas por la riada y 300 de ellas quedaron prácticamente destrozadas. En cada una de ellas hay una historia que todavía duele recordar. Patricia Pérez es una de las afectadas que estaba reformando su casa en la calle Sant Josep cuando el agua y el barro lo destrozaron todo. «El día anterior habían acabado de colocarme toda la cocina. Tuve que empezar de nuevo», explica mientras muestra cómo, pese a los esfuerzos por rehabilitar su vivienda, la humedad sigue apareciendo en cada rincón.

Más de un metro y medio de altura alcanzó el agua en esta calle y los vecinos vivieron momentos de tensión y angustia que antes de aquel 29 de octubre eran impensables. «Mi vecina saltó por la terraza.Entre mi hijo y yo la ayudamos a pasar pero todavía hoy lo pienso y no sé cómo pudo hacerlo», recuerda Paco, otro residente de esta calle que tuvo que ayudar a una joven a pasar por los tejados ya que se ahogaba dentro de su casa.

Paco como la mayoría de vecinos de Guadassuar afectados por la dana ha ido reconstruyendo su vivienda con dificultad por la falta de profesionales. Por eso, un año después de la catástrofe, todavía le falta mucho trabajo por hacer.

La localidad se centra ahora en la reconstrucción que avanza lentamente también en las infraestructuras municipales.

Llaurí

El campo, el peor parado

Este municipio sufrió daños por la dana aunque fueron mínimos y centrados en zonas rurales

Llaurí es otro de los municipios de la Ribera Baja que también sufrió daños por la dana aunque fueron mínimos y centrados en zonas rurales.

Se trata de un municipio de 1.200 habitantes situado al pie de la sierra de Corbera. Es una zona donde la agricultura tiene un papel fundamental, por lo que las fuertes lluvias de la dana generaron enorme preocupación entre la población.

Los recursos del Ministerio de Política Territorial se destinaron principalmente a la reparación de varios caminos como el de Fortaleny o el de la Montaña.

También se han asfaltado varias vías.

Lliria

La localidad que respira tranquila

Los daños fueron menores en esta población

En Lliria los efectos de la dana fueron menores. Las fuertes precipitaciones impactaron en la localidad, pero por suerte no tuvieron que lamentar graves consecuencias.

Su cercanía con Pedralba, donde los pluviómetros recogieron el 29-0 el registro histórico de 411 litros por metro cuadrado, pudo haberle pasado factura, pero por suerte esta localidad prácticamente se libró de la fuerza del temporal.

La dana apenas afectó a algunos terrenos y caminos rurales.

Los habitantes de la localidad se volcaron en ayudar a sus vecinos más afectados.

Llocnou de la Corona

El pueblo más pequeño que sufrió las inundaciones

El municipio, de apenas una hectárea y 121 vecinos empadronados, se vio abandonado los primeros días con todos los bajos inundados

Viven en una hectárea de terreno, apenas unas calles en l'Horta Sud, pero sufrieron la dana como el que más. Los 121 vecinos de Llocnou de la Corona afrontan poco a poco la reconstrucción tras la tragedia, donde al principio se sintieron olvidados debido a la enormidad de las inundaciones.

Llocnou de la Corona se encuentra rodeado por Alfafar y Sedaví. Su tamaño es tan pequeño que disponen de un operario que se encarga del mantenimiento de las cinco calles y la plaza que forman el municipio, según señala la alcaldesa Paqui Llopis. Para los servicios de baldeo, por ejemplo, se pide ayuda a Sedaví o contratan a una empresa, destaca. Eso no quita importancia al municipio, donde los vecinos tuvieron que ayudarse unos a otros para salvar sus vidas. Se trata de un callejero dominado por las viviendas en plantas bajas, con una población mayor, que la tarde-noche del 29 de octubre pasó muchos apuros.

El Ayuntamiento sufrió la inundación de la planta baja donde se situaba un centro cultural y otras dependencias. Un local donde se sitúa la biblioteca también sufrió daños, en fase de reconstrucción. Además de las dependencias municipales en plantas bajas, todo el alcantarillado «saltó por los aires, es bastante antiguo». El 100% de los bajos resultó afectado, sin excepción.

El 100% de los bajos resultó afectado, sin excepción. El agua hizo un remolino, venía de la zona comercial de Alfafar y se juntaba con la que llegaba de Massanassa. El agua empezó a subir, no corría como tal. En una cota se instalará una placa en la que se indicará que el agua llegó a 1,80 metros.

Llombai

Las primeras lluvias fuertes

Las precipitaciones que cayeron en esta zona fueron sólo el preludio de lo que pasaría horas después en gran parte de la provincia de Valencia

Algunas de las primeras imágenes de vehículos arrastrados por el agua y personas en peligro a causa de las inundaciones ya en la mañana del día 29 de octubre se dieron en Llombai. Las fuertes lluvias que cayeron en esta zona fueron sólo el preludio de lo que pasaría horas después en gran parte de la provincia de Valencia.

En esta localidad, un año después de la tragedia, se respira tranquilidad ya que los daños en el casco urbano no fueron excesivos y tras retirar el agua y el barro se pudo recuperar la normalidad. Los vecinos pasean por las calles y recuerdan la angustia de ese día pero visto lo que pasó en otras localidades, se sienten afortunados por no haber sufrido el duro golpe de la dana.

En peor situación quedó la zona rural donde la huella de la inundación todavía está presente. Una gran piedra corta el paso al puente del Roll. Este paso sobre el río Magro debe ser demolido y reconstruido por los graves desperfectos que sufrió.

En el casco urbano, aunque en menor medidas, algunas instalaciones municipales también sufrieron desperfectos.

Loriguilla

Bajo la amenaza del barranco del Pozalet

El agua alcanzó numerosas viviendas pero la prevención evitó males mayores

El 29 de octubre la dana arrasó parte del municipio de Loriguilla al desbordarse el barranco del Pozalet y otro de menor envergadura situado al norte. Por fortuna no se produjeron víctimas mortales, seguramente debido a la prevención que tomó el Ayuntamiento, que a las 12.30 horas decidió suspender las clases tanto en el colegio como en la escuela infantil. «Todavía no llovía mucho pero pintaba muy mal», recuerda la alcaldesa, Montserrat Cervera.

Un tornado dejó fuera de servicio la subestación eléctrica y la vigilancia se intensificó en el Pozalet. Las llamadas al 112 eran infructuosas. «No había manera de comunicar», recuerda. Cuando se logró, el caudal de la dana ya había desbordado por completo e inundaba el municipio. Tras el desastre, el balance arrojó que las viviendas situadas junto al Pozalet habían resultado con muchos daños. «El agua llegó a 1,60 metros al menos», considera. Los propietarios han tenido que afrontar numerosas reformas.

La recuperación de la luz fue de lo primero que se logró: «Nos trajeron siete generadores». La reparación de una tubería del agua potable también fue otro de los servicios que en unos días ya estaba activo. Igual de complicado fue la reconstrucción de dos puentes, uno ya reparado y el otro en obras en la Loma.

La mayor parte de los accesos quedaron dañados y ya están todos reconstruidos.

Macastre

El temor entre dos cauces

Todos los pasos sobre el río se los llevó por delante la dana

Situado entre los ríos Buñol y Magro, el destino de Macastre el pasado 29 de octubre estuvo ligado a esos dos cauces, aunque por fortuna no se produjeron fallecidos. El alcalde de la localidad, Vicente Montó, comentó que es el primer pueblo por donde pasa el segundo desde el embalse de Forata. «Todos los pasos sobre el río se los llevó por delante la dana, aunque un puente aguantó bien», considera.

Un área recreativa desapareció junto al Magro y de momento no parece que vaya a recuperarse.

Dos viviendas resultaron afectadas. Una, siniestro total y otra que ha podido ser habitada de nuevo. Al ensanchar el cauce por la dana, la reconstrucción de un camino debe pasar por unas parcelas privadas, algo de lo que están pendientes del aval de la Confederación. «Podíamos haber hecho mucho ya».

En cuanto al estado del propio río, señala que tiene todavía arrastres, incluso una torre eléctrica. «Todo eso hay que eliminarlo y limpiarlo bien», considera, además de rematar la reconstrucción de los caminos.

Manises

La tragedia desde lejos y cerca

Las intensas lluvias provocadas por la DANA asustaron a la población aunque los daños no fueron muy graves

Las intensas lluvias provocadas por la DANA en Manises afectaron a esta localidad. Desde el inicio de la tragedia los servicios municipales estuvieron en alerta para atender las posibles incidencias. A mediodía, el Ayuntamiento de Manises hizo público un bando en el que se comunicaba la cancelación de la agenda municipal institucional, talleres de tiempo libre y actividad deportiva. Además, se ordenó el cierre de instalaciones deportivas, parques, jardines y cementerio. También se suspendieron las clases en todos los centros educativos y se recomendó a la población no circular por el Parque Natural del Turia. Eso evitó consecuencias mayores.

Manises ha cerrado otro capítulo de la catástrofe, ya que el municipio albergó uno de los grandes vertederos temporales de residuos generados por la dana. La Generalitat clausuró el pasado 26 de septiembre el punto de transferencia de Quart-Manises, el último de los tres espacios habilitados para tratar los enseres, voluminosos y lodos acumulados tras las inundaciones. Durante un año de actividad, este enclave gestionó 305.000 toneladas de residuos, recibió más de 14.500 viajes de camiones y movilizó medio centenar de trabajadores y 25 unidades de maquinaria pesada, además de acopiar 20.000 metros cúbicos de lodo en cuatro balsas.

La reconstrucción combina medidas urgentes de seguridad y estabilización con proyectos de mayor calado cuya ejecución, si se cumplen plazos y aprobaciones, podría comenzar con las adjudicaciones a partir de 2026, según el calendario aportado por el equipo municipal.

El municipio avanza en las obras tras la dana de 2024 con la limpieza del cauce del Turia y la finalización de memorias para obras clave como el muro de El Barranquet y el colector norte.

Massanassa

Las secuelas de las pérdidas

Doce personas perdieron la vida por la dana en esta localidad

Consuelo Ariza, de 73 años, recuerda la impotencia de aquel día que «estaba en Granada cuando ocurrió, pero al volver me encontré los garajes destrozados y los coches en la calle. El consorcio debía asumirlo, pero a estas alturas seguimos igual». Miguel, vecino de un tercer piso en la calle Torrent, describe con crudeza cómo el agua lo arrasó todo, «en diez o quince minutos todo se convirtió en un lago. El agua se llevó los coches con una fuerza tremenda. Estuvimos sin ascensor quince días; para la gente mayor fue un drama», mientras que Marcos Portalvez perdió su vivienda de planta baja, construida hace solo dos años. «Mi mujer y mis hijos fueron por instinto a casa de mi hermana, a un segundo piso. Si hubieran estado dentro, no lo contarían», recuerda.

Massanassa fue una de las localidades más afectadas por la dana. Precisamente los datos del punto de control 'fantasma' de esta localidad remitidos por la CHJ al juzgado que investiga la causa de la dana muestran un importante crecimiento del nivel del agua a partir de las 18.15h de la tarde de la riada. 12 vecinos perdieron su vida en un día que transformó este municipio, que durante días se mantuvo inaccesible. Las pérdidas todavía conmocionan a los habitantes.

La dimensión psicológica de la dana es evidente. María, psicóloga y vecina de la calle San Miguel, vivió en primera persona el desastre. «Estábamos trabajando cuando el agua comenzó a filtrarse. En cuestión de minutos la puerta estalló por la presión y el agua entró a raudales. Nos subimos a las mesas, pero no había otra opción que salir. Una furgoneta casi se incrusta en nuestra puerta. Pasamos la noche refugiados en un portal, sin poder contactar con la familia. Solo al amanecer pude confirmar que estaban bien».

Carreteras rurales y la rehabilitación integral de los colegios son tareas todavía pendientes. La magnitud del desastre obliga a pensar en un horizonte de recuperación de varios años, con la necesidad de mantener un esfuerzo continuado.

Mislata

El gran centro logístico

Este municipio logró esquivar los peores efectos de la dana del 29 de octubre

Mislata, con una población de 46.153 habitantes y una superficie de 2,3 kilómetros cuadrados, logró esquivar los peores efectos de la dana del 29 de octubre de 2024. Su ubicación geográfica, atravesada por el cauce del Plan Sur, actuó como barrera natural ante las aguas torrenciales que devastaron buena parte de la comarca de L'Horta Sud. Sin embargo, la ciudad asumió un papel esencial durante la emergencia. En menos de veinticuatro horas, el pabellón de El Quint se transformó en un gran centro logístico de ayuda humanitaria, coordinado por el Ayuntamiento con la implicación de todas las áreas municipales, la empresa pública de servicios y cientos de vecinos y vecinas.

Por este espacio pasaron miles de vehículos y centenares de voluntarios. Se recogieron y distribuyeron más de 500 toneladas de ayuda, con una media de 300 personas trabajando a diario en tareas de clasificación y carga. Agua, alimentos, medicamentos, productos de higiene, ropa, comida para mascotas y material específico para personas celíacas salían desde Mislata hacia los municipios más golpeados, como Catarroja, Sedaví, Alfafar, Paiporta o Picanya. El pabellón también sirvió como refugio provisional para más de cincuenta familias que lo habían perdido todo, como alojamiento para voluntarios y como base temporal de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

El alcalde, Carlos Fernández Bielsa, recordaba que «más allá de las cifras, lo que define aquellos días es el alma de la solidaridad». Mislata se convirtió en el centro de recepción y distribución más grande de toda la comarca, un espacio de esperanza para miles de personas que no tenían acceso a agua potable, comunicaciones ni a los alimentos más esenciales.

Aunque la dana no afectó gravemente al núcleo urbano principal, sí provocó daños en el barrio de la Avenida de la Paz, en la red de alcantarillado y en distintas infraestructuras municipales. Se registraron desperfectos en calles y accesos, en el cementerio municipal y en equipamientos públicos como el propio pabellón de El Quint, que sufrió deterioros tras su uso intensivo como centro logístico. También resultaron afectados parques y jardines, como el de Santo Domingo de Guzmán, en la zona limítrofe con Xirivella, además del alumbrado público, los contenedores subterráneos y parte del mobiliario urbano. Los daños en infraestructuras municipales se han valorado en cerca de 7,2 millones de euros.

Montserrat

El día en que se desbordó el barranco de l'Agroix

En Montserrat el proceso de reconstrucción tras la dana ya es visible. La localidad sigue buscando a su único desaparecido

Montserrat es tristemente conocida por el caso de Francisco Ruiz, el vecino de esta localidad cuyo rastro se perdió en el aparcamiento de un supermercado tras poner a salvo a sus dos nietos de cinco y diez años. Aunque se le ha dado por fallecido, equipos de más de ocho agentes están realizando la búsqueda siguiendo el recorrido que se cree que pudo haber seguido el cuerpo.

En Montserrat el proceso de reconstrucción tras la dana ya es visible en algunos puntos de la localidad. Sobre todo, en las zonas cercanas al barranco de l'Agroix, donde se concentraron la mayor parte de daños por su desbordamiento el pasado 29 de octubre. Una de las principales actuaciones que ya está en marcha es la del polideportivo, ubicado junto a l'Agroix. Allí los operarios trabajan para solucionar los desperfectos que sufrió.

También formará parte de esta partida una actuación prioritaria para la localidad y que servirá para reducir el riesgo de inundación en el casco urbano y el término. El Ayuntamiento de Montserrat ha propuesto crear un parque fluvial en el barranco de l'Agroix para paralizar las aguas en caso de crecida. En el episodio de octubre se comprobó que las parcelas cercanas frenaron la bajada del agua por lo que se ha decidido ampliar el espacio del barranco. Para ello el consistorio ha iniciado el proceso de expropiación de los terrenos, que costeará con fondos propios, y posteriormente la adecuación del cauce se incluirá dentro de la ayuda a la reconstrucción repartida por el Gobierno.

Así también se espera actuar en las zonas verdes y parques y en el área industrial, también situada junto al barranco y que fue muy perjudicada por la dana que azotó Valencia. Allí varias naves se inundaron y tuvieron que actuar de forma rápida para poder recuperar la actividad.

Montroy

El cauce del Magro desbocado

Las consecuencias de la dana son todavía visibles en algunos puntos del mismo casco urbano

Montroy fue uno de los municipios afectados por la gran crecida del río Magro. El cauce desbocado inundó la zona industrial y gran parte del término municipal causando cuantiosos daños. También en instalaciones municipales que debido a la fuerza de las lluvias sufrieron desperfectos.

Las consecuencias de la dana son todavía visibles en algunos puntos del mismo casco urbano, como en la gasolinera junto al cauce donde se desprendió parte del suelo tirando el cartel de los precios. Incluso dentro del río se puede observar un poste de luz entre la tierra, uno de los muchos elementos que el agua arrastró.

En la zona rural sí se ha conseguido avanzar algo más con la mejora de caminos para posibilitar el paso de los vecinos y agricultores aunque también quedan pendientes reparar algunos pasos sobre el río y algunas parcelas particulares.

Otro de los proyectos pendientes en Montroy y de vital importancia es la pasarela de la CV-50 que une el municipio con Real. Ésta tuvo que ser derribada por los daños estructurales.

Paiporta

El municipio más afectado

56 personas de esta localidad fallecieron en la tragedia. Es la cifra más alta de toda la zona dana

Paiporta es el municipio más afectado por las inundaciones, y también se ha visto lastrado por las tareas de limpieza, pero también por las condiciones en las que se encuentran infraestructuras básicas, como el centro de salud. Los primeros días ofrecía un espectáculo lamentable. En las primeras horas en las calles todavía quedaban trastos, y un penetrante olor a orines se cuela incluso por la mascarilla FPP2.

El desbordamiento del Barranco del Poyo, que atraviesa la zona de Paiporta, funcionó como canal para la riada que arrastró agua, barro y escombros hacia la población y provocó la muerte de 56 personas.

Una de las imágenes más impactantes de esta dana fue cuando los vecinos de Paiporta protestaron ante la visita institucional. Cientos de personas increparon a los reyes, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, durante la visita que realizaron a la localidad. Les lanzaron barro, les insultaron, sobre todo a Sánchez, y el Rey intentó calmar los ánimos hablando con algunos de los vecinos.

El ambulatorio de Paiporta fue de los más afectados, entre el barro y en unas condiciones tan precarias que casi lo convierten en zona de guerra, con barro por todas partes, condiciones higiénicas que brillan por su ausencia, y que los sanitarios y el personal de limpieza intentaron, sin éxito, preservar.

Paterna

Modelo de coordinación y respuesta

La dana dejó el recuerdo doloroso de la pérdida de un vecino y daños materiales extensos

La dana dejó el recuerdo doloroso de la pérdida de un vecino y daños materiales extensos, sobre todo en caminos agrícolas y zonas próximas al Parque Fluvial del Turia como la Currucosa, Despeñaperros y Molinos.

La ciudad se convirtió, tras la dana del 29 de octubre de 2024, en un eje logístico y de apoyo para los municipios más afectados. De hecho, el primer vehículo retirado en Benetússer tras la catástrofe fue movido por trabajadores voluntarios de la empresa municipal Gestión y Servicios de Paterna (GESPA), un gesto que simboliza la rapidez y el compromiso con el que se actuó.

El alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, fue una de las voces que más alto reclamó unidad y ayuda institucional. «La dana nos dejó dolor y pérdidas irreparables, pero también una gran lección de esperanza y solidaridad. Paterna demostró que, incluso en la adversidad, la unión de un pueblo es capaz de superar cualquier catástrofe», recuerda Sagredo en este aniversario.

Paterna se ha consolidado así como un ejemplo de solidaridad, respuesta inmediata y capacidad de organización ante la adversidad. Una ciudad que, un año después, sigue reconstruyéndose mientras mantiene viva la memoria colectiva de aquellos días en los que la unidad fue su mayor fortaleza.

Pedralba

El demoledor caudal del barranco de Chiva

Cinco personas murieron en este municipio el aciago 29 de octubre

Pedralba, entre Bugarra y Vilamarxant, sufrió las inundaciones del pasado 29 de octubre al situarse a orillas del río Turia con un balance trágico de cinco víctimas mortales. A lo largo de su ribera ha crecido el casco urbano de un municipio que sufrió cuantiosos daños pendientes de reconstrucción en su mayor parte.

El extraordinario aumento del caudal del barranco de Chiva en el municipio de Pedralba y la altísima velocidad de circulación del agua por la fuerte pendiente provocó cuantiosos daños en los puentes y badenes que cruzaban el barranco, colapsando los badenes de los caminos del Llano del Rey y del Panal, así como el puente del camino del Cerrito Royo. Por todo ello, se iniciaron una serie de obras de emergencia como la ejecución de un nuevo badén en el camino del Llano del Rey, así como la limpieza y retirada de escombros.

Además, se contemplaba la demolición de los restos y la construcción de un nuevo badén del Camino Panal, así como la conexión entre el viario existente y el nuevo badén. En el puente del Camino del Cerrito Royo, la hoja de ruta era demoler los restos que han quedado en el camino y viaducto dañados y realizar la limpieza del entorno de la estructura para la reposición del camino afectado.

«Todavía tenemos empantanados los accesos, por lo que la vuelta a la normalidad es complicada», comenta el primer edil, Andoni León.

Picanya

El municipio donde no llovió y todo se inundó de agua y barro

11 fallecidos se registraron por la dana, de los que seis personas estaban empadronadas en el municipio

El 29 de octubre no llovió en Picanya, como en otros tantos lugares de l'Horta donde eran desconocedores del tsunami que les vendría encima. «Lo primero que hicimos al ver lo que llegaba fue poner nuestros medios, policías y brigadas», recuerda el alcalde Josep Almenar, para que los vecinos no cruzaran los puentes antes de que se vinieran abajo. Cinco personas murieron en sus viviendas pero lograron rescatar a otras 25, que fueron llevadas a un lugar seguro. «Más tarde sacamos a los que estaban encima de sus casas en la calle Almassereta», destaca sobre una de las zonas más dañadas del municipio, una calle paralela a un talud del barranco del Poyo.

Después llegó la tarea de empezar a sacar barro, habilitar lugares donde la gente pudiera comer y dormir, así como darse cuenta poco a poco de la magnitud de la tragedia. Además del Poyo, el primer edil está convencido de que también llegó caudal de la Saleta, esto último en la parte del polideportivo. Así de grave fue la catástrofe, donde la primera decisión fue comunicar las dos zonas del pueblo, dado que habían desaparecido todos los puentes.

El desbordamiento del Barranco del Poyo en Picanya atacó con especial virulencia al barrio de Vistabella, Almenar tiene un recuerdo especial para los voluntarios y de los servicios de emergencia, que ayudaron mucho.

Los destrozos todavía se dejan ver en el pueblo.

Picassent

El barrio de I'Omet de Picassent espera una solución

Esta localidad no tiene que lamentar víctimas mortales pero sí cerca de medio centenar de viviendas afectadas

En Picassent, la dana del 29 de octubre de 2024 dejó una huella imborrable. Aunque el municipio no aparece en las listas con cifras de víctimas mortales, el impacto humano y material ha sido devastador, especialmente en el barrio de la Font de l'Omet. Allí, la fuerza del agua alcanzó hasta dos metros de altura, arrasando calles enteras y convirtiendo en inaccesibles 11 de las 31 viviendas afectadas. Un año después, siete familias siguen sin poder volver a sus casas, atrapadas entre precintos y promesas incumplidas. La catástrofe no solo destruyó hogares, sino también la confianza de unos vecinos que sienten que el tiempo se detuvo en su calle, mientras esperan soluciones que no terminan de llegar.

Los vecinos de la urbanización Omet recuerdan con precisión aquella tarde. «El agua empezó a las seis de la tarde, y en menos de media hora ya nos llegaba a las rodillas», cuenta una vecina de la calle 7, una de las más afectadas. El agua bajaba con violencia desde Turís y Montserrat, arrastrando barro, troncos, cañas y una cisterna de un camión. «Ya habíamos avisado muchas veces de la necesidad de mantener limpio el barranco», insisten. Elena, una de las afectadas, revive el momento en el que tuvo que sacar a su madre de 88 años por el tejado para salvarla. «El agua entró tan rápido que no teníamos salida. Fue una pesadilla», recuerda. Otro vecino explica que «en mi casa el barro alcanzó los tres metros y lo perdimos todo».

Las pérdidas materiales fueron incontables entre muebles, electrodomésticos y vehículos. «Mi coche quedó destrozado, no sirvió para nada», relata otro afectado. Pero más allá de los objetos, lo que más pesa es la sensación de vulnerabilidad. «Cada vez que anuncian lluvias fuertes, nos entra el miedo de que vuelva a pasar. Vivimos con esa angustia», dicen. Lo que más indigna a los residentes es la falta de soluciones rápidas. «Todavía seguimos esperando que empiecen las obras», lamenta un vecino, señalando las grietas y humedades que continúan en su vivienda. La calle 7 sigue precintada en parte, y algunas casas permanecen vacías desde aquel 29 de octubre. La sensación de abandono se repite en cada testimonio porque «nos sentimos olvidados y nadie nos da plazos claros». La desconfianza crece cada día que pasa. «No sabemos cuándo van a hacer colectores, ni qué pasará con nuestras casas. Nadie nos da respuestas concretas», reclaman.

La dana también provocó más de 150 incidencias en caminos rurales, además de destruir el puente del Omet, el del Sabater y la pasarela peatonal que une Picassent con Alcàsser. Mientras las administraciones enumeran inversiones y proyectos, los vecinos de la calle 7 siguen midiendo el tiempo en promesas. Las cifras millonarias y las memorias técnicas contrastan con la vida cotidiana de quienes todavía no pueden regresar a su hogar.

Polinyà de Xùquer

El Xùquer no se detiene

Polinyà no se libró de las inclemencias de la dana con el río desbordado

Las zonas rurales de cualquier municipio de la Ribera Baja suelen ser las más afectadas durante las precipitaciones y en el 29-O volvió a suceder algo similar. Polinyà no se libró de las inclemencias de la dana.

Además las aguas desbordadas del Xúquer entraron en el casco urbano de madrugada, afectando prácticamente a todo el municipio.

En Polinyà se repararon instalaciones deportivas como la piscina o el campo de fútbol pero siguen pendientes las intervenciones más importantes como en varios caminos rurales principales y en el alcantarillado.

Las zonas rurales de cualquier municipio de la Ribera Baja suelen ser las más afectadas durante las precipitaciones y en el 29-O volvió a suceder algo similar. Polinyà no se libró de las inclemencias de la dana. En Polinyà se repararon instalaciones deportivas como la piscina o el campo de fútbol pero siguen pendientes las intervenciones más importantes como en varios caminos rurales principales y en el alcantarillado.

Quart de Poblet

Un pueblo que se refleja en un mural

El polígono industrial de esta localidad fue el epicentro de los daños causados por la dana

El polígono industrial de Quart de Poblet fue el epicentro de los daños. La corriente arrasó vallas, vehículos y locales, afectó la red viaria y eléctrica, y dejó inutilizados sistemas de drenaje y alumbrado.

Junto al polígono, las actuaciones de recuperación por los daños abarcan ámbitos muy diversos, como la restauración del Auditori Molí de Vila, la reconstrucción del Parque Natural-Fluvial del Turia, la reparación de caminos rurales y zonas verdes, y la restauración del Centro de Interpretación de la Naturaleza y de varios locales municipales. También se están rehabilitando parques infantiles y espacios de convivencia, con la intención de recuperar no solo las infraestructuras, sino también el pulso cotidiano del municipio. Uno de los proyectos más simbólicos es la rehabilitación del puente histórico.

El componente ambiental ocupa un lugar central en la estrategia de reconstrucción. Quart de Poblet trabaja en la restauración del ecosistema natural del río Turia.

Si hay un símbolo que refleja la fuerza de Quart de Poblet, es el mural «Batre ales per a moure cors», pintado en la fachada del edificio más afectado por la riada. La obra, impulsada por el Ayuntamiento con la colaboración vecinal, se ha convertido en un homenaje a la resiliencia del pueblo.

Real

Una recuperación lenta

La dana golpeó de forma dura a esta localidad situada junto al río Magro

La dana golpeó de forma dura a la localidad de Real, situada junto al río Magro. Casi un año después todavía son visibles las cicatrices de esta tragedia tanto en el casco urbano como en todo el término. Desde el Ayuntamiento calculan que se tardarán unos cuatro años en acabar todas las obras pendientes para recuperar las infraestructuras dañadas.

Algunas de las actuaciones más importantes ya han comenzado como la reconstrucción de la pasarela peatonal de la CV-50 entre Real y Montroy y la recuperación y refuerzo del cauce del río.

De forma provisional se repararon caminos rurales para habilitar el paso de los agricultores pero ahora se espera poner en marcha un proyecto de 4 millones de euros para recuperar todas estas vías dañadas.

«Realizamos pequeñas obras en la piscina para poder abrirla por el verano pero hace falta rehacer toda la instalación», comenta el alcalde de Real, Gerardo López.

Requena

La ciudad sin pasarelas

La dana arrasó los puentes y pasos del río Magro y de los diferentes barrancos

La dana arrasó los puentes y pasos del río Magro y de los diferentes barrancos que rodean Requena. Una devastación que todavía es visible en algunos puntos de los cauces mientras avanzan las obras de reconstrucción.

Las aldeas y pedanías de Requena fueron las que más sufrieron las consecuencias de la gran riada del año pasado. Situadas muchas junto al río Magro vieron como el agua engullía puentes e instalaciones municipales. Hortunas fue la peor parada y la inundación afectó a varias casas y destrozó la pista deportiva que estaba junto al cauce.

Por su parte, a los vecinos de la aldea del Pontón la dana les dejó sin el puente que conecta con Requena. Durante varios meses tuvieron que recorrer más de 20 kilómetros para llegar a Requena de la que le separan apenas dos kilómetros debido al cierre del puente de la N-322.

El puente de San Antonio es otro de los que la crecida del Magro hizo desaparecer.

Ribarroja

Atrapados por la dana entre el río Turia y los barrancos

La reconstrucción en el municipio pasa por los proyectos competencia del Ayuntamiento pero también por las grandes obras hidráulicas

Riba-roja de Túria está unida de manera indisoluble con el Parque Natural del Turia y con los polígonos industriales que protagonizan buena parte del término municipal. Con un vecino fallecido en la dana, además de otros cinco no empadronados que acabaron en el término, la reconstrucción está todavía muy lejos de ver el final, aunque curiosamente la mayor parte de las mejoras excede las competencias municipales.

El casco urbano se salvó en su mayor parte, aunque hay dotaciones públicas que necesitan una fuerte inversión. Es el caso del auditorio, que acabó lleno de agua y con varios destrozos.

Masía de Tráver es uno de los núcleos más grandes. «Hay 839 viviendas y unas 2.500 personas empadronadas», destaca el presidente de la asociación de vecinos, Ray Martínez. Gracias a las peticiones presentadas en el Consorcio de Seguros, la mayor parte del interior de la urbanización está ya reparada, aunque quedan algunas dotaciones pendientes de reconstrucción. Es una zona muy sensible del municipio, destaca.

En la cercana urbanización de La Reva, otro núcleo importante, la asociación de vecinos reclama que mejoren las carreteras a su alrededor, sobre todo para evitar los atascos de camiones en horas punta. Además, que se dé prioridad a la recuperación de la línea ferroviaria de Cercanías, cortada ahora en Aldaia y que debe llegar hasta Utiel.

Riola

Precaución ante la lluvia

La mota de defensa se deshizo y el agua campó a sus anchas por el casco urbano de la localidad

Los municipios de la Ribera Baja del Júcar están acostumbrados a mirar al río cada vez que llueve pero desde la dana esta vigilancia es todavía mayor. Y es que un año después de aquel inolvidable 29 de octubre las secuelas, sobre todo en la zona rural, siguen estando muy presentes.

En esta ocasión el Júcar no fue tan devastador como otros, el Magro o el barranco del Poyo, sin embargo, en su último tramo antes la desembocadura, este cauce no aguantó la gran cantidad de agua que transportaba, más de 2.000 metros cúbicos por segundo, y se desbordó causando daños en varios municipios.

El más afectado fue Riola donde la mota de defensa se deshizo y el agua campó a sus anchas por el casco urbano. Ahora la tranquilidad ha vuelto a esta pequeña localidad que estuvo incomunicada durante más de 24 horas, pero el rastro de la inundación sigue estando presente.

La reconstrucción en Riola avanza de forma lenta. Todos los caminos rurales sufrieron desperfectos por el desbordamiento del río.

Sedaví

Roto por la lluvia

Fue una de las localidades más golpeadas por la dana con calles, negocios y viviendas sepultados por una marea de barro y enseres. Desde entonces, el Ayuntamiento se ha volcado en limpiar, atender a la población y lanzar proyectos de reconstrucción

El 29 de octubre una marea de barro, agua y enseres arrastrados anegó todo el municipio de Sedaví. Las principales avenidas llegaron a registrar hasta dos metros de altura y ninguna calle quedó a salvo de la inundación. Varios negocios y viviendas quedaron completamente destrozados y se contabilizaron 14 víctimas mortales.

Sus estrechas calles, colapsadas por los coches que fueron arrastrados por las fuertes lluvias y quedaron apilados, son ya un símbolo de la devastación. Esa imagen dio la vuelta al mundo. Ninguno de los habitantes de esta localidad ha olvidado las dantescas imágenes.

El 29 de octubre el municipio quedó completamente anegado por el agua, el barro y los enseres arrastrados. No quedó ninguna calle libre y se perdieron más de 6.000 vehículos, lo que supuso el 93,5 % del parque móvil de la localidad. Las principales avenidas alcanzaron hasta los dos metros de agua y catorce personas perdieron la vida en Sedaví.

Una de las imágenes más impactantes de la catástrofe fue la icónica calle de Sedaví, portada de decenas de periódicos de España y del mundo, con coches grotescamente apilados y arrasados por la furia del agua. Hoy, la vía de la tragedia, donde murieron muchas personas, aparece limpia y con vehículos estacionados.

Siete Aguas

Lo que nadie había visto nunca

El 29 de octubre llovió mucho en el barranco del Pantano que, a pesar de su nombre, va siempre seco

El barranco del Pantano, a pesar de su nombre, va siempre seco, sin gota de agua. La excepción para los vecinos de Siete Aguas fue el 29 de octubre, incluso la víspera, cuando ni los más mayores habían visto algo igual en el municipio. «Llovió muchísimo, de una manera desaforada», señala la alcaldesa de la localidad, Teresa Hernández, sobre aquella jornada. «Los mayores decían qué raro, nunca habían visto cómo saltaba así el agua en el barranco», dice.

Uno de los problemas más graves fue el estrechamiento del barranco, casi aguas abajo del pueblo. Para ello, una de las medidas que quiere tomar el Ayuntamiento en la reconstrucción es ampliar el cauce, con el fin de eliminar ese tapón. «El tramo final es muy estrecho y al no tener salida por su cauce, el agua salió por un lateral, reventó muros y afectó a dos viviendas que están debajo de una pista deportiva, cayeron los muros... En las parcelas de esas viviendas todo lo reventó», mantiene la primera edil.

Los destrozos por la dana se produjeron también en el puente del Real, una de las joyas históricas del municipio. Construido en 1780, el empuje del agua no afectó a su estructura y sigue en servicio aunque necesita reparaciones con urgencia.

Los accesos a las urbanizaciones, los llamados diseminados, fue otro de los problemas graves. En Siete Aguas hay muchos vecinos en esas zonas.

Silla

El pueblo que abrió sus puertas

La localidad lamentó la muerte de un vecino. Todavía libra una batalla silenciosa contra las cicatrices ecológicas que el agua dejó en l'Albufera

En Silla quedará la huella de un municipio que supo abrir sus puertas para ayudar a otros y que aún libra una batalla silenciosa contra las cicatrices ecológicas que el agua dejó en l'Albufera. La localidad tuvo que lamentar la vida de un vecino.

Los daños se localizaron en el polígono de l'Alteró, la marjal y el puerto, los puntos más afectados, pero con una respuesta municipal que convirtió al pueblo en un centro de ayuda para toda la comarca. El esfuerzo inmediato se centró en socorrer a los municipios más golpeados y en atender a las decenas de personas que quedaron atrapadas aquella noche en la estación de Renfe.

La misma noche del temporal, el consistorio activó el dispositivo de emergencia. Ante la imposibilidad de restablecer de inmediato la circulación ferroviaria y la inseguridad en las vías, se habilitaron instalaciones municipales para acoger a los usuarios y garantizar su seguridad.

Silla abrió a la largo de los meses, las puertas de sus colegios e institutos para acoger a alumnado procedente de municipios afectados y ofreció plazas en su conservatorio para estudiantes de música que habían perdido sus centros. . El Port de Silla y el canal que lo conecta con l'Albufera han sufrido el fango y toneladas de basura arrastradas por la avenida de agua del barranco de Poyo que impide el curso natural del agua, dificultando la anidación de aves y amenazando el sistema hidráulico.

Sinarcas

El río que cambió con la dana

El cauce del Regajo ha cambiado tanto que ahora cabría el Ebro, dicen en el municipio

Enclavada en la comarca de Requena-Utiel, fue de las primeras poblaciones en sufrir las fuertes lluvias y la crecida de los ríos, en su caso el Regajo. Poco queda del territorio anterior a la dana, dado que la orografía ha cambiado por completo.

A pesar de no registrar fallecidos, en Sinarcas se acuerdan muy bien de lo ocurrido el 29 de octubre, cuando el agua desbordó por el Regajo y corrió a toda velocidad por el casco urbano, inundando la parte baja, donde se encuentran las instalaciones deportivas. «Fue la parte más dañada de todas», asegura la primera edil, María José Clemente.

Entró agua en algunas viviendas y edificios públicos, aunque ninguno de estos dejó de funcionar y en todos se trabaja ya con relativa normalidad. Aún así, buena parte de los fondos para la reconstrucción se dedican precisamente a la zona deportiva, el parque, la sede del Ayuntamiento, el centro de turismno rural, el mercado, un museo del cereal, un edificio de la asociación de amas de casa, el salón cultural y un antiguo matadero que se rehabilitó para sala multiusos.

Carreteras, caminos rurales y pistas forestales completan un panorama desolador, que en parte ya se ha reconstruido.

Sollana

La calma tensa

Gran parte de su zona rural sufrió las consecuencias de esta gran riada

Sollana no tuvo afectación de la dana en el casco urbano pero al formar parte del parque natural de la Albufera gran parte de su zona rural sufrió las consecuencias de esta gran riada que arrasó infraestructuras agrarias y parcelas de cultivo.

En más de diez millones de euros se valoraron los daños en su término municipal, desperfectos de los que tratan de recuperarse con diferentes actuaciones.

El Portet, uno de los accesos de la población con la Albufera, fue afectado por la dana como gran parte del lago. Algunas zonas fueron prácticamente arrasadas por las inundaciones y otras agravaron sus problemas de estabilidad como los muros y además surgieron problemas de salubridad por la acumulación de residuos y de habitabilidad ante la presencia de barro.

Durante varios meses se ha trabajado para retirar toda esta acumulación y recuperar este acceso al paraje desde la Ribera Baixa.

Sot de Chera

El reto de volver a ser un referente del turismo

El municipio trata de recuperarse tras sufrir múltiples daños y perder a dos vecinos

Esta pequeña población enclavada en la comarca de Los Serranos sufrió unas inundaciones que causaron cuantiosos daños y dos víctimas mortales. Un hombre y su hijo de tres años perdieron su vida en aquel aciago día. El cuerpo del menor fue hallado entre los escombros, pero el de su padre se marchó río abajo. Su pérdida conmocionó a todos los vecinos.

La dana se llevó por delante unas infraestructuras que tardaron unos 70 años en ser construidas. «La reconstrucción irá poco a poco, se están haciendo cosas», dice. Situado a unos 70 kilómetros de Valencia, sus paisajes han sido un verdadero imán para el turismo. Uno de los aspectos que se quiere recuperar es la oferta turística. En la lista de prioridades se encuentra la reconstrucción de la red de colectores, fuertemente dañada debido a las inundaciones.

En Sot de Chera resultó también dañado el puente de acceso al cementerio, además de la pasarela peatonal que conecta las calles Pocillo y Pedregal con el paseo Fuente Tío Fausto y Paraje el Cerrao.

El municipio de Sot de Chera forma parte junto con el de Chera de un parque natural que cuenta todavía con la red de caminos, pistas forestales y carreteras «tocadas» por las inundaciones.

Sueca

Angustia ante las inundaciones

Una persona apareció muerta en la playa de esta localidad

Sueca tuvo que soportar las fuertes lluvias el pasado 29 de octubre. Las calles se inundaron y durante horas los vecinos vivieron con incertidumbre y angustia lo que veían alrededor. Una persona apareció muerta en la playa de la localidad.

En Sueca las lluvias afectaron sobre todo a los caminos rurales. El Ayuntamiento tiene un proyecto en fase de licitación de 900.000 euros para el asfaltado de estas vías que ya fueron reparadas de forma urgente para permitir el paso.

El proyecto que sí está finalizado es el de la reparación de la mota junto al Júcar. La Confederación Hidrográfica del Júcar, CHJ, dio prioridad a estas obras ya que sin este muro de tierra los pueblos del Bajo Júcar estaban desprotegidos.

En Sueca se ha presentado además el proyecto para restaurar la ermita de San Roc, muy cercana al río, y también el antiguo matadero, que se convertirá en un centro de día.

Tavernes de la Valldigna

El único municipio de la Safor afectado

La localidad, la más al sur de la zona dana, sufrió desperfectos en su término rural

Tavernes es la localidad más al sur afectada por la dana. Como en muchos otros casos los desperfectos se centraron en la zona rural y en la parte del término más cercana a Cullera. Caminos rurales y parcelas de cultivo quedaron anegadas por el desbordamiento de barrancos.

El desbordamiento del Xúquer llegó hasta la localidad, que es la única de la comarca de la Safor que se incluyó en el listado de municipios afectados. La zona de la Partida y el polígono del Golfo quedaron inundados por todo lo que arrastró el desbordamiento del Xúquer.

La reconstrucción en Tavernes se ha centrado en la mejora del canal de defensa que limita con Cullera y la reparación del Camí Tancat, que tiene graves problemas por desprendimientos de los márgenes. La fuerza del agua destrozó este tipo de infraestructuras esenciales para el sector agrícola durante las diferentes campañas.

El barro alcanzó un municipio que un año después todavía trabaja para recuperar la normalidad.

Torrent

El pueblo pendiente de dos niños

La búsqueda de los dos pequeños arrastrados por la fuerza del agua y del fango conmocionó a una población en la que murieron 8 personas

La barrancada provocó la interrupción de casi todas las conexiones por carretera, dejando incomunicada a la ciudad y afectando gravemente la vida cotidiana de los torrentinos. Desde entonces, puentes, carreteras y caminos rurales han sido objeto de una reconstrucción que ha movilizado a todas las administraciones.

Uno de los puntos más críticos fue la CV-33, la autovía hacia Valencia, donde el puente sobre el barranco del Poyo se desplomó tras el paso del agua. Su reconstrucción fue prioritaria para restablecer la conexión con la capital y garantizar el tránsito de miles de vehículos diarios. El nuevo puente, reforzado y adaptado para resistir fenómenos climáticos extremos, fue abierto al tráfico en tiempo récord.

Días después de la tragedia, Torrent se despertó con la búsqueda de los dos pequeños arrastrados por la fuerza del agua y del fango. La ciudad sufrió por sus ocho fallecidos y también por las situaciones vividas en las zonas más afectadas. Los comercios, las empresas y las viviendas se inundaron, dejando tras de sí una mezcla de silencio, barro y resignación.

Antonio, vecino de la calle Maestro Fortea, recuerda aquella noche del 29 de octubre de 2024 como la más dura de su vida. El agua cubrió el puente y anegó por completo su edificio. Tuvo que evacuar con su esposa y sus tres hijas mientras veía desde el balcón coches flotando y personas atrapadas. Días después, la policía ordenó el desalojo total de la finca por riesgo de derrumbe, y la familia se quedó sin hogar. Desde entonces viven con contratos temporales, sin una vivienda definitiva ni compensación suficiente, mientras Antonio sigue pagando la hipoteca de una casa inhabitable.

Turis

Una zona que nunca volverá a ser como antes

Las lluvias provocaron que los dos ríos que pasan por esta localidad, el Magro y el Buñol, bajaran aún más desbocados

El día de la dana, Turís fue la localidad que registró el récord de lluvia, 771 litros por metro cuadrado que se concentraron en tan sólo unas horas llegando a recoger más de 184 litros en tan sólo una hora. Unas cifras históricas que provocaron que los dos ríos que pasan por esta localidad, el Magro y el Buñol que ya venían cargados por las precipitaciones aguas arriba, bajaran aún más desbocados causando estragos en otros municipios.

Pese a estas cifras el casco urbano de esta localidad de la Ribera Alta no sufrió daños. Estos se concentraron en su término, que todavía padece las consecuencias de este gran temporal.«Los ríos pasan a varios kilómetros del casco urbano por lo que sólo hubo alguna inundación puntual en la zona baja del pueblo. Fuimos privilegiados», comenta el alcalde Paco Ricau en comparación a los daños de otros municipios.

Menos suerte corrió el término rural que continúa destrozado por el desbordamiento de los cauces. «Es una gran pena porque no volverá a ser lo que era», avanza el alcalde. Y es que los daños son muy cuantiosos, en una primera estimación, el Gobierno ha destinado más de 36 millones para recuperar 60 caminos rurales, 700 parcelas agrícolas y varias comunidades de riego. Pero esta cantidad no es suficiente y todavía queda mucho trabajo por hacer para reconstruir esta zona agrícola de la que dependen muchas familias.

Junto a los cauces de los ríos y los barrancos que atraviesan Turís, además de parcelas destrozadas por el agua, también se pueden observar grandes masas de cañas que arrastró el agua y que todavía esperan ser retiradas. Una vegetación muerta que causa molestias por la proliferación de insectos.

Utiel

El punto de inicio de la tragedia

Seis personas mayores fallecieron en una de las localidades donde las lluvias fueron más torrenciales

El río Magro, que desde la fundación de la ciudad había sido una bendición para Utiel, el pasado 29 de octubre se convirtió en una auténtica pesadilla, con unas inundaciones que se sumaron a las avenidas de agua de varias ramblas de este extenso municipio de Utiel-Requena. Seis personas mayores fallecieron tras quedar atrapadas en sus casas al subir el nivel del agua.

El alcalde, Ricardo Gabaldón, recuerda lo ocurrido entonces como si fuera ayer, con detalles vívidos de las horas de inicio de la emergencia, las llamadas de auxilio a la Generalitat y a la Delegación del Gobierno, así como de los numerosos rescates en los barrios más castigados por los arrastres de agua y barro. «Hicimos más de cien rescates, al principio nosotros mismos con los voluntarios, la Guardia Civil, la Policía Local... Luego pudo entrar un helicóptero, que también hizo muchos», relata. En Utiel la tragedia empezó pronto, de los primeros, al desbordarse el río Magro sobre las dos de la tarde.

Ese día en Utiel llovió mucho, además de lo que cayó en las montañas de alrededor. El daño llegó por el río Magro y también por las cuencas del entorno, con caudales que acabaron en la ciudad. Fueron muchas las zonas más dañadas. «Toda la parte del río Magro, 200 metros a cada lado del margen», apunta. También toda la parte del acceso desde la carretera de Teruel. «Aquello era otro río, que iba a desembocar al Magro», explica.

El rastro de destrucción fue tremendo en algunos barrios. Todavía quedan muchas viviendas por reconstruir, en parte por la espera de unos meses por si salían humedades o fallos que pudieran afectar a su viabilidad. Se han tirado algunas viviendas y otras están pendientes de reconstrucción.

Valencia

Las pedanías se llevaron la peor parte

La Torre, Castellar-Oliveral y Forn d'Alcedo perdieron a 17 vecinos y sufrieron graves consecuencias en sus inmuebles

El nuevo cauce iba hasta los topes de caudal el 29 de octubre. La infraestructura aguantó a pesar del desastre en la V-30 y avaló la idoneidad de las obras en su día. Los trabajos fueron aprobados por el Consejo de Ministros en julio de 1958 aunque no concluyeron oficialmente hasta el 22 de diciembre de 1969, configurando de manera decisiva el nuevo mapa de Valencia. Esta infraestructura evitó consecuencias mucho mayores en todo el área metropolitana de Valencia y de la propia capital. La obra está diseñada para soportar caudales de más de 4.000 metros cúbicos por segundo. El 29-O se desaguaron, sin problemas, dos puntas de 2.000 metros cúbicos por segundo.

Los barrios situados más allá del cauce fueron los que tuvieron que soportar daños mayores. Los más afectados fueron Forn d'Alcedo y las pedanías de La Torre y de Castellar-Oliveral, donde fallecieron 17 personas. Las dos plantas del garaje situado en el número 4 de la calle Mariano Brull de La Torre fueron el escenario en el que se vivió una de las notas más negras de la tragedia. Allí perdieron la vida siete personas al quedar atrapadas por culpa de la fuerte tromba de agua que se abalanzó sobre una desprevenida pedanía de Valencia ante la falta de avisos. El agua llegó a otras plantas bajas y garajes y provocó más muertes y daños. En la zona los coches averiados siguen en la intemperie y numerosos edificios continúan sin ascensor.

Igualmente resultaron afectadas la pedanía de Castellar-Oliveral y Forn d'Alcedo, que tuvieron que soportar viviendas en planta baja inundadas, garajes colapsados y accesos cortados. El Gobierno ha destinado 137 millones a la reconstrucción de estas zonas, pero la reparación total está todavía lejos de conseguirse. Por no hablar de la prevención en algunas zonas que correrán el mismo peligro en próximas catástrofes.

Uno de los movimientos más significativos que partió desde Valencia fue el del voluntariado. Muchas personas atravesaron el llamado «puente de la solidaridad» desde el barrio de San Marcelino hacia los municipios del sur para participar en tareas de limpieza, transporte y apoyo a familias afectadas. Ese movimiento ciudadano fue un factor determinante en la atención inmediata en los días siguientes a la tragedia.

Vilamarxant

Sobrevivir tras un duro golpe a polígonos y comercios

El 77% de los negocios del municipio resultaron afectados por la dana mientras la Federación de Vecinos demanda un plan de prevención y conocer los planes de mejora en el barranco

El daño llegó a Vilamarxant la noche del 29 de octubre por tres lugares: el barranco de la Llomaina, donde más perjudicó a las viviendas dado que atraviesa una urbanización, el barranco de la Teulada, que es el que atraviesa el casco urbano y luego, por supuesto, el río Turia.

Un paseo por la localidad indica que la vuelta a la normalidad se aprecia, después de unos meses intensos en los que las tareas se centraron tanto en la limpieza como en la ayuda a los más afectados. El desbordamiento del barranco de la Saleta provocó que casi todo el término quedara anegado por el agua, que algunas zonas superó el metro de altura, entrando en bajos, comerciales, casas y garajes.

Las inundaciones afectaron con más gravedad algunos barrios. La zona centro de Xirivella, el polígono industrial Virgen de la Salud, túneles y garajes, así como el barrio de San Ramón. La presidenta vecinal de esta última zona, Paqui Martínez, destaca que el agua entró en numerosas viviendas, cuyos propietarios acometen las obras «como pueden por la falta de empresas». Se trata de una parte de Xirivella donde abundan las casas en plantas bajas.

El pequeño comercio también resultó muy afectado por las inundaciones. Según las cifras del Colegio de Registradores, Xirivella fue uno de los lugares con mayor número de espacios golpeados por la dana, un total de 1.551. En total, el Consistorio considera que el 77% de los negocios abiertos tuvieron alguna repercusión, por lo que el Consistorio aprobó una serie de bonificaciones fiscales, además de subvenciones públicas y privadas para los damnificados.

Xirivella

Sobrevivir tras un duro golpe a polígonos y comercios

El 77% de los negocios del municipio resultaron afectados por la dana mientras la Federación de Vecinos demanda un plan de prevención y conocer los planes de mejora en el barranco

La dana se cebó con Xirivella, aunque por fortuna no se registraron fallecidos en el término. Eso sí, según un informe de la Cámara de Comercio de Valencia recoge que las inundaciones acabaron con 123 locales de 103 empresas. Los polígonos de Virgen de la Salud, Els Oficis y Zamarra se incluyeron entre los que tuvieron un grado de afectación «extremo o muy alto». El Consistorio habla de 200 empresas afectadas. Un paseo por la localidad indica que la vuelta a la normalidad se aprecia, después de unos meses intensos en los que las tareas se centraron tanto en la limpieza como en la ayuda a los más afectados. El desbordamiento del barranco de la Saleta provocó que casi todo el término quedara anegado por el agua, que algunas zonas superó el metro de altura, entrando en bajos, comerciales, casas y garajes.

Los trabajos en la localidad se centraron sobre todo en la limpieza de las calles y la retirada de los enseres dañados por la inundación. Decenas de toneladas de material de todo tipo acabaron en la calle, mientras que el otro foco de atención fue la recuperación de los colegios afectados, donde se sumaron numerosos voluntarios para limpiar. La pregunta es qué hacer a partir de ahora. Todas las miradas están en el barranco de la Saleta, que discurre por Aldaia pero cuyo desbordamiento afectó a Xirivella. La presidenta de la Federación de Vecinos, Maika Olivares, demanda que haya más «participación ciudadana desde este municipio», para reclamar al gobierno municipal «información de lo que quiere hacer la Confederación del Júcar».

La dirigente vecinal comenta que la primera preocupación es la «falta aparente de un plan de prevención, lo desconocemos. Si hay previsión por parte del Ayuntamiento en este sentido nos gustaría saberlo», en referencia a sistemas de aviso a la población, por ejemplo. Las inundaciones afectaron con más gravedad algunos barrios. La zona centro de Xirivella, el polígono industrial Virgen de la Salud, túneles y garajes, así como el barrio de San Ramón. La presidenta vecinal de esta última zona, Paqui Martínez, destaca que el agua entró en numerosas viviendas, cuyos propietarios acometen las obras «como pueden por la falta de empresas». Se trata de una parte de Xirivella donde abundan las casas en plantas bajas.

«Nosotros lindamos con Aldaia y nos afectó mucho el desbordamiento de la Saleta. Estamos preocupados porque no sabemos cómo se está trabajando en el barranco para que no vuelva a afectarnos», dice. Lo mismo en relación a las previsibles lluvias de este otoño: «No sabemos si se ha hecho algo y cada vez que escuchamos un trueno ponemos madera y hasta he pensado en comprar sacos de arena por si hacen falta», asegura.

Yatova

Atrapado por tres ríos y un sinfín de ramblas

El Magro, el Mijares y el Juanes se desbordaron y despertaron el temor de todos los vecinos

En Yátova llovió mucho el 29 de octubre, entre 800 y 900 litros en las marcas de algunos pluviómetros, según recuerda el alcalde de la localidad, Miguel Esteban Tórtola. Pero además con el agravante de que el agua y los arrastres cogieron una velocidad vertiginosa debido al desnivel en este municipio de La Hoya de Buñol, donde por fortuna no se produjeron víctimas.

El Magro, el Mijares (que llegó a los cien metros de anchura) y el Juanes se desbordaron por todos lados. Ramblas secas convertidas en ríos caudalosos provocaron que se llevaran por delante tramos de carreteras de más de un kilómetro. Al casco urbano no llegó por suerte el agua. Sí que hubo daños en algunos edificios municipales.

La dana afectó a tres puentes. Uno desapareció por completo debido a la fuerza de las escorrentías y otros dos quedaron fuera de servicio debido a los graves daños. En Yátova hay casi 400 kilómetros de caminos, lo que da idea de la importancia para la movilidad. Lo primero fue resolver esto en las zonas de diseminados, urbanizaciones de chalés que quedaron aisladas. En las dos más importantes se llevaron máquinas desde el primer momento, prácticamente al día siguiente. El daño fue mayor de lo que se pensaba, tanto que la reparación de los caminos todavía no ha terminado.

La Confederación del Júcar trabaja en los barrancos y una de las obras pendientes es la recuperación del paraje natural de Tabarla.

Créditos

  • Especial 'La gran tragedia' Esta información es parte de un desarrollo especial realizado por el diario LAS PROVINCIAS en el que han trabajado Beatriz de Zúñiga, Raúl Gómez, J. A. Marrahí, Alberto Martínez, Mikel Labastida, Nacho Roca, Alicia Talavera, Paco Moreno y María José Carchano

  • Adaptación Sara I. Belled y Lidia Carvajal

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salamancahoy Así están hoy los municipios dañados por la dana