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Taller de Cultura Tradicional de Flautín y Tamboril Álex López / Edición María Pedrosa

La historia de Salamanca, entonada en gaita y tamboril por la España Vaciada: la tradición que no se quiere perder

Los talleres de Cultura Tradicional de la Diputación localizados en pequeños pueblos del territorio charro enseñan tradición, historia, pretender conservar unas raíces transmitidas de generación en generación

Domingo, 16 de noviembre 2025, 12:24

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Decía Carlos Moreno -periodista cultural en El País- sobre Rosalía que comparar su último disco con algunos de los actuales y más escuchados es como pretender que admirar el mar sea lo mismo que contemplar una cartulina azul. Una comparación magnífica, con el don de la palabra, que amplifica el infinito horizonte de lo que la música puede hacerte sentir. Este reportaje habla de eso, no con la exquisitez musical de la gran compositora española, sino de lo que la melodía, entonada con un tamboril y una gaita, puede llegar a expresar; recuerdos, vivencias, sentimientos, emociones y tradición.

Asistimos a un taller de Cultura Tradicional en un pequeño pueblo de la provincia charra, Encina de San Silvestre, de poco más de 100 habitantes. Está cerca de Villaseco de los Gamitos y dentro de la comarca de Vitigudino. Allí, todos los martes se reúnen una decena de personas, de todas las edades, de pueblos cercanos, familias enteras, hombres y mujeres, para dar sonido a la cultura salmantina. Quieren aprender, la enseñanza es equidistante y se definen como una gran pequeña familia.

Separados por parejas, porque no están todos, ensayan en una de las salas disponibles del Ayuntamiento. Un padre y su hijo pequeño; una maestra de escuela, junto a su hijo adolescente de 17 años, y como simples compañeros de clase, un hombre jubilado, al lado del pequeño Daniel de solo 10 años. Este último comenzó hace apenas un mes y sin vergüenza recita en solitario varias de las canciones que como deberes tenía para este martes. Toca el tamboril por su abuelo, porque siempre le vio y escuchó con uno en la mano.

Suena 'A la luz del cigarro', 'Los peces en el río' o 'Virgen de la Peña de Francia'. De fondo, en una pizarra -ya considerada antigua- de esas verdes, de tiza y borrador, una serie de números forman una canción. Cada uno tiene, en una silla que actúa de atril, su particular cuaderno de partituras.

Álex López
Álex López
Álex López
Álex López
Álex López

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Cada uno tiene su particular razón. Luis asiste a las clases por «ilusión», Ana porque acompaña a su hijo y este porque tiene «mucha habilidad». Juanjo -cerrajero- y su mujer, van junto a su pequeño, Marcos. «Nos enganchamos a aprender los tres porque a mi me gustaba mucho. Sin querer vas poco a poco queriendo más», explica.

El gen charro, visible y palpable

Ver a Juanjo y su hijo Marcos tocar al mismo tiempo es entrañable. Te invita a reflexionar, a envidiar una relación y un tiempo juntos que con el tiempo valorarán, e incluso te lleva a pensar en el poder de la tierra, en sentirse charro. Juanjo lleva toda la vida en el pueblo y recuerda el sonido de la gaita y el tamboril por su casa y las calles de su pueblo. Es cerrajero y su tiempo libre lo dedica, entre otros quehaceres, a aprender una tradición que aprendió de su padre y que le lleva a su infancia, cuando salía corriendo a cantar junto al tamborilero: «Era eso, escuchar el tamboril en el pueblo y salir corriendo, en Las Águedas, en San Julián, San Vicente... el sonido de la flauta y el tamboril te engancha», cuenta. Ahora pretende transmitir lo mismo a su heredero.

Ana, por su parte, maestra en el colegio de Vitigudino, es la viva imagen de la raíz charra de Las Arribes; aprende a tocar, también a bailar y comenzó con los cuatro miembros de su familia. «Le cogimos gustillo y no lo podemos dejar ahora. Además, mi marido y yo hemos continuado por nuestro hijo, no queremos que lo deje y le seguimos acompañando. La otra razón es nuestro profesor, es muy bueno y es una delicia. No es por hacerle la pelota, pero es así», explica.

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Sobre la intergeneracionalidad: «Los mayores somos alicientes para que los pequeños no lo dejen. También nos lo pasamos genial, además de ensayar, claro. Somos una familia, nos llevamos todos muy bien». Otra imagen entrañable, la de Luis al lado de Daniel, como se ríen el uno con el otro, como se relacionan. Luis intenta coordinar sus dedos de trabajador de campo, mientras que Daniel trata de seguir el ritmo con la gaita. Se complementan.

También destacan la labor de la Diputación, capaz de hacerles sentir algo más escuchados: «Nunca sabes dónde va a haber una persona que realmente pueda tirar de esto, del folklore que se está perdiendo. Aquí tenemos tres jóvenes que quieren aprender y es importante. Somos de pueblos pequeños, donde no hay muchas actividades y gracias a estos talleres podemos reunirnos y establecer lazos entre distintos municipios. No queremos que esto acabe».

El objetivo de mantener vivas las raíces de Salamanca

Estos talleres se realizan desde el Instituto de Identidades de la Diputación de Salamanca, una hazaña para conservar señas de identidad de la provincia pionera en España que regala historia, cultura y saber.

«El inicio de este nuevo curso de los Talleres de Cultura Tradicional del Instituto de las Identidades vuelve a demostrar que en nuestra provincia hay un enorme interés por mantener vivas nuestras raíces. Desde la Diputación de Salamanca apostamos con fuerza por este programa porque es mucho más que una actividad formativa: es una forma de conexión entre generaciones, de transmisión de saberes, de orgullo por lo nuestro», ha señalado el diputado de Cultura, David Mingo.

«Estos talleres son una oportunidad para que nuestros pueblos sigan siendo espacios de cultura viva, donde el patrimonio inmaterial y la tradición oral se aprenden, se comparten y se disfrutan. Que cada año haya interés por estos cursos es la mejor prueba de que la gente quiere seguir aprendiendo a tocar la dulzaina, a bordar, a hacer alfarería o a cocinar como lo hacían nuestros abuelos. Y eso tiene un enorme valor», ha añadido.

«El compromiso de la Diputación es mantener y fortalecer este vínculo con nuestras tradiciones, ofreciendo a los ayuntamientos programas de calidad que fomenten la identidad cultural y el sentimiento de pertenencia a nuestra tierra», ha concluido.

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