Fernando Alonso se une al club de los centenarios

Tuvieron que pasar los años de penitencia en McLaren, la jubilación que nunca fue y el regreso fallido a Alpine para acabar, casi de rebote, en un equipo en el que por fin vuelve a estar en su sitio, en el que la nota no suena discordante sino que afina a la perfección hacia sus expectativas. Porque si para correr antes hay que andar y antes gatear, para proclamarse campeón del mundo antes hay que ganar carreras y antes subirse al podio.

Alonso ya es uno de los únicos seis pilotos de la historia que lo ha hecho 100 veces, al menos. Michael Schumacher, Lewis Hamilton, Alain Prost, Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen necesitaron muchas menos carreras que él para lograrlo, toda vez que ellos no tuvieron que pasar por las penurias del asturiano. Con más del doble que Schumacher, viejo rival de Alonso, el español ha alcanzado un guarismo esperado y deseado por todos, él el primero, y que no es sino prólogo para algo más grande.

Todo comenzó hace 20 años. Muchos de los hoy acérrimos fans de Alonso ni habían nacido cuando el asturiano hacía historia para el deporte nacional convirtiéndose en el primer español en lograr una pole y subirse a un podio de Fórmula 1. Lo hizo en Malasia, en un circuito que ahora ni siquiera está ya en el calendario, para firmar un celebradísimo tercer puesto. Fue en la segunda carrera de la temporada y auguraba algo muy grande

Ese mismo año llegó la primera de las 32 victorias que, a día de hoy, tiene en su palmarés. Comenzó así su época gloriosa: dos años después se proclamó campeón del mundo, revalidó el título al año siguiente (batiendo al mismísimo Michael Schumacher, y se hizo el referente de su carrera deportiva. Entre 2001, su debut con Minardi, y 2006 pasó de ser un piloto prometedor, a ser una curiosidad en el cajón hasta dejar en anécdota las carreras en las que no finalizaba en lo más alto o, al menos, peleando.

El punto de inflexión llegó en 2007. Irónicamente, posiblemente esa temporada fue la más dominadora de su carrera deportiva en términos de competitividad. Aquel McLaren estaba llamado a ser el gran dominador de la temporada, pero se topó con la batalla interna en el equipo, un Ron Dennis que no supo gestionar a dos gigantes de la Fórmula 1 y, además, el 'spygate', uno de los mayores escándalos de espionaje industrial en la competición que se recuerdan. El resultado fue un año que le sirvió para engrosar sus cifras pero nunca más volvió a campeonar.

Obligado a un refugio en 'casa' Renault, se encontró a un equipo que ya no era lo que fue. Como el viejo terrateniente al que las rentas se le quedan cortos, de su segunda época con los de Enstone se recuerda sobre todo la victoria en Singapur 2008, el 'crashgate', propiciada por el maquiavélico (pero efectivo) plan de un Flavio Briatore que obligó a Nelsinho Piquet (hoy cuñado de Max Verstappen) a estrellarse para beneficiar las opciones de Alonso. Aquel fue su podio número 50 en la Fórmula 1, justo la mitad que ahora.

El paso a Ferrari fue obligado. Parecía que el relato se iba a tornar de drama a una historia de éxito, el camino del héroe clásico. Primera carrera con Ferrari en 2010, primera victoria de rojo. Ese año, sin embargo, acabó de la manera más amarga: una pifia monumental le dejaba sin título mundial. Empezaba la época de dominio de Red Bull y, aunque Alonso peleó hasta la última carrera siendo siempre una constante en el podio junto al campeón Vettel, no le fue suficiente.

La carrera de Alonso tornó oscura. La afición se empezaba a impacientar, hasta el punto de desquiciarse cuando volvió a McLaren. La promesa de un sueño junto al equipo de Woking se tornó en la mayor pesadilla deportiva de su vida. En las cuatro temporadas que estuvo allí no se asomó ni de cerca al podio, hasta el punto de decidir jubilarse antes de tiempo. Pero el león que tiene hambre siempre vuelve a cazar, por lo que, por tercera vez, regresó a Alpine. En 2021, hacia el final, logró volver al podio. El número 98 para él que, sin embargo, no le dio la suficiente satisfacción como para seguir. Hasta que ha llegado Aston Martin: dos carreras, dos podios. Y 100 en total.

El mayor dominador de la Fórmula 1 de todos los tiempos, al menos hasta la llegada de Lewis Hamilton. Michael Schumacher fue todo lo que se soñó para Fernando Alonso y, además de ser uno de sus grandes rivales, todo un referente. Cabalgando entre la época dorada de los 90 y la nueva del siglo XXI, aún a día de hoy su nombre hace temblar a los demás pilotos. Verle fuera del podio en su época de Ferrari era todo un imposible. De los seis del 'club', fue el que menos tardó en lograrlo: su victoria en Brasil 2002 (su temporada más dominadora, no se bajó del primer puesto más que una vez), el GP 164 en su carrera deportiva.

El rival más duro, y posiblemente el que más respeta, de la carrera de Fernando Alonso. Lewis Hamilton fue el 'bendito malvado' de la temporada 2007, su némesis y enemigo acérrimo, con el que luego compartió una relación de respeto y admiración mutuas. Aquella temporada que compartieron sirvió para separar sus caminos. Mientras el británico se convertía en el piloto con más victorias y podios de la historia, Alonso penaba por la zona baja soñando con estar acompañando a su viejo rival.

Aunque a Alonso se le conoció como 'Magic' por aquello de romantizar su figura, Fernando Alonso siempre fue más parecido al 'Profesor' Prost. El piloto más calculador de la historia de la Fórmula 1, posiblemente, estaba llamado a romper todos los récords de la competición hasta que se topó con el auténtico Magic, Ayrton Senna. De los seis, fue el primero en alcanzar la cifra de los 100 podios, si bien en su época las temporadas duraban notablemente menos. En aquel 1993 del Williams de las suspensiones activas, Prost, que se retiró después, dejó su huella indeleble junto a su cuarto título mundial.

El hombre que evitó el tercer título de Alonso. Sebastian Vettel fue el ejemplo, hasta que llegó Max Verstappen, de que la filosofía de Red Bull funcionaba. En su era de dominación con el equipo de las bebidas energéticas fue una constante en el podio, aunque como le ocurrió al español, su paso a Ferrari no resultó todo lo exitoso que hubiera deseado. La idiosincrasia de la Scuderia , de la que él mismo se había aprovechado antaño, fue la que luego le costó la frustración de quedarse sin victoria final vestido de rojo. Igual que él fue el freno para Alonso, Hamilton lo fue para él.

Kimi Raikkonen supuso una de las mayores irrupciones de la Fórmula 1. Todos pensaban que este nuevo 'finlandés volador' iba a ser el hombre que podía jubilar a Michael Schumacher, pero lo acabó siendo Fernando Alonso. 'Iceman' pasó por la F1 con más grises que dorados, pero también llegó su podio número 100. Lo hizo en 2018, cuando su carrera estaba en franco declive y se había convertido en carne de meme. Lo que pudo ser y no fue.