DeSantis-Newsom, el debate más surrealista en la campaña electoral de EE UU
El debate entre los dos gobernadores que aspiran a sustituir a Doanld Trump o Joe Biden en las papeletas
Mercedes Gallego
Nueva York
Viernes, 1 de diciembre 2023, 08:15
El debate más surrealista de la campaña electoral de este año se celebró ayer en Georgia, auspiciado por la cadena Fox, y enfrentó a dos gobernadores con políticas diametralmente opuestas: el de California, Gavin Newsom, y el de Florida, Ron DeSantis.
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Lo único que ambos tienen en común, aclaró Newson al final, «es que ninguno de los dos será presidente en 2024». Era uno de los muchos dardos envenenados que ambos se lanzaron. El gobernador de California ha desarrollado una campaña «en la sombra», como le dijo DeDantis, haciéndose eco de lo que ya han dicho republicanos y demócratas. Newsom parece haber aparcado sus ambiciones presidenciales hasta el 2028 como deferencia hacia el presidente Joe Biden y su delfina, Kamala Harris, a quienes correspondería enfrentarse en noviembre próximo al candidato republicano que, según todas las encuestas, será Donald Trump.
Para DeSantis, desbancado en las encuestas por la ex embajadora de Trump Nikki Haley en su lucha por el segundo puesto dentro del partido, esta era su oportunidad de demostrar que puede ser un rival formidable para Biden y no la desaprovechó. Salió al estrado al ataque y no bajó la guardia ni cuando su contrincante dialéctico le acusó de ser «nada más que un bully». Para entonces DeSantis también le había acusado de ser «un pijo engominado» y «escurridizo». El debate fue cobrando agresividad. Con los candidatos hablando por encima del otro, hasta el punto de que Newsom llegó a abandonar la pelea dialéctica para hablar directamente «al pueblo americano» porque, total, no le iban a dejar hablar.
Jugar contra el moderador
Y es que el gobernador de California sabía que su duelo no era un mano a mano, sino que el moderador Sean Hannity jugaba contra él. Por algo abría todas las preguntas mostrando abrumadoras estadísticas que dejaban en mal estado su gestión En California frente a la de su rival republicano. El mayor estado de la Unión en cuanto a población es el estereotipo progresista de todo lo que teme la derecha estadounidense. En comparación a Florida, de California salieron el año pasado 340.000 personas, mientras que Florida después del COVID se ha convertido en la meca de todo ese movimiento de tierras que le ha llevado a sumar a 250.000 residentes más. Ambos disfrutan del sol y las palmeras, aunque las aguas de Florida son mucho más cálidas, lo que paga con virulentos huracanes. Mientras que en este estado no hay impuestos personales sobre la renta, en California llegan al 13.3%, además de los que se pagan al gobierno federal. Ya fuera en número de 'sin techo, de tiroteos o hasta de heces humanas en las calles De San Francisco, cubiertas, según el mapa que DeSantis mostró jugaba en desventaja.
Decía estar allí para defender la gestión de Biden y Harris de cara a la reelección, pero hasta Los Ángeles Times consideraba anoche que se le había visto «demasiado interesado en recibir atención, y sobreconfiado en que podría despacharse a DeSantis, que llegó bien preparado». Los analistas conservadores de Fox le reconocieron el mérito de haberse prestado a este duelo en la boca del lobo, que ha dado a DeSantis el empujón que necesitaba tras perder esta semana el apoyo de Americans For Prosperity , la organización que financió el alumbramiento del Tea Party que acaba de decidir que Nikki hale será su candidata en estas primarias que empiezan el 15 de enero en Iowa. A partir de ahí sus bromas serán menos, pero las oportunidades de sustituir a candidatos como Trump o Biden, ambos rondando los 80 años, se mantendrán a flote, por si acaso les pasa algo.
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