Los ópticos-optometristas, la solución para aliviar las listas de espera de Castilla y León

Estefanía García Cerviño, delegada del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, expone cómo se encuentran las listas de espera, cuáles son las enfermedades que un paciente puede prevenir con una correcta salud visual y el ahorro que supone para el Sistema Nacional de Salud si se incluyen a los ópticos en la sanidad pública.

Castilla y León es uno de las pocos territorios que ofertan los estudios de Grado en Óptica y Optometría, en concreto, desde hace 25 años la Universidad de Valladolid forma a estos profesionales que, «ejercen a nivel privado, en ópticas o en centros oftalmológicos privados. Al no poder trabajar en la sanidad pública, muchos deciden irse a otras comunidades», puntúa la delegada.

Estos profesionales llevan solicitando su inclusión en la sanidad pública desde hace casi 20 años. Pues, en 2004, Castilla y León fue, junto con Navarra, la primera comunidad de España en reconocer la categoría profesional sanitaria del óptico-optometrista pero, en el caso de la primera, sin incorporarse en su sistema autonómico de salud. «Las listas de espera son muy largas y los pacientes acuden a la óptica para agilizar su tratamiento. Creemos que si nosotros estuviéramos en los centros sanitarios, podríamos ahorrar mucho tiempo en las demoras para ser atendido».

En Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Extremadura, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana, trabajan unos 400 profesionales integrados en los servicios de Oftalmología contribuyendo a la mejora asistencial visual tanto en hospitales como en centros de salud.

Según la última estadística oficial de la Consejería de Sanidad, a 31 de marzo de 2023, había un total de 52.296 personas esperando una primera consulta en los hospitales de la comunidad, con una demora media de 98 días. En el caso de Salamanca, los pacientes en espera son 8.558 y la demora media es una de las más altas de Castilla y León, con 167 días. Más de tres meses y medio en los que la patología de un paciente puede empeorar, hasta incluso en algunos casos, produciéndose la ceguera.

La delegada de COOCYL comenta los problemas más comunes de la pérdida de visión, «las revisiones más habituales son por dificultades en la visión que se solucionan poniendo una gafa. Si hablamos de un nivel un poco más complicado tenemos la degeneración macular, el glaucoma o las cataratas. En el caso de las cataratas es importante intervenir y operar al paciente lo antes posible para recuperar su visión».

La covid además de saturar el sistema sanitario también ha provocado problemas oculares, «el exceso de horas que hemos pasado y pasamos delante de los ordenadores, las tablets y los móviles, ha provocado un aumento de la preocupación ciudadana». El incremento del tiempo delante de las pantallas perjudica, sobre todo, a los más jóvenes, «en los niños es importantísimo la detención de ambliopías, de ojos vagos, que muchas veces no se detecta a tiempo y trae problemas de fracaso escolar», advierte Estefanía. La optometrista recuerda la importancia de hacer revisiones con frecuencia porque hay enfermedades sistémicas como la diabetes o la hipertensión, que se pueden detectar a través de pruebas oculares.