«Si no me la chupas antes de las reuniones no soy nadie»
El Festival de San Sebastián da voz a víctimas de abusos sexuales en el cine español y desvela un informe en el que el 60% de las profesionales encuestadas asegura haber sufrido algún tipo de violencia
«Me desperté con un compañero encima mío penetrándome». «¡Es que a veces eres demasiado simpática!». «Vete tú a saber si vuelves a trabajar en esto». «Mira, esto es muy fácil, tú te portas bien y yo apruebo tu trabajo». «Si tú no me la chupas antes de las reuniones no soy nadie». «No has denunciado, así que no van a hacer nada y menos contra un actor tan reconocido». «Apareció un día en mi casa y sin decirme nada me violó». «Si hablas te van a despedir a ti». «¿A dónde vas a ir sin mí?».
Publicidad
Medio centenar de testimonios anónimos denunciando abusos sexuales en el cine español se han escuchado en el Festival de San Sebastián. Algunos los han leído en una grabación de vídeo Anna Castillo, Icíar Bollaín, Carolina Yuste, Patricia López Arnaiz y Susana Abaitua. Otros se han reproducido en el Kursaal en boca de la productora Esther García, Premio Donostia este año, directoras como Sara Fantova y Lara Izagirre o la periodista María Guerra.
'Nuestras voces: acción colectiva contra las violencias sexuales' era el título de la jornada, que contó con la introducción de Ignacio Camós, director general del ICAA, el Instituto de Cinematografía dependiente del Ministerio de Cultura. «Tolerancia cero hacia la violencia sexual en el sector», expresó. La realizadora Almudena Carracedo habló en nombre de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) y desveló un informe de 200 páginas según el cual el 60,3% de las mujeres encuestadas que trabajan en el sector (312) han sufrido algún tipo de violencia sexual. Y el 92% de los casos no se denunciaron, aunque la inmensa mayoría sí se lo contaron a alguien.
«Queremos contarlo, pero no confiamos en el sistema», denunció Carracedo, que calificó el diagnóstico del estudio como «atroz, durísimo, sobrecogedor». La violencia sexual, afirma, se extiende a todas las áreas de la industria y profesiones, en todos los espacios y en todas las fases. También en entornos íntimos o privados. «El sistema de impunidad se sostiene a través de la precarización laboral, la dependencia de relaciones interpersonales, que es como funciona nuestra industria, y la imposición de una narrativo de silenciamiento y castigo a quienes denuncian», resumió.
La actriz Rakel Ezpeleta representó a las asociaciones (H)emen, que agrupa a mujeres del sector audiovisual y las artes escénicas y EAB (Euskal Aktoreen Batasuna). Ambas preparan un protocolo contra las violencias sexuales en el ámbito profesional. Tras lanzar un llamamiento para «parar los pies a los estados abusadores como Israel» y pronunciar un «Palestina askatu», Ezpeleta detalló un informe sobre los abusos en el audiovisual y las artes escénicas en el País Vasco, Navarra y el País Vasco francés, elaborado con ayuda de la UPV, el clúster KsiGune y el Instituto Emakunde del Gobierno vasco.
Publicidad
El 58% de las profesionales del audiovisual vasco no se sienten seguras en su entorno de trabajo
El 58% de las personas encuestadas, que en su mayoría han sido mujeres, no se sienten seguras en su entorno de trabajo. El 43% aseguran haber sufrido alguna situación de violencia. Y el 60% de las personas que respondieron la encuesta ha presenciado alguna situación de violencia, mientras al 65% una víctima les ha narrado un episodio vivido en el sector. Los tipos de violencia reportados con mayor frecuencia han sido psicológica, sexual, física y económica. Un 59% padeció violencia psicológica, un 36% sexual y un 33% física.
«En la mayoría de los casos, esta violencia se ejercía dentro de una jerarquía de poder. Es decir, el agresor estaba profesionalmente por encima de la persona agredida», explicó Ezpeleta. Esta «cultura estructural de silencio e impunidad» se sostiene «por el miedo a represalias, la falta de confianza en las instituciones y la ausencia de mecanismos eficaces de protección», detallaron desde CIMA. Por su parte, la productora Blanca Rey, de la Asociación Andaluza de los Medios Audiovisuales, añadió que los agresores siguen sin sufrir las consecuencias: «Continúa el silencio y la impunidad».
Publicidad
Los rodajes son hoy un espacio seguro, mientras los entornos que se perciben más inseguros son los festivales de cine, las galas de premios, los viajes de rodaje y los castings. «Son situaciones en las que existe un area gris desde el punto de vista de la relación laboral y se da una situación de poder desequilibrada», observó Rey. Una a una, las emocionadas asistentes al acto fueron desfilando y leyendo testimonios que provocaban estupor: «Hubo una secuencia que se rodó en un puticlub, donde eligieron a una persona bastante desagradable y la actriz se vio obligada a mantener una relación sexual directa con ese hombre. Con el equipo de cámara y todo el equipo viéndolo». «¡Ay, mira! Me va a faltar un día para tirarme a esta». «La radiotelevisión pública era un nido de machismo. Históricamente se piensa que son los de la derecha, los jefazos, los que se reúnen para hablar de la cuestión de los equipos. Pero luego está la izquierda, los progres. Si tú no te ibas a acostar con ellos, eras una estrecha. Siempre. Esa es una estrecha. A ver cuándo follamos. En el autobús: Vente a mi casa. En el ascensor: Por qué no follamos».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión