El Barça jugará en el estadio con menos aforo de Primera en este siglo
6.000 espectadores presenciarán en el Johan Cruyff el partido contra el Valencia, un registro que ni los clubes más humildes alcanzaron
David Hernández
Madrid
Sábado, 13 de septiembre 2025, 00:05
El domingo se batirá en Barcelona el récord de asistencia más bajo visto en la Liga, en el encuentro que enfrentará a los de Hansi Flick contra el Valencia. El Johan Cruyff, con capacidad para 6000 espectadores, es el estadio con menos aforo que ha habido en la competición liguera, a excepción de cuando el Real Madrid jugó en la pandemia sin público en el Alfredo Di Stefano (5.700 de capacidad) de la Ciudad Deportiva. El Barcelona, para que se pueda jugar en dicho escenario, ha tenido que conseguir una serie de permisos. El principal inconveniente que había se solventó esta semana después de que se instalara la fibra óptica necesaria para que el VAR funcionase correctamente y no hubiese incidentes como los que se vieron en Vallecas la pasada jornada.
Publicidad
Aunque la intención del Barça en todo momento fue la de jugar en el Camp Nou, el ayuntamiento no concedió la licencia porque el escenario no estaba en regla con la normativa municipal. Al no quedar ninguna alternativa, el Johan Cruyff fue la única solución. El principal afectado será el Valencia, que recibió menos de 300 entradas para la afición visitante. La hinchada ché ya se ha pronunciado exigiendo a su club, que en el partido de vuelta en Mestalla concedan el mismo número para los culés. Los asientos para la afición local se asignaron previa reserva a los socios que lo solicitaron, pero finalmente los elegidos salieron de un sorteo. De los 140.000 socios que tiene el Barça no entrarán ni el 2% en el campo.
El Barça, si vuelve a jugar en el Camp Nou esta campaña, logrará algo inédito. Será el equipo que juegue como local en el estadio de mayor y de menor capacidad de la historia.
Excepción con los pequeños
Hay muchos clubes en lo que va de siglo que consiguieron un puesto entre los 20 mejores equipos de España, pero arrastrando consigo unos orígenes humildes reflejados en su estadio. Algunos de ellos serían el Huesca, el Eibar o el Leganés. Estos clubes disputaban sus encuentros en un campo con menos de 15.000 espectadores, que es el mínimo que exigía LaLiga hasta hace unos años y que ahora son 8.000. La principal diferencia respecto al Barcelona se debe al hecho de que estos equipos tienen menos aficionados, por lo que se les permite jugar en estos campos, siempre y cuando cumplan los demás requisitos.
Los equipos cuando llegan a Primera tienden a ampliar el estadio para mejorar la experiencia a su afición y así cumplir los estándares mínimos para tener a LaLiga conforme. El Huesca cuando ascendió en 2018 jugaba en El Alcoraz, con tan solo 5.000 espectadores de aforo, pero tras su promoción amplió hasta los 9.000. El caso del Eibar fue similar con su ascenso en 2014, aunque esa ampliación fue progresiva. Ipurua contaba con 5.200 espectadores y aumentó en mil su capacidad, superando ligeramente la que tendrá el Barça este domingo. Tras varias reformas el estadio alcanzó los 8.000 de aforo que ahora serían el mínimo, en caso de que los vascos volviesen a la máxima categoría.
Otros casos se dieron en la zona sur de Madrid con el Leganés y el Getafe. Ambos conjuntos que se han enfrentado en todas las categorías posibles, lo hicieron en terrenos de juego muy humildes. El Leganés tenía menos de 11.000 espectadores en Butarque antes de ascender y ahora está cerca de los 14.500. Esta línea continuista quien mejor la ha aprovechado es el Getafe, que tras 25 años en Primera, está consolidado como un habitual y afronta una reforma merecida de su feudo. El Coliseum con una capacidad que ronda los 15.000 espectadores pasará hasta los 20.000, aunque mientras duren las obras solo podrán acceder 10.000. Esta condición ha hecho que los azulones, al igual que el Barça, disputasen sus tres primeros encuentros lejos de casa.
Publicidad
Estos datos tratan de la situación moderna, ya que en el siglo pasado, especialmente en los orígenes de la competición, los clubes jugaban en feudos mucho más anticuados, pero también con menos aficionados a un deporte ya globalizado. La problemática con el Barça no se debe a un tema de que no se pueda jugar en un estadio de dicho tamaño, que realmente no se podría, pero LaLiga lo considera un asunto de causa mayor para realizar la excepción. La inconformidad está en que los clubes que hicieron un esfuerzo económico por adaptarse en la medida de lo posible a la norma, ven como una entidad del tamaño del Barcelona sí puede jugar ahí, aunque sea algo puntual. Tampoco satisface a los culés, que les prometieron el Camp Nou desde hace meses y aún no saben cuando podrán volver a casa.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión