Avenida brinda una «noche buena» anticipada a su gente y gana al Barça

Incluso con algún villancico ''de los de toda la vida'' atronando en la megafonía del pabellón de Würzburg Perfumerías Avenida consiguió la octava victoria de la temporada en la Liga Femenina Endesa ante el Barça Sant Feliu a justo una semana de la Nochebuena. Este ha sido, antes de la Navidad, el último partido que Avenida ha disputado en Salamanca, puesto que la semana que viene tendrá una cita doble, pero como visitante: el miércoles frente a Girona en Euroliga, y el viernes en liga contra Araski.

Salió de inicio Roberto Íñiguez con doble base -Silvia y Maite- y también con Carleton y Reisingerova. En lugar de Crvendakic -quien no jugó para que tuviera descanso, por decisión del propio técnico-, Roberto Íñiguez apostó de inicio por Onyenwere respecto al partido anterior ante el Miskolc.

Inauguró el marcador el Barça con un triple de Rakovic. Los dos entrenadores apostaron, en sus quintetos iniciales, por poner a las dos bases de cada equipo sobre la cancha. Le costó a Avenida entrar en partido: durante tres minutos no consiguió anotar hasta que Silvia Domínguez anotó, desde la esquina, un tiro de dos para desatascar el partido. Con eso y con un robo y una canasta al contragolpe las charras consiguieron sus primeros cuatro puntos en el partido. Las salmantinas no se hacían con un solo rebote defensivo cuando el Barça pisaba la zona, y es que ahí solo reinaba Hamblin.

El partido era de alto voltaje. Dos defensas que se echaban encima sobre sus presas atacantes para no darles ningún tipo de opción al aliento. Cada jugadora respiraba intensidad. Especialmente llamativo era el duelo que mantenía Hamblin, una de las jugadoras destacadas del equipo de Isaac Fernández, con las pívots de Avenida, bien Resingerova, bien Fasoula. En el primer cuarto, eso sí, los duelos los ganaba la catalana. La estadística del rebote pasados ocho minutos de partido era escalofriante en contra de los intereses azulones: 10 rebotes capturados por el Barça, y solo dos de Avenida. El intercambio de golpes continuaba y tenía su reflejo en el marcador, con un 12-14 para las visitantes a un minuto y medio del final del primer parcial.

El final del cuarto fue vibrante. Un triple de Maite Cazorla, un robo en el saque de fondo de Vilaró y una bandeja de la propia Maite arregló el marcador para dejar el luminoso en 21-15 al final del primer parcial.

Con la misma electricidad con la que acabó el primer cuarto se reanudó el segundo. Rápida circulación de balón por parte del Barça y de Perfumerías Avenida y una actuación estelar de Fasoula bajo aro, pegándose con las jugadoras azulgrana, para conseguir otras dos canastas que llevaron al conjunto salmantino a ponerse con diez puntos de ventaja después de 12 minutos jugados en el pabellón de Würzburg. Como respuesta a esa renta del conjunto de Salamanca, Llobet sumó un triple para su equipo y Guerrero puso una canasta más. Paró el partido Íñiguez pero no sirvió de mucho, al menos inmediatamente después Anderson metió otro triple que dejó en dos puntos una distancia que era de diez (0-8 de parcial). La línea exterior catalana era letal. También la internacional Anna Cruz anotó de tres.

Onyenwere se estrenó en el marcador a tres minutos del descanso. Es cierto que le costó algo más que ante el Miskolc entrar en partido, pero también es verdad que el desgaste y la velocidad con la que se disputaba este partido no se parecía demasiado al de Euroliga. Y el marcador también reflejaba esa igualdad, con un 32-28 cuando quedaban dos minutos para el final de la primera parte. Sin embargo, Cazorla y Onyenwere ampliaron la renta para su equipo con un triple de la nigeriana primero y con una jugada entre las dos después. La distancia se iba a los ocho puntos, pero el partido estaba totalmente abierto: en cualquier zarpazo el Sant Feliu hacía daño. El derroche defensivo y de intensidad en los primeros 20 minutos fue absoluto por parte de las salmantinas, que dejaron en 29 puntos al Barça pese a los problemas iniciales con el rebote. Con 12 puntos anotados, Cazorla dominaba las estadísticas salmantinas (37-29 al descanso).

En la reanudación, el parcial favorable a Perfumerías Avenida (8-1) provocó que Isaac Fernández detuviera el partido a los dos minutos de empezar. La intensidad defensiva charra era, directamente, asfixiante y apenas dejaba al Barça penetrar a la canasta defendida por las de Íñiguez. Con una diferencia favorable a Avenida de más de diez puntos los árbitros comenzaron a pitar excesivas faltas en contra de las charras. Una vez más, Würzburg censuraba con sus pitos algunas decisiones de los trencillas, algo habitual durante esta temporada debido a los confusos criterios y erráticas decisiones que tomaron en algún momento, como ya denunció el entrenador de Bembibre, Pepe Vázquez.

Sin Reisingerova ni Onyenwere en pista, especialmente en el apartado defensivo, Avenida sufría más. De hecho, el Sant Feliu llegó a ponerse a cinco de distancia. El cuarto no tenía nada que ver con lo visto hasta entonces: sin ritmo en el partido producto de las interrupciones arbitrales, algunas cuestionables, y también como consecuencia de los fallos continuos a la hora de tomar decisiones como ejecutar los tiros y los pases.

Una espabilada Vilaró reunió a sus compañeras en medio de la pista, entre los pitos del público, para tratar de que mantuvieran el foco en el partido y en la necesidad de victoria. Pese a las controvertidas decisiones, Avenida consiguió irse con once puntos de ventaja a jugar el último cuarto.

El desenlace del partido, con el inicio del último cuarto, siguió marcado por el derroche físico de Avenida defendiendo. El Barça perdía con cada ataque, eso sí, la posibilidad de recortar diferencias sobre las salmantinas por el nefasto acierto que promediaban en el tiro. Y las azulonas se marchaban con lentitud pero mucho sacrificio camino de la victoria. Mención aparte merecía Fasoula en el último cuarto, asfixiando a su par del Barça (Hamblin)... y a quien hiciera falta.

Ni con casi 20 puntos de diferencia bajaba Avenida el pistón. Tampoco las catalanas dejaban de intentarlo, aunque conscientes ya de la distancia insalvable que las separaba de las de Íñiguez.

No le gustó al técnico el final del partido, con una defensa flojísima de las charras, producto quizá del cansancio, que permitió a Hamblin capturar varios rebotes sin oposición y permitir que su equipo anotara un triple para maquillar el marcador. Triunfo trabajado, y merecido, basado en la seña de identidad de este equipo: defensa y máximo compromiso de todas las jugadoras.

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