Unionistas gana la primera de sus cuatro finales de marzo y sigue en la pelea por la salvación

Ganar o ganar. No le quedaba otra a Unionistas de Salamanca. Y, a la séptima, fue la vencida. De penalti, y merecidamente por el juego desplegado sobre todo en la segunda parte, los blanquinegros han sumado este domingo tres puntos vitales para mantenerse en la lucha encarnizada por la permanencia, con 30 puntos en total, pero en descenso. Son los mismos que el Badajoz, que marca la salvación, pero los extremeños tienen mejor diferencia de goles. Unionistas desplegó un buen juego en el segundo tiempo después de una primera parte sin excesivas ocasiones y con acciones polémicas, como un penalti que no señaló el árbitro. A la segunda sí pito una clarísima pena máxima y Chapela le dio aire y vida a un equipo que, esta vez, sí enchufó a la grada.

Dani Ponz, en su segundo partido como entrenador de Unionistas de Salamanca, probó algo nuevo. Introdujo la novedad de Raúl Beneit como mediapunta, justo por detrás de Christian Santos, referente ofensivo de los blanquinegros. Juampa y Chapela se quedaron las bandas, y Pedraza saltó de inicio en el centro de la defensa junto a Ramiro Mayor.

Los charros comenzaron el partido hundidos clasificatoriamente hablando, puesto que los resultados con los que se abrió la jornada mandaron a los charros a la decimoctava posición. Aún así, y a tres puntos de la salvación, Unionistas tenía de inicio el mismo objetivo: ganar el partido. El choque comenzó totalmente disputado por parte de ambos equipos. La intensidad en el centro del campo, en la lucha de cada balón, provocaba que apenas llegaran jugadas de ataque por parte de ningún conjunto. Un balón largo a Chapela y un centro a Coulibaly fueron las dos primeras aproximaciones, sin trascendencia, en el Reina Sofía en los primeros diez minutos.

Los nervios se palpaban en el campo y en la grada. El colegiado del partido, Camacho Garrote, se tragó varias manos de diferentes jugadores en disputas que no señaló. Eso, y una carga sobre Santos que dejó al delantero charro doliéndose en el terreno de juego, provocó la ira de la afición blanquinegra. Entonaron el «estamos hasta los huevos» desde la grada oeste porque el colegiado, de primeras, no señaló nada. Dicha falta dio origen a la acción más clara. Un desborde por la derecha de Chapela, que se fue de dos jugadores de la UD Sanse, provocó un centro que no acertó a rematar Óscar Sanz y, en el segundo palo, tampoco Pedraza.

Desquiciante era la actitud del árbitro, parando el juego en cada falta y dando indicaciones a los jugadores, lo que cortaba el ritmo del partido. La posesión era de la UD Sanse y las pocas aproximaciones también. El Unionistas protagonista y que debía salir a morder en el inicio del partido se convertía, poco a poco, en un equipo replegado y que esperaba a la contra para intentar llegar a la portería de Pedro López. En el minuto 31 los charros tuvieron otra llegada, la segunda con algo de peligro. Un balón de Juampa Barros en profundidad para Beneit acabó con el gaditano definiendo a pocos centímetros de la meta de López. Fue la acción que espoleó a un contemplativo Unionistas.

Santos se sacó un disparo desde tres cuartos que despejó como pudo el portero del Sanse. Se vino arriba el conjunto de Ponz, con más intensidad en el centro del campo y abriendo más a las bandas, donde Chapela y Juampa empezaron a tener más protagonismo junto con Beneit en las labores de mediapunta y Santos, con ellos, ganó en movilidad y presencia en el terreno de juego.

Unionistas se vino arriba y, como si el destino tuviera algo que ver, el árbitro siguió siendo protagonista: un penalti, a priori claro desde el campo, en el minuto 39, no lo pitó Camacho Garrote. Un instante después, Fomeyem trabó dentro del área, en el punto de penalti, a Ramiro Mayor. El árbitro dudó un segundo y, bien por que lo vio claro, bien porque no había señalado el penal anterior, indicó la pena máxima para Unionistas de Salamanca. Chapela, sin pensárselo, ejecutó un buen disparo que no pudo detener Pedro López. Ese destino del que antes hablábamos quiso que los charros marcaran el primero del partido a pocos minutos del descanso, tal y como le ocurrió en Alcorcón siete días antes. Una falta de Rafa de Vicente para el Sanse desde la izquierda puso más nervios en el Reina: la pelota se paseó y ningún madrileño acertó a rematar por poco, pero tampoco ningún jugador local despejó.

Pese al gol, al descanso, Unionistas seguía en descenso por la diferencia general de los goles con el Badajoz. La primera parte terminó con mejores sensaciones respecto al inicio, pero con el partido abierto totalmente.

Con ganas de ir hacia la portería y conseguir el segundo comenzó Unionistas de Salamanca. Juampa Barros, por la izquierda, puso un par de balones al centro del campo. Y una buena falta desde el pico izquierdo del área grande de la meta defendida por el Sanse acabó en dos remates peligrosos de Unionistas, el primero de cabeza y el segundo, del propio Juampa, que se encontraron a Pedro López para evitar los goles madrileños.

El partido pasó de nuevo a un momento de impás hasta que en el minuto 60 Chapela, doblemente, tuvo una clarísima para los charros. Un doble acercamiento de los salmantinos terminó con un disparo de Chapela, de nuevo, que se estrelló abajo en la madera y tocó el portero visitante. La grada también hacía su trabajo para que Unionistas, volcado sobre el fondo oeste, consiguiera el segundo. Por méritos en el inicio de la segunda mitad, desde luego, no quedaba por parte de los de Dani Ponz. El ambiente y el empuje de los salmantinos era brutal en los minutos 60 a 65. Beneit por la izquierda, con otro jugadón, se zafó de dos defensas de la UD Sanse para sacar un centro que remató espectacularmente Ramiro Mayor, que tuvo otra más de cabeza instantes después, durante la fase del partido del partido en la que los blanquinegros acumularon córners y llegadas. La intensidad del equipo, por fin, invitaba a que la grada apretara como en los mejores días con los suyos.

El partido llegó al último cuarto de hora con el Sanse apostando por algunas contras, ya que el dominio del balón y de las llegadas era de Unionistas. Veiga, que salió desde el banquillo y debutó en casa con la camiseta blanquinegra, tuvo en el 77 la oportunidad de poner un 2-0 tranquilizador en el Reina, con un balón que le llegó a la corona del área y, según venía, la mandó arriba de la portería, aunque por muy poco. Los problemas finales de Unionistas venían por los laterales, sobre todo por la derecha. El Sanse le cogía la espalda a Fran Rodríguez y llegaban algunas aproximaciones peligrosas en velocidad que ponían en aprietos a los de Salamanca.

Pese a que el reloj descontaba los segundos, a cuatro del minuto 90 Unionistas lo seguía intentando por la banda izquierda, con un Raúl Beneit que demostró talento y manejo de los tiempos del partido, pero se quedó sin premio en forma de gol. Ponz decidió retirarle del terreno de juego y dio entrada a un lateral, Marcos Bravo, y un centrocampista, Carro, en lugar de los dos jugadores más activos de Unionistas, Chapela y Beneit. El técnico charro no quería que se escapara la victoria de ninguna manera y quiso reforzar la defensa por los problemas que, en acciones en velocidad, tenían los salmantinos.

Ya en el descuento el peligro siguió en ambas áreas. Una pelota se paseó por el área de Pedro López sin que, de nuevo, encontrara rematador para los intereses locales. El partido murió poco a poco entre faltas y disputas intensas pero, afortunadamente, con el mismo marcador y tres puntos vitales para seguir luchando por la salvación de categoría. Sí, se puede.

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