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Un niño juega con la app que busca reducir el déficit de naturaleza. Álex López

Una app creada en Salamanca para que los niños vean menos pantallas y vuelvan a la naturaleza

Investigadores de la Universidad de Salamanca trabajan en NaturKingdom, una aplicación creada junto a niños y niñas que busca transformar el uso de la tecnología para favorecer el contacto con el medio natural

Ana Carlos

Salamanca

Viernes, 21 de noviembre 2025, 08:17

Vivimos en una sociedad con un creciente déficit de naturaleza y un superávit de pantallas. Pero ¿podemos darle la vuelta a esta situación? Y lo que es más intrigante: ¿podemos usar la tecnología como herramienta para revertirla y reconectarnos con la naturaleza? En la Universidad de Salamanca piensan que sí, y un grupo de investigación lleva tiempo trabajando para conseguirlo.

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Uno de los resultados de ese empeño es nada menos que una aplicación móvil que pretende convertirse en aliada para que los niños salgan a jugar al aire libre, que conozcan mejor su entorno y que aprendan durante ese proceso. La app ha sido desarrollada en el marco de los proyectos NATEC-ID y Natur-TEC Kids Living Lab, ambos coordinados desde el grupo de investigación GIPEP (Procesos, espacios y prácticas educativas).

Diseñada por niños y niñas

Una de las cosas que hacen especial este proyecto es que no se trata de un juego creado solo por los adultos, sino que ha sido imaginado, diseñado y probado por los propios niños y niñas. A partir de una ronda de preguntas y sesiones creativas, dibujaron los avatares, inventaron personajes —como un pato con patas de pollo— y propusieron qué tipo de actividades querían realizar con el móvil, pero en la calle: en los parques o en plazas de la ciudad.

«La aplicación ha sido creada desde los orígenes con ellos, en un espacio de laboratorio vivo o Living Lab, donde trabajamos niños, adolescentes, jóvenes, desarrolladores, artistas digitales, informáticos y educadores», explica Sara Serrate González, profesora titular de Pedagogía Social en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Salamanca, e investigadora principal del proyecto. «Queríamos evitar que los adultos tuvieran todo el control sobre el mundo infantil y promover una creación colaborativa, en la que todos tuvieran algo que aportar».

La versión actual de NaturKingdom se encuentra en fase beta, pero ya permite moverse por espacios urbanos y ha sido probada en lugares como la plaza del Oeste, La Alamedilla o La Aldehuela, donde los jugadores han podido capturar las criaturas fantásticas que aparecen en el entorno, al estilo de Pokémon Go. Pero para atraparlas, a diferencia de lo que sucede en el citado juego, deben responder preguntas sobre la naturaleza y la cultura local: ¿cuál es el pez más típico del río Tormes? o ¿dónde se pueden ver mejor las estrellas en Salamanca?

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Tecnología al servicio del aprendizaje al aire libre

El juego está pensado para chavales de un rango de edad entre los 8 y los 12 años. Algunas preguntas resultan complejas incluso para los adultos, pero los niños demuestran que saben más de lo que parece cuando se trata de su propio entorno.

El objetivo ahora es seguir avanzando en la aplicación mejorándola para que sea mucho más atractiva e incorporándole realidad aumentada. Pero hay que encontrar financiación.

La idea de la app no surge de la nada. El equipo de GIPEP lleva años observando cómo los dispositivos digitales influyen en la relación de la infancia con la naturaleza. Para ello han realizado salidas y acampadas experimentales con niños y niñas de entre 9 y 15 años, alternando momentos con y sin pantallas para analizar su comportamiento, la socialización o el interés por las actividades al aire libre.

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Que la pantalla estorbe

A partir de esas observaciones, decidieron crear un entorno donde la tecnología no sea un elemento que aísle, sino transformarla en algo que active la curiosidad y el aprendizaje colaborativo. Buscan que los niños produzcan conocimiento fuera, en movimiento, con otras personas, y que no se queden encerrados en casa ni en la pantalla, tal y como señalan desde el grupo.

La meta final, explican, es que la propia experiencia haga que los menores lleguen a un punto en el que «la pantalla les estorbe». «Durante las actividades en la naturaleza con tablets hubo un momento en que algunos niños decían 'no la quiero, me molesta' y tenían que retirarla. Ese es el objetivo último: que disfruten de la naturaleza por sí mismos», resume María Silva, otra de las investigadoras del proyecto.

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Durante la Noche de los Investigadores Europeos, celebrada recientemente en la plaza del Oeste, el equipo presentó la aplicación al público. Las familias se acercaron con sus hijos, participaron en el juego. Los chavales hicieron nuevos dibujos que servirán para la creación de nuevos avatares para futuras versiones.

Otras herramientas para reconectar

Más allá de la app, el grupo trabaja en un enfoque integral que aborda tanto la importancia de revertir el superávit de pantallas como la necesidad de que las familias superen el déficit de naturaleza y salgan más a reconectar con ella. Por eso están desarrollando otros trabajos en esta línea.

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«Estamos creando unas formaciones dirigidas principalmente a familias porque nos hemos dado cuenta de que muchos padres y madres sienten incertidumbre sobre cómo gestionar el uso de dispositivos», expone Sara.

En otra de las investigaciones que desarrollan, Natur-TEC Kid, se han dado cuenta de ello. Si hay superávit de pantallas es porque ha habido un uso muy generalizado de ellas y padres y madres necesitan conocer estrategias y fórmulas que les permitan acompañar en el uso que hacen sus hijos e hijas de la tecnología.

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El 'control parental' es un término obsoleto

«Estamos intentando desechar el término «control parental» incluso, porque no es una cuestión de control. Es una cuestión de acompañamiento, de asesorar, de educar a nuestros hijos en un uso adecuado, saludable y acorde a lo que existe hoy», detalla la investigadora principal.

En relación con el déficit de naturaleza, las investigaciones dejan patente que esta desconexión responde a la falta de experiencias en el espacio natural que se produce por numerosas causas, como la falta de tiempo de las familias, la percepción de riesgo en los espacios públicos respecto a otras épocas o la escasa conciliación laboral.

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«Por eso creemos que hay que actuar desde todos los frentes: la educación, la política pública y también los medios de comunicación tienen que ayudar a promover espacios seguros y naturales para la infancia», reivindica Sara.

Una nueva forma de mirar la tecnología

El proyecto NaturKingdom es solo una pieza dentro de una línea de investigación más amplia que busca replantear la relación entre tecnología, aprendizaje y naturaleza.

Intentan analizar cómo gestionar el sobreuso de pantallas que tenemos y esta falta de contacto con el espacio natural en la infancia con diversas acciones. Diseñando tecnología facilitadora de estos procesos, formando y preparando a las familias, los centros educativos. También trabajan mucho con la infancia.

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Están diseñando también una serie de animación que permite una mayor sensibilización. «Yo creo que es un trabajo global desde cualquier agente, los centros educativos, los medios de comunicación tienen que contribuir mucho a ello, la política pública tiene que ser facilitadora también de espacios seguros para los niños y las niñas», insiste.

Quieren demostrar que las pantallas pueden tener muchas caras, que también pueden ser educativas y favorecer el desarrollo saludable de los niños si se usan con un propósito claro: volver a mirar el mundo que hay fuera de ellas.

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