Una enfermera de Salamanca escribe sobre la pandemia: «Es importante que no olvidemos lo que pasó»

Miriam Ávila es una enfermera nacida en Madrid pero afincada en Salamanca que caba de publicar «El fin de los aplausos», una novela en la que combina recuerdos, ficción y vivencias profesionales para reflexionar sobre la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias en nuestra sociedad.

«Quería dedicarme a algo que ayudara a la gente», explica Ávila sobre su vocación de enfermería. Llegó a Salamanca por amor, pero reconoce que la ciudad la atrapó por su vitalidad y su gente. Desde hace años trabaja en el servicio de urgencias del Hospital de Salamanca, un escenario que le permitió vivir de cerca la crudeza del colapso sanitario durante la pandemia.

En la obra, la protagonista Marina es una enfermera que se enfrenta a los primeros meses de la crisis sanitaria mientras revive un amor del pasado en Cadaqués. A través de ella, Ávila recrea la fragilidad, el miedo y también la resistencia de una sociedad que, cada tarde, salía a los balcones a aplaudir a quienes estaban en primera línea.

Sin embargo, esos aplausos pronto se apagaron. «Al principio eran un agradecimiento sincero, pero poco a poco se fueron diluyendo», recuerda Ávila. Para la autora, el gesto se convirtió también en una vía de escape, un momento de respiro colectivo. Hoy, confiesa con cierta preocupación que aquel reconocimiento se ha transformado en olvido y, en muchos casos, en tensiones e incluso agresiones hacia el personal sanitario.

Aunque insiste en que no se trata de una crónica ni de su historia personal, la novela está impregnada de su experiencia como enfermera. «No es mi vida, pero hay mucha verdad», apunta. El relato se mueve entre la crudeza hospitalaria, los recuerdos luminosos del pasado y un simbolismo cargado de grietas, hormigas y espejos que reflejan los miedos y la necesidad de reparación de la protagonista.

Más allá de la trama, El fin de los aplausos plantea una pregunta central: ¿salimos mejores de la pandemia? La respuesta de Ávila es clara: «Creo que cambiamos muy poco. Se nos olvidó demasiado rápido. La sociedad se centró en sobrevivir, no en transformar lo que vivió».

La autora alerta de que la sanidad continúa sufriendo saturación y precariedad. Aunque en su caso no ha vivido agresiones físicas, sí reconoce episodios de tensión en urgencias. «Somos una profesión expuesta a riesgos, pero ese riesgo no está reconocido», lamenta.

Aun así, su mirada no es pesimista. «Lo importante es que no olvidemos lo que pasó, porque si vuelve a suceder, seremos los mismos los que estemos ahí», concluye.

Con «El fin de los aplausos», Miriam Ávila firma una obra que mezcla lo íntimo con lo colectivo, la memoria con la ficción y que invita a mirar atrás no con nostalgia, sino con la responsabilidad de aprender y cambiar.

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