Garrido Contigo reclama más espacios para que los jóvenes puedan disfrutar de un ocio sano

«Garrido es grande y heterogéneo, simplemente una calle, la avenida de los Cipreses, separa a ambos lados a vecinos de rentas altas de otros de rentas bajas», con necesidades muy diferentes. Así presenta Gabriel Rufo al barrio en el que en 2016 nació la asociación que ahora preside.

Garrido Contigo surgió de la unión de comerciantes y vecinos de los alrededores de la plaza de Barcelona que querían cambiar un panorama que no les parecía bueno para las familias, los niños, ni para el desarrollo de una actividad sana.

Con más buena voluntad que experiencia, buscaron la colaboración de otras organizaciones que trabajan en la zona, lo que dio lugar a una especie de movimiento social, la plataforma Garrido Se Mueve. Desde allí, parte de sus integrantes pusieron en marcha la asociación vecinal y multicultural.

En sus primeros años desarrollaron una actividad muy variada, con muchas iniciativas en torno a la cultura y el arte. Un ejemplo son las exposiciones organizadas en centros municipales y escaparates de negocios, con rutas para enseñar el trabajo de todos los artistas implicados.

También promovieron la música, tanto con formatos de micro abierto como con conciertos con participación de grupos y alumnos de las escuelas de Salamanca.

Como no podía ser de otro modo, Garrido Contigo también ha llevado y lleva a cabo reivindicaciones. El presidente vecinal detalla que principalmente se han centrado en infraestructuras y otros espacios del barrio.

Inicialmente se ocuparon de la accesibilidad de plazas, parques y calles, para que pudieran ser utilizadas por cualquier persona. También pidieron mejoras en los alrededores de Würzburg y el Volcán de Garrido, para lo que han presentado propuestas.

Pero hay una reclamación que consideran muy importante: Garrido necesita más zonas de ocio y más facilidad para utilizar algunas infraestructuras. Así, señalan que solo hay una cancha deportiva en Würzburg y en el centro del barrio «todo es cemento». A pesar de las dimensiones del barrio, tampoco hay otros espacios en el interior que puedan ser utilizados por los jóvenes para, por ejemplo, jugar al baloncesto. Las principales zonas verdes y jardines se encuentran en los exteriores y no están pensadas para el ocio juvenil.

Además, consideran que no hay facilidad para utilizar otro tipo de infraestructuras del barrio para desarrollar actividades. «La sede de la asociación siempre ha sido caballo de batalla desde el inicio», recuerda Gabriel Rufo.

Durante los primeros cinco años alquilaron un pequeño local de unos 20 metros cuadrados junto a la plaza de Barcelona y reclamaron alguna sala en el Espacio de Participación de Garrido. Todo estaba reservado por Navega, la asociación de vecinos más antigua del barrio. Al final les cedieron un espacio reducido que no terminaba de satisfacer sus necesidades.

Por ello decidieron hablar con Mercasa, para que les permitiera utilizar algún espacio del centro comercial Los Cipreses, que está infrautilizado. La entidad les cedió lo que en su día fueron las oficinas y ahora es su sede oficial. «Está muy bien para trabajar con el ordenador y para celebrar reuniones, pero no para hacer actividades que requieran otro tipo de materiales y más estado», por lo que mantienen el pequeño local del Espacio de Participación. «Hay infraestructuras en el barrio que no se usan al 100%, un ejemplo es la Casa de la Juventud. Además, lo que se hace allí no se queda en el barrio. Se usa mucho por scouts y otros colectivos, que está muy bien, pero no son de Garrido y no crean desarrollo comunitario aquí», lamenta.

La reivindicación de la multiculturalidad de este colectivo es una de las señas de identidad que la diferencia de otras organizaciones vecinales de la ciudad. Eso se debe a que desde el origen se implicaron, entre otros, comerciantes árabes y el secretario de la Mezquita de Salamanca. Con el paso de los años se fueron uniendo personas de distintas nacionalidades.

Garrido es un barrio con tendencia al envejecimiento como sucede con otras zonas de la capital salmantina, y además su multiculturalidad no deja de aumentar. Cada vez llegan más familias procedentes de otros países. Eso ha permitido que los colegios aumenten ligeramente el número de alumnos y hace que todavía se vean jóvenes por la calle. De hecho tienen mucha presencia en plazas y parques.

Una buena parte del parque de viviendas del barrio «es muy antiguo y necesita una rehabilitación importante». Y es justo allí donde residen los vecinos con rentas más bajas. La asociación considera que va a ser necesaria la ayuda del Ayuntamiento para que los que más lo precisan «no dependan de fondos de inversión ni préstamos».

Tras el parón de la pandemia, y como le ha sucedido a prácticamente todas las asociaciones y a la sociedad en general, cuesta mucho recuperar el ritmo. De hecho, en este momento solo han rescatado y puesto en marcha (muy recientemente) la Escuelita Vecinal, en la que ofrecen apoyo académico a niños y niñas. Les ayudan a hacer los deberes y apoyan a las familias. Actualmente todos los participantes pertenecen a familias llegadas de otros países.

Garrido Contigo se encuentra en un momento de «replantearnos internamente nuestra estructura y el funcionamiento», enfatiza Gabriel Rufo. Esto parte del planteamiento de una pregunta que se hacen y que invitan a compartir al resto de la ciudad, con todos sus barrios: ¿Qué es una asociación de vecinos en 2023?

El presidente vecinal afirma no tener una respuesta, pero sí mucha curiosidad por encontrarla. Tiene claro que va a ser muy diferente a lo que siempre hicieron los colectivos «de la vieja guardia» porque la sociedad y la propia ciudad ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Personalmente solo se plantea qué puntos de vista al respecto tendrán los diferentes grupos de edad y cuál será el papel de la juventud en los barrios.

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