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Gerardo Martín, con uno de los autobuses. S.H
Obituario

Don Gerardo, el mago autobusero que siempre sonreía

Fallece en Ferrol Gerardo Martín, de 86 años, uno de los tres hermanos que levantó la empresa de autobuses de Salamanca, 'Hermanos Martín'

Justino Sanchón

Salamanca

Jueves, 12 de enero 2023, 10:36

Tenía alma de autobusero. Y corazón. Pero el espíritu era el de un hombre afable, dicharachero, buen conversador, de la generación del 36, trabajador incansable, luchador para sacar adelante a la familia. Y un buen hombre, como relatan quienes lo conocieron. Era, es, Gerardo Martín, don Gerardo, el mayor de los hermanos Martín, una de las empresas de autobuses con más historia de Salamanca, la cabeza visible de una familia que lleva el volante como señal de identidad.

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Gerardo era el mayor de tres hermanos, los vástagos de Herminio Martín y Tránsito Martín, una familia procedente de La Fuente de San Esteban. Y los tres supieron mantener, y hacer progresar, la empresa que montó Herminio con sus viejos autobuses que empezaban a recorrer la provincia de Salamanca. Hoy, aquella pequeña empresa es referente en el sector de los autobuses, gracias a las ganas, el ímpetu y el trabajo del iniciador, Herminio, y de los que continuaron el proyecto, los tres hijos.

Gerardo, el mayor de los hermanos

El mayor era, es, Gerardo, perteneciente a esa denominada generación del 36, que nació en una época muy complicada, un tiempo en el que solo servía trabajar, luchar, sobre todo en una provincia como la de Salamanca. Y entre ellos surgieron los tres hermanos, a la estela de su padre, a la sombra de un hombre que enseñó a sus hijos a subirse al autobús, a aquellos históricos Setra Seida S14 -como el que hace escasos dos años restauró Melchor, sobrino de Gerardo y uno de los que llevan el apellido Martín y que continúa la saga autobusera-.

Con esta enseñanza, a la que se le unió la aprendida en la vida, sobre las ruedas de aquellos viejos autobuses que recorrían la provincia salmantina, Gerardo empezó a despuntar como un hombre brillante, el mayor de los tres hermanos que supo hacerse un hueco en el sector y apuntar maneras de empresario avezado y avispado.

Con viejos autobuses iba a buscar emigrantes a Bilbao, utilizando vehículos que eran comprados de segunda mano, como todavía recuerda Melchor Martín, uno de los nietos de Herminio que sigue la tradición familiar… y la empresa Hermanos Martín. Gerardo se dio cuenta dónde podía estar el negocio, cuál era el camino que debía seguir para avanzar como empresario, para dar una estabilidad a la familia, por lo que empezó a comprar, en los años 60, vehículos nuevos. Y de aquellas compras a tener una empresa estable, con una importante flota de autobuses, con sus hermanos ya en el negocio y con su hijo, y sus sobrinos, siguiendo el camino iniciado en aquellos años terribles, en aquella Salamanca pobre y dura.

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Ilusión permanente

Gerardo era alegre, incluso hablaba «bien en público», como rememora su sobrino Melchor, era, como dicen quienes lo conocieron, la «alegría personificada», un hombre que mostraba siempre su buen humor. Y que, incluso, se destapaba, cuando podía, como un mago, con trucos que dejaban boquiabiertos a sus viajeros y a sus amigos. Entre ellos, los jugadores de aquella vieja Unión Deportiva Salamanca.

Así era Gerardo. Un hombre nacido por y para los autobuses. Es más, hace escasos dos años Melchor Martín, su sobrino, restauró uno de los viejos autobuses que rodaron por la empresa. Y quiso subirse. Deseó pisar, de nuevo, su embrague. Aunque la edad no le permitió conducirlo. Pero la ilusión estuvo sobre ese viejo asiento, con sus manos sobre la vieja palanca de cambios.

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Gerardo Martín murió este martes, en Ferrol, el lugar donde fue a ser atendido por su hija y su yerno, médico de profesión y sobre el que depositó su salud y su confianza, acompañado por Maruchi, su esposa. Y ha fallecido en Galicia, la tierra de Santiago Apóstol, a quien profesaba gran devoción. Y cuya cruz sirvió de emblema a su empresa, Hermanos Martín.

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