Guitarras encendidas y talento local: así late el corazón del rock en Salamanca
Los grupos de la ciudad que apuestan por sus propias canciones y los bares que mantienen encendida la llama de la música en vivo dan forma a una escena que sigue vibrando con fuerza a pesar del tiempo
Aunque Salamanca es conocida por su patrimonio monumental, su universidad centenaria y una vida estudiantil que nunca duerme, existe otro pulso más oculto, pero igual de intenso: el de su escena musical. Entre las calles de piedra y las fachadas históricas se abre paso una generación de músicos que hacen del rock su forma de expresión. Guitarras eléctricas, baterías salvajes y letras que hablan de rabia, sueños o identidad, suenan en locales, garajes y pequeños escenarios donde lo comercial no dicta las normas.
Publicidad
El rock, en todas sus variantes —desde el punk más crudo hasta el indie alternativo o el rock clásico— no solo resiste en Salamanca, sino que también se transforma y se adapta. Hay nuevas bandas que emergen con fuerza creando un circuito local que lucha por abrirse camino la ciudad, y otras ya consolidadas que cuelgan el 'sold out' muchas noches en diferentes salas y pubs de la ciudad. Aun así, en cada ensayo y en cada bolo, todas y cada una de ellas quieren conseguir el mismo objetivo: hacerse oír.
Noticia relacionada
El festival Abejarock destinará los fondos a la Asociación Parkinson Salamanca
Sin embargo, la escena rockera de Salamanca no es fruto de una moda reciente. Sus raíces se hunden en las décadas de los 80 y 90, cuando la ciudad vivía un efervescente cruce entre lo académico y lo cultural. En aquel entonces, los bares alternativos y el ambiente universitario se convirtieron en el caldo de cultivo perfecto para una generación que encontraba en el rock una forma de rebeldía y expresión. Las guitarras eran tan habituales como los apuntes, y no era raro que de un piso compartido saliera tanto un ensayo improvisado como una idea para formar una banda.
Y durante los años 90 y los primeros 2000, Salamanca vivió una etapa especialmente activa en lo musical con una programación de conciertos constante que llenaba las noches de distorsión, energía y público fiel. El directo se convirtió en el alma de la escena: los grupos locales compartían cartel con bandas de fuera, creando una red de conexiones y experiencias que iban más allá del escenario. Al mismo tiempo, distintos espacios culturales y medios locales ofrecían apoyo a los nuevos talentos, dando visibilidad a una generación que empezaba a abrirse camino con sus propias canciones y que no seguían las reglas del circuito comercial.
Aquella época fue vital para cimentar una identidad propia dentro del rock salmantino, que aún hoy se percibe en la pasión con la que muchas bandas actuales defienden su lugar en la escena. Y a pesar de que los tiempos han cambiado y los espacios se han transformado, el espíritu sigue intacto: la necesidad de expresarse, de subirse a un escenario y de hacer ruido con sentido. Las nuevas generaciones beben de ese legado, pero también lo reinventan, explorando sonidos diversos y formas distintas de conectar con el público.
Publicidad
Las bandas que reinventan el rock de la ciudad
Más allá de los focos y de los escenarios tradicionales, las bandas de Salamanca están explorando nuevas formas de hacer llegar su música. Además, el uso de redes sociales y plataformas digitales les ha permitido conectar directamente con su público, creando comunidades muy activas que apoyan la música local. La colaboración entre músicos, la organización de eventos independientes y la búsqueda de nuevos espacios para tocar han convertido a la ciudad en un laboratorio creativo donde el rock se reinventa día a día. Detrás de cada rincón hay un grupo que sigue dando forma al pulso sonoro.
Ruido de fondo: es una banda que recoge el legado del hard rock clásico de los años 70 y 80, y lo adapta con fuerza al presente salmantino. Su primera etapa, marcada por himnos como la versión rockera del himno de la Unión Deportiva Salamanca o el de Perfumerías Avenida, les consolidó con un disco propio en 2008. Y tras una pausa y varios cambios en la formación, regresaron renovados con un nuevo álbum en 2024, Que calle la gente!, donde suman ocho temas frescos sin perder la esencia que les hizo únicos.
Publicidad
Sr. Hyde: es un grupo de rock y folk-rock fundado en 2016 que ha ido ganando presencia en la escena local. Con dos álbumes publicados, Bipolar (2018) y La doble naturaleza del hombre (2024), la banda continúa consolidándose gracias a su constancia y compromiso con su música. Con un pie en lo tradicional y el otro en lo contemporáneo, este grupo aporta a la escena salmantina una voz personal que no teme experimentar ni alejarse de lo esperado.
Bicho Pal Monte: surge en 2016 como un grupo de punk-rock que pronto fue incorporando su propio sello personal. Con influencias diversas y una instrumentación poco habitual en el género que incluye saxofón, trompeta, trombón y guitarra española, la banda ha logrado un sonido fresco y original dentro de la escena local. En 2019 publicaron su primer disco, Autoengaño suicida, disponible tanto en CD físico como en todas las plataformas digitales.
Publicidad
Silver Route Blues Band: es una formación creada en 2021 que se sumerge en el universo del blues-rock, abarcando desde el blues profundo del Delta del Misisipí hasta el Chicago y Texas Blues. Después de cerrar 2023 con actuaciones destacadas en las Ferias y Fiestas de Salamanca y su primera salida a la Sala La Vaca de Ponferrada, la banda comenzó 2024 con el lanzamiento de su primer single, Don't Let Me Cry. Además, su EP Rollin' Man ya está disponible en las plataformas.
Carameloraro: es una banda de rock and roll que nació en 2021 y rápidamente se hizo un hueco en la escena local. En 2022 fueron finalistas del III Concurso Municipal de Bandas de Salamanca, un logro que les permitió grabar su primer disco, publicado en 2023. Su discografía incluye varios sencillos como Brindis al Sol, En llamas y Dura decisión, además del álbum homónimo CarameloRaro. Además, en 2024 lanzaron el sencillo La Dama de Azul.
Publicidad
Pese a los altibajos, el rock no se apaga en Salamanca. Hay talento, hay ganas y hay escenarios donde la música sigue golpeando fuerte. Algunas bandas nacen en locales de ensayo humildes, otras en el calor de una jam session, pero todas comparten la misma chispa: la necesidad de hacer ruido, de conectar, de resistir. Y aunque la escena no siempre es fácil, sobra pasión, y es justo eso lo que hace falta para que la rueda siga girando. Mientras haya una guitarra enchufada, el espíritu del rock seguirá vivo entre las piedras doradas de la ciudad. Y eso, por suerte, no hay silencio que lo detenga.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión