La hostelería de Salamanca rechaza la prohibición de fumar en las terrazas: «Es un acto de poca libertad»

Un polémico debate envuelve el Plan antitabaco de Sanidad que recoge la posibilidad de prohibir fumar en las terrazas. Con el fin de reducir el número de fumadores y proteger la salud de la población -sobre todo el sector más vulnerable-, se están considerando distintas medidas para aumentar los espacios libres de humo. Dentro de este planteamiento, una de las opciones que más controversia generan es precisamente apartar de los lugares compartidos el tabaco.

La hostelería recela de esta iniciativa que no ve con buenos ojos estas medidas que podrían perjudicar, «una vez más», a este sector. «Nos parece un acto de poca libertad, son espacios libres de humo porque son al aire libre», defiende Jorge Moro, el presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca. De hecho, propone que sean los propios hosteleros los que determinen cómo y dónde se puede fumar en sus establecimientos sin ninguna imposición. «Quien decida que no se fume en su 'casa' pues se respeta, pero que sea cosa de los empresarios», apunta.

Considera además que es una medida «para cerrar puertas» al turismo que, según apunta el hostelero, «condicionaría a la gente que viene de vacaciones y España se vería perjudicada». La comparación con el resto de Europa sostiene su argumentación y asegura que pondría por delante a otros destinos respecto al país. «Sólo Suecia tiene esa condición y tiene muy pocas terrazas, pero aquí no te la puedes jugar con temas populistas», añade. No sólo afectaría al turismo, sino que también condicionaría, según el hostelero, a los propios vecinos que recurren a las terrazas para disfrutar de este ocio sin limitaciones. «Igual la gente se lo piensa mucho y prefiere quedarse en su casa que no hay ninguna restricción», asegura.

A pesar de que los argumentos que sostenían hace una década el rechazo a prohibir fumar en el interior de los bares eran similares, la comparación con ese hito histórico a favor de los lugares de humo no convence a la hostelería. «La gente no se acostumbraría, la mayoría se sientan en la terraza porque se permite fumar», comenta un camarero del Mesón de Cervantes. Una opinión apoyada por el presidente de la Asociación de Hostelería: «En ese momento fue normal, y ahora está más que asimilado pero en el aire libre la gente no lo aceptaría igual».

Aunque está en contra del tabaco y, de hecho, subraya que «ojalá mañana mismo el tabaco desapareciera de nuestras vidas», concluye que es una cuestión de «libertad y respeto» y una decisión individual que no debe ser impuesta.

A pesar de que las opiniones a favor y en contra de las medidas antitabaco confluyen en las calles de Salamanca, los datos reflejan que los salmantinos cada vez fuman menos. En el año 2023 ya se vendieron un 5,3% de cajetillas menos que en el año anterior y es ya el año en el que menos cajetillas se han vendido de los últimos quince años. Aún así, los datos son todavía asombrosos: más de 14 millones de cajetillas se han vendido en un año en la provincia.

Pero, ¿qué efecto han tenido las leyes antitabaco en este consumo? Al menos en la provincia de Salamanca, esa primera medida contra el tabaquismo no tuvo un efecto inmediato. En 2006, cuando entró en vigor esa primer plan, el número de cajetillas que se vendieron ese año completo se incrementó con respecto al 2005, cuando aún no había prácticamente restricciones. Sin embargo, entonces se fumaba más del doble que ahora: 32 millones frente a los 14 millones del pasado año.

En los años sucesivos, y siempre según los datos del Comisionado para el Mercado del Tabaco, se registró un paulatino descenso hasta la entrada en vigor de la última ley antitabaco, la que acabó con el fumar en el interior de los bares de forma fulminante. Antes de que se aplicasen las restricciones, en 2010, se vendieron en los estancos de Salamanca 26,8 millones de cajetillas de cigarrillos y el año 2011 -cuando entró la nueva normativa- ya se vendían cinco millones de cajetillas menos que el año anterior, dos menos un año después…, y así hasta llegar a las cifras actuales.

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