El humo de los incendios de Canadá llega a la provincia tras cruzar el Atlántico

Una gran nube de humo procedente de los incendios que sufre estos días Canadá ha llegado a la costa gallega, pudiéndose ver a simple vista en los cielos de la Comunidad. El humo ha hecho un viaje de más de 7.000 kilómetros cruzando el océano atlántico procedente de la gran ola de incendios que asola los bosques canadienses en su peor año. Y aunque se diluye con facilidad y no afecta a la calidad del aire, ya ha tocado España y también se ha hecho perceptible en Salamanca.

No obstante, y según los registros de calidad del aire, no ha provocado un aumento de presencia de partículas en la atmósfera, que se mantiene en los niveles habituales, sin que se haya producido alterta alguna.

Tal como han informado fuentes de Meteogalicia a Europa Press, las partículas en suspensión producidas por los fuegos del país norteamericano han cruzado el Océano Atlántico y han llegado a Galicia en forma de una gran nube. Su origen son los fuegos que sufre Canadá, que suma 2.800 incendios forestales en lo que va de año en los que se han quemado 7,2 millones de hectáreas, con 500 de ellos todavía activos.

Según los expertos, esta nubosidad se sitúa en las capas más altas de la atmósfera y no supone ningún riesgo para la población. Las mejores horas para verla son las primeras de la mañana o al anochecer.

Pese a que lo tildan de «anécdota», desde Meteogalicia han puesto en valor la tecnología actual, que permite visualizar dónde se encuentran estos humos y el recorrido que previsiblemente harán.

Precisamente el observador europeo Copernicus muestra que esta nube de humo se mantendrá en el cielo del norte de España durante al menos dos días más, pero irá desvaneciéndose con el paso de las jornadas.

La nube de humo de incendios canadientes ha llegado este lunes a las costas gallegas pero con una concentración de partículas muy baja que al tocar tierra se difuminan, por lo que es probable que no se adentre en la península. Las concentraciones más altas se están dando en los niveles más altos de la atmósfera, no en la superficie.

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