Instalados dos nuevos radares de velocidad en Salamanca para vigilar calles conflictivas

Dos calles con problemas de exceso de velocidad van a estrenar sendos radares que reforzarán el cerco a los incumplimientos de los límites de circulación en Salamanca, por los que cada año el arsenal de cinemómetros municipales imponen miles de multas. Las dos nuevas ubicaciones se encuentran en dos calles que han registrado problemas con la velocidad de circulación en el barrio de Puente Ladrillo y en la zona del cementerio. Puntos donde controlarán la velocidad, que es el origen de 65% de las infracciones: 80 conductores al día son 'pillados' por los radares móviles.

El Ayuntamiento de Salamanca suma de esta manera dos nuevas cajas de radar a las ya existentes, cerca de una veintena repartidas por toda la ciudad y en las que van rotando tres aparatos propiedad del consistorio. Podrían no ser las últimas, ya que estarían listas para instalar otras tres y el municipio tendría en sus planes la adquisición de otros dos radares, lo que aumentaría la rotación de aparatos y las probabilidades de ser multado.

Las dos nuevas cajas de radar han sido instaladas este martes por la mañana. Los dos lugares elegidos son la avenida Santiago Madrigal en el barrio de Puente Ladrillo y la calle Obispo sancho de Castilla, en la bajada desde lo alto del cementerio hacia la avenida de los Maristas.

En ambos casos, se ha elegido dos lugares con problemas de excesos de velocidad. En Santiago Madrigal, se ha puesto a petición de los vecinos que hace meses que piden soluciones para la circulación de vehículos incumpliendo los límites.

El consistorio ha defendido la instalación de 'guardias tumbados' y señalización, pero al final ha tenido que optar por poner un radar, lo que en cierto modo da la razón a los vecinos que habían denunciado la situación. Además, la avenida concentra varias nuevas sedes, entre otras, una residencia de mayores, lo que ha reforzado la idea de aumentar la vigilancia.

En el segundo caso, el radar de la calle Sancho de Castilla, se trata de una vía ya limitada a 30, pero en la que se producen excesos de velocidad por la pronunciada bajada desde el cementerio.

En cuanto a los radares, lo que se ha colocado son sendas cabinas homologadas para albergar los cinemómetros. Son el mismo modelo que ha estado instalando el Ayuntamiento de Salamanca desde que, a partir de 2018, se empezó a aumentar su número en las calles de la capital, donde hasta entonces habían sido una excepción. Ahora son multitud, una veintena, a los que hay que sumar una docena de radares disuasorios o didácticos: paneles que se iluminan con nuestra velocidad al paso por una zona limitada.

Las cabinas están preparadas para soportar los detectores radar de velocidad, de los cuales el ayuntamiento tiene tres en la actualidad. Eso supone que ahora muchas cajas están vacías porque los aparatos van rotando, pero con todo hacen una función disuasoria. Con más cinemómetros las posiblidades de ser detectado en una infracción aumentarían.

Las nuevas cajas de radar se suman a las existentes y al arsenal de nuevas medidas tecnológicas aplicadas para controlar el tráfico. La capital contará en el futuro con un sistema inteligente que gestionará de forma global todo lo relativo a la circulación, desde los atascos al bus o el aparcamiento.

Además, se han instalado ya las cámaras azules que controlarán el acceso a la Zona de Bajas Emisiones; los nuevos pasos de peatones luminosos y semáforos inteligentes; los radares didácticos; las nuevas pantallas que monitorizan los aparcamientos disuasorios gratuitos de la periferia; y las pantallas que informarán a los conductores de las diferentes situaciones del tráfico, desde atascos a cortes de circulación, pasando por las plazas disponibles para aparcar en parking, subeterráneos o la ORA

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