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Las obras iniciadas para alejar los coches de los colegios y evitar la acumulación de vehículos en los entornos escolares a la hora de entrar y salir sólo logran, por ahora, trasladar el problema de lugar a unas decenas de metros. El resultado, un festival de luces intermitentes y muchos coches aparcados de forma peligrosa en calles que adoptan o mantienen el problema.
La primera zona donde se ha terminado de eliminar aparcamientos y ampliar aceras ha visto como las interminables hileras de coches se han trasladado a una avenida cercana, acrecentando el problema. Mientras tanto, la 'jungla' de coches en los colegios se manifiesta con más crudeza que nunca con largas filas de vehículos obstaculizando avenidas como Canalejas o Gómez Ulla.
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Precisamente, está entre lo que se intentaba evitar, alejando los coches, con las obras de estas primeras 'supermanzanas' de la ciudad. Según los proyecos, se ampliarán aceras y se reducirá la presencia de coches, aunque no habrá peatonalizaciones totales, pero sí se ganará espacio para los viandantes y se le quitará a los vehículos; de paso, se limitará a 20 km/h la velocidad en más calles.
La actuación afecta a algunas calles conflictivas para el acceso escolar donde se han producido problemas por la proximidad con las puertas de colegios, institutos y guarderías. Padre Astete en María Auxiliadora, el entorno de calle Moreras en Garrido, el entorno de los colegios en Carmelitas o el Sagrado Corazón en el Rollo han tenido esos problemas.
Sin embargo, el curso empezó y las obras estaban sin terminar, ya que algunas son de larga duración. Sólo una zona estaba lista, pero el resultado ha sido sorprendente y viene a agravar el problema.
Así se ha podido comprobar en las últimas semanas a pie de colegio, justo cuando han empezado las prisas de la Navidad. Esta semana, de nuevo, varias calles se han visto colapsadas de coches a la hora de dejar y recoger a los niños. Una práctica arraigada en Salamanca, tolerada, que se procedió a vigilar y ordenar con algunas medidas especiales de tráfico, pero que ha vuelto a descontrolarse.
El mapa de zonas afectadas es bastante conocido, pero allí donde ya se manifestaba el problema no se arregla, con alguna excepción; ha empeorado en algunas zonas; y se ha contagiado a otras. La visita a estas calles arroja siempre el mismo resultado: muchos coches en segunda fila, muchos aparcados de forma irregular, y más peligro de incidentes por el intenso tráfico y malas prácticas como cruzar mal (peatones) o invadir pasos de cebra (vehículos).
María Auxiliadora
En medio de un aumento significativo del tráfico en las últimas semanas, la doble fila escolar, este problema endémico de la circulación en la capital ha vuelto a emerger con fuerza y ahora invade nuevas calles. Esta migración se ha producido ya en la primera zona donde se hicieron obras del proyecto de entornos escolares, en el centro situado entre María Auxiliadora y la avenida de Portugal
Hace unos días terminaban las obras de urbanización de las calles, que han reducido aparcamiento y la posibilidad de subir coches a la acera (con la colocación de bancos, árboles y mobiliario urbano). Y esta semana se han podido ver largas colas de coches con el inconfundible parpadeo del 'warning', pese a la presencia policial.
En ese punto se procedió a reurbanizar varias calles, entre ellas, la de acceso al centro y varias perpediculares donde era costumbre la doble fila escolar. Y de paso se coloca también una valla que impide entrar hacia la calle por donde más coches acceden, como se hace en otros colegios.
Ahora, esas calles están limpias de coches, pero el problema se ha trasladado unos metros más allá, a una avenida con mucho tráfico y con problemas históricos de atropellos: la avenida de Portugal. El tramo más cercano se ha llenado de vehículos que estacionan en segunda fila, en ambas direcciones, ocupando parte o la totalidad de uno de los carriles y complicando la circulación, además del incremento de inseguridad aparejado a esta práctica.
Parque Picasso
El problema, además, se ha recrudecido en otros lugares. Este martes, por ejemplo, el primer tramo de Gómez Ulla, paralelo al parque Picasso y cercano a un colegio, era un resplandor de intermitentes entre la niebla. Una larga fila de coches en segunda fila ocupaba todo el largo de este tramo y parte del segundo, además del ramal que entra de Cruz de Caravaca hacia el parque.
Todo, lleno de coches, con alumnos cruzando y multitud de vehículos en pasos de peatones, aceras, aparcamientos de motos... En pocos minutos se aprecian situaciones de riesgo, además de muchas infracciones. Cuando en su día se decidió tolerar, pero vigilar este aparcamiento irregular, la Policía Local volvió a multar en colegios, mientras el ayuntamiento aclaró las 'normas' para los minutos de entrada y salida.
No se iban a permitir aparcamientos sobre aceras o pasos de peatones, infracciones, quitar visibilidad... Todo lo que es irregular o peligroso. La presencia se sigue manteniendo, los agentes se pasan por los colegios, pero las malas prácticas se mantienen.
En esta zona está previsto reformar algunas calles, que todavía están en obras, para reducir aparcamiento, pero no parece sencillo que se pueda frenar la doble fila en Gómez Ulla ni la que se produce también en el paseo del Rollo.
Canalejas
Una de las más arraigadas y que ha empeorado es la que afecta al colegio del último tramo de Canalejas, ya cerca de la plaza de España. Allí se llevan tomando medidas años, como colocar vallado en la acera de acceso para evitar que los coches paren a la misma puerta.
No se ha logrado nada porque, esta misma semana, la cola de coches aparcados en segunda fila llega casi hasta la calle Alamedilla, vehículos que ocupan un carril de circulación de una de las avenidas vitales de la ciudad, el paseo de Canalejas, con mucho tráfico a la hora de entrada y salida de los colegios.
Además, esta avenida tiene problemas también en el colegio en calle Jardines y en el instituto junto al apeadero, donde en la hora punta se puede ver de todo: coches plazas de movilidad reducida, sobre la acera, sobre el carril bici, pisando pasos de peatones...
Ahora habrá que ver cómo le sientan los cambios al resto de zonas, nueve en total por toda la ciudad, donde las obras siguen en marcha. Muchas son coincidentes con las zonas donde más enquistado está el poblema de la segunda fila para entrar al colegio. Cuando acaben, se alejará a los coches de las puertas de los colegios, pero la escurridiza 'doble fila escolar' buscará por dónde escapar.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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