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La progresiva peatonalización de Salamanca inicia una nueva fase que pretende alejar los coches de los colegios. El proyecto consiste en invertir 4,2 millones de euros para transformar 41 calles de entornos escolares de la ciudad en ocho barrios, creando áreas en las que no se podrá aparcar o circular, al menos, en teoría. En la lista de calles, algunas de las más conflictivas de la ciudad donde la entrada y salida de los 'coles' se ha convertido en un problema. Y el esbozo de las primeras 'supermanzanas' de la ciudad.
El proyecto asomó hace unos días en el portal de contratación del ayuntamiento y, durante el fin de semana, el consistorio ha dado más detalles y ha anunciado un plan complementario para habilitar aparcamiento alternativo y compensar las plazas que se pierden en las calles que se van a peatonalizar.
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Las actuaciones se pueden consultar en el mapa de esta información y están repartidas por varios barrios. Trazando un perímetro a partir de las calles afectadas en cada zona, se aprecia la creación de nuevas áreas que se presuponen libres de coches a partir del próximo curso escolar y que incorporarán elementos peatonales como más bancos y zonas verdes.
Estas nuevas áreas sin coches (o con menos circulación) trazan las primeras zonas que podrían asimilarse al concepto de 'supermanzanas' urbanas. Se trata de cuadrículas urbanas donde sus calles interiores serían peatonales con un acceso limitado a los vehículos, desviados a calles exteriores al conjunto de manzanas, tal y como se ha planteado con este plan en Salamanca. Con tráfico calmado y zonas verdes, se convertirían en zonas de prioridad para el disfrute de los peatones.
Se aprecia especialmente en los proyectos de Salesas, Vidal y Labradores en el entorno de varios colegios, donde se peatonalizarán varias calles que cerrarán manzanas al tráfico. O en el caso de la calle Villaviciosa, paralela a un tramo del bulevar de la Milagrosa, donde formarán un conjunto con el parque infantil y las zonas verdes ya existentes; la pega es que queda algo alejada de los colegios a los que pretende dar servicio, especialmente en el caso del San Estanislao.
Sin embargo, la actuación afecta a algunas calles conflictivas para el acceso escolar donde se han producido problemas por la proximidad con las puertas de colegios, institutos y guarderías. El objetivo es despejarlas de coches en sus proximidades y evitar la costumbre de llevar a los niños en coche 'hasta la puerta' misma. Padre Astete en María Auxiliadora, el entorno de calle Moreras en Garrido, el entorno de los colegios en Carmelitas o el Sagrado Corazón en el Rollo han tenido esos problemas.
El proyecto consiste en convertir en peatonales 41 calles, en un plazo de tres a nueve meses, con lo que estarán listas para el inicio del próximo curso. Se actuará de la forma habitual, convirtiéndolas a plataforma única, con aceras más amplias, renovación del alumbrado público, canalizaciones y redes eléctricas y de telecomunicaciones. Se redondea la actuación con nuevo mobiliario urbano (42 nuevos bancos y 61 papeleras) y la plantación de nueva vegetación (200 árboles y 1.057 arbustos) para extender la infraestructura verde en los barrios de la ciudad.
Incluye una actuación complementaria con 515 nuevos aparcamientos disuasorios asociados a seis centros escolares. En concreto, estarán ubicados en los barrios de Chinchibarra (entre las avenidas de San Agustín y Vicente del Bosque) y Prosperidad (en el polígono El Tormes y junto a Mirat), cerca de centros escolares como San Agustín, José Herrero, Félix Rodríguez de la Fuente, Divino Maestro, Calasanz y La Milagrosa, entre otros.
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