Un año de la crisis que pudo cerrar las piscinas de Salamanca: subida de precios y sin nuevo contrato
La situación que amenazó con «colapsar» el servicio no ha cambiado y la actual concesionaria está bajo la obligación de mantener abiertas y sin una nueva licitación que le de estabilidad
Las piscinas de Salamanca subirán de precios con un incremento de un 1,6% en las tarifas para 2026, pero se mantienen en el alambre, con hasta tres gestiones diferentes y dos cambios de empresa, que ha pedido una revisión de precios para el año que viene y sin que se sepa nada, por ahora, de una licitación que le de estabilidad. El contrato, de 25 millones de euros al año, afecta a todas las piscinas de la ciudad, de invierno y de verano, y cumple su década de vigencia, aunque existe una posible prórroga anual.
Eso supone que el contrato se mantiene desde hace un año en una situación de fuerza, ya que a finales de 2024 se obligó a la concesionaria, Procesos Integrales al FMS S.L., Prointal, a asumir una prórroga del contrato por tiempo indefinido, hasta que se licite y adjudique un nuevo contrato de gestión. A cambio, se le subió un 30% la asignación mensual, hasta los 130.000 euros, 1,6 millones al año.
Esta es la situación en la que se encuentra un año después de la crisis que estuvo a punto de provocar el «colapso del servicio», como reconocían los propios servicios municipales, y dejar a 20.000 usuarios, 200 trabajadores y a empresas que facturan 1,2 millones de euros al año sin piscina, sin trabajo y sin negocio. Entonces, se optó por una cesión de urgencia, que se firmó ya superados los plazos y obligando a la concesionaria a llegar al límite y prestarlo casi hasta marzo.
Ahora, la empresa empieza a cobrarse lo comprometido. Transcurrido el primer año, ha solicitado la actualización de tarifas y de la subvención que recibe. Reclama una subida de precios, que será del 1,6% para 2026, correspondiente a la aplicación del IPC de instalaciones deportivas (1,9) y un descuento del 15% al que obliga el contrato.
130.000 euros
percibe cada mes la concesionaria para prestar el servicio
Eso eleva las tarifas que pagan los miles de usuarios hasta los casi 4 euros por baño ocasional, 40 por el abono mensual, casi 62 por el abono familiar y casi 70 por los cursos intensivos, o las tarifas premium, que dan acceso prioritario, con servicios como el bono de 5 sesiones de tratamiento terapéutico por 120 euros.
La empresa, Prointal, asumió el servicio obligada para sacar del apuro al Ayuntamiento de Salamanca, que se vio al borde del cierre de las piscinas, como denunció entonces el concejal de Vox, Ignacio Rivas. La cesión del contrato fue con todas las condiciones y una de ellas era revisar las tarifas.
Ya el año pasado, y para sacar adelante esta prórroga forzada, se decidió subirle la compensación a la empresa, a la que se le han abonado 34.000 euros más al mes a los 96.000 que se le pagaban mensualmente; y el consistorio estaba dispuesto a calcular y seguir aumentando la cantidad en función del déficit de servicio.
Un contrato 'patata caliente'
El contrato, adjudicado a finales de 2014 por 2,5 millones anuales y 10 años de duración, ha sufrido numerosos avatares. De entrada, lo ganó una UTE formada por dos empresas, Clequali y Enjoy Wellness Salamanca, concesionaria esta de más contratos de gestión de instalaciones municipales como el Multiusos Sánchez Paraíso y la ciudad deportiva de La Aldehuela.
En 2018, esta UTE cedió el contrato a la propia Clequali en solitario. Posteriormente, subcontrató con otra empresa, Prointal, la contratación de personal. Y hace unos años asumió la gestión de la piscina del Helmántico.
Sin embargo, a pocos días de empezar la temporada de verano de 2024, las piscinas cambiaron de manos por la mala situación económica de Clequali, que no podía hacer frente a la gestión y que cedía el contrato a otra empresa, Prointal.
Se inició en 2024, pero tras un solo verano, en noviembre de 2024, la última empresa ya advirtió que no podía seguir prestando el servicio. Este es el punto en el que una mayor inyección económica aplacó las estrecheces declaradas por la empresa.
