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La piscinas de La Alamedilla, todavía en obras. SH
El «colapso» de las piscinas de Salamanca que amenaza con dejar a la ciudad sin sitios para nadar

El «colapso» de las piscinas de Salamanca que amenaza con dejar a la ciudad sin sitios para nadar

El ayuntamiento busca una solución de emergencia para prorrogar el contrato con la actual concesionaria, que no lo quiere y ya dijo que sólo lo prestaría hasta el 28 de febrero: se le subirá un 30% la asignación económica mensual

Félix Oliva

Salamanca

Domingo, 2 de febrero 2025, 10:03

La gestión de las piscinas municipales se asoma a un peligroso abismo que pone en riesgo la continuidad del servicio a partir del 1 de marzo por la renuncia de la concesionaria actual al contrato, ya prorrogado de urgencia, y la falta de una nueva empresa que lo asuma. Un problema que se arrastra desde hace más de un año cuando ya se advirtió de los problemas que tenía y que no se ha resuelto, lo que mantiene a 20.000 usuarios y a las millonarias instalaciones al borde de una situación de «colapso» para la que se busca una solución de emergencia.

La palabra «colapso» no es gratuita y la usa la jefa de la sección de Deportes del Ayuntamiento de Salamanca en el informe que ha elevado a los órganos municipales para intentar resolver la situación. El asunto va el próximo día 4 de febrero a la comisión de contratación como solución de urgencia al laberinto en el que se encuentra la gestión de las piscinas.

La propuesta consiste en obligar a la actual concesionaria, Procesos Integrales al FMS S.L., a asumir una prórroga del contrato por tiempo indefinido, hasta que se licite y adjudique un nuevo contrato de gestión. Para sacar adelante esta prórroga, se le abonarán 34.000 euros más al mes a los 96.000 que se le pagaban mensualmente; y el consistorio está dispuesto a calcular y aumentar la cantidad en función del déficit de servicio.

El problema es que la actual concesionaria ya dijo el pasado mes de noviembre por escrito el ayutamiento que no podía continuar prestando el servicio y que no aceptaría la prórroga prevista en el contrato, de 5 años; esa prórroga sólo se podía activar por acuerdo de ambas partes, pero la empresa se descolgó.

El ayuntamiento obligará a la empresa a seguir abriendo las piscinas pese a que no quiere y le pagará un 30% más al mes

Ante la situación que se presentaba, el ayuntamiento consiguió que la empresa aceptara una prórroga, pero la concesionaria aceptó seguir gestionando las piscinas por dos meses, hasta el 28 de marzo. Sin embargo, la solución vuelve a ser prorrogar el contrato, y de forma indefinida. Hace meses que tendría que estar en marcha la licitación del nuevo contrato ante una situación de insolvencia ya conocida, pero el proceso para adjudicar ni ha empezado y todavía no se han diseñado los pliegos de condiciones.

Por ello, y sabiendo que no se cumplen las condiciones firmadas, el ayuntamiento tendrá que agarrarse a la jurisprudencia que admite alterar un contrato, en su duración y términos, por interés público y que permite obligar a una concesionaria a seguir prestando un servicio. Y este servicio es muy esencial.

Riesgo de colapso

Según los datos del área de Deportes, en caso de no tener prestador para la ejecución de este servicio desde el próximo 1 de marzo de 2025, Salamanca se vería en una situación deportiva de «colapso», pues no disponer de piscinas climatizadas supondría que más de 3.000 personas abonadas, 2.500 cursillistas, asociaciones y clubes deportivos, y en general la ciudadanía de Salamanca, no pudiera disfrutar de un servicio considerado como fundamental en el Sistema Deportivo de la ciudad.

No disponer de piscinas climatizadas supondría que más de 3.000 personas abonadas, 2.500 cursillistas, asociaciones y clubes deportivos se quedarían sin este servicio

Esto se refiere sólo a las piscinas climatizadas o cubiertas, pero es que el contrato incluye todas las de la ciudad, también las de verano. El servicio de las piscinas municipales conlleva la gestión de ocho complejos acuáticos, cinco de ellos de verano y tres, climatizados.

Las piscinas municipales atienden anualmente a una media de más de 50.000 usuarios mensuales, entre los abonados al servicio, las entradas puntuales y los cursillistas, siendo el servicio deportivo más importante que ofrece el Ayuntamiento, pues es el que más accesos y tráfico total de personas genera (en el año 2023 se contabilizaron más de 600.000 accesos).

La plantilla media para atender el servicio es de 120 empleados en nómina entre personal técnico deportivo, administrativo, limpieza y mantenimiento, pero llega hasta las 200 personas en verano.

Un contrato problemático

El contrato, adjudicado a finales de 2014 por 2,5 millones anuales y 10 años de duración, ha sufrido numerosos avatares. De entrada, lo ganó una UTE formada por dos empresas, Clequali y Enjoy Wellness Salamanca, concesionaria esta de más contratos de gestión de instalaciones municipales como el Multiusos Sánchez Paraíso y la ciudad deportiva de La Aldehuela.

En 2018, esta UTE cedió el contrato a la propia Clequali en solitario. Posteriormente, subcontrató con otra empresa, Prointal, la contratación de personal. Y hace unos años asumió la gestión de la piscina del Helmántico.

A Eulen, que las gestionó 15 años, todavía se le reclama un millón de euros por daños y la nueva concesión ha pasado por cuatro empresas

Sin embargo, a pocos días de empezar la temporada de verano de 2024, las piscinas cambiaron de manos por la mala situación económica de Clequali, que no podía hacer frente a la gestión y que cedía el contrato a otra empresa. Esa es la actual concesionaria, que tras un solo verano, en noviembre de 2024, ya advirtió que no podía seguir prestando el servicio.

Este contrato ronda el millón de euros de canon anual que ingresa la empresa al ayuntamiento por la explotación y ha sufrido dificultades por el aumento de los costes vinculados a la energía. De la concesión dependen todas las piscinas municipales, que han recibido cuantiosas inversiones, y sobre cuyo estado de mantenimiento hay serias dudas, algo que ya provocó en su día el denominado 'caso piscinas', que obligó a una fuerte inversión por el deterioro acumulado tras años de falta de mantenimiento, y que ahora vuelve: el ayuntamiento intentará por tercera vez cobrar un millón de euros de la empresa que gestionó las piscinas durante 15 años hasta 2015.

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