Muere el constructor salmantino Luis Sánchez-Marcos, «un adelantado a su tiempo»
Era el hijo mayor de Elpidio Sánchez-Marcos, creador de la empresa constructora de carreteras Elsan o de los cines Salamanca y España
Nació, en el barrio de Garrido en Salamanca, en el seno de una familia trabajadora, emprendedora, luchadora. Y con los años, don Luis -como era conocido en sus empresas- heredó, junto a sus hermanos, un imperio y lo mantuvo. También vivió en la unión de las avenidas Portugal e Italia, junto a la antigua fábrica de asfalto que creó su padre.
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Luis Sánchez-Marcos, hijo mayor de Elpidio Sánchez-Marcos, murió este 24 de diciembre de 2022 en Madrid a los 92 años. 92 años de vida que le sirvieron para estar en lo más alto del mundo empresarial, en la cresta de la ola de un sector como el de la construcción de carreteras.
Desde que en los años 70 falleciera su padre, 'don Luis' cogió su testigo, cuyo relevo ya había empezado a incorporar a su vida desde que terminó la carrera de Derecho. Quienes lo conocieron hablan de él como un «hombre apasionado por el trabajo», un «asfaltero» que tenía en su mente la carretera, la innovación, la tecnología y, ya en sus últimos años, el medio ambiente.
De la mano de su padre, aprendió un claro objetivo en su vida empresarial: «el trabajo bien hecho», relatan personas cercanas a Luis Sánchez-Marcos. Al frente del conglomerado empresarial que heredó de Elpidio Sánchez-Marcos, lo mantuvo en lo más alto del sector y, además, lo modernizó. De hecho, construyó en el barrio de Vallecas, en Madrid, un Centro de Investigación al que le puso el nombre de su padre.
Los más cercanos a él destacan su «capacidad de hacer equipos» y haberse «mantenido como el líder verdadero de las empresas» heredadas. Con los años, con su experiencia y con su pasión por la tecnología, vendió empresas de asfaltado, con la más moderna maquinaria, en países avanzados en el norte de Europa, como Suecia.
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Pero también incorporó el aspecto internacional al asfaltado de carreteras. De hecho, llevó la firma de Elsan a Iberoamérica, a la India o a diversos países de África.
Luis Sánchez-Marcos fue, además, un hombre que presumió de su salmantinismo. De hecho, construyó el puente del VIII Centenario, que también se conoció como el de la Universidad. Y, como regalo, donó a Salamanca la fuente central de la plaza de Oeste y la urbanización de esta glorieta.
Peso empresarial
Formó parte de una de las familias con más peso empresarial de Salamanca, pero que siempre han trabajado en silencio, sin estridencias, sin alharacas. Porque para los Sánchez-Marcos lo más importante siempre fue la familia y la empresa, la lucha por mantener un legado que dejó el más emprendedor de todos, por incrementar el peso del apellido.
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Elpidio Sánchez-Marcos fue un hombre adelantado a su época. A lo largo de su dilatada carrera empresarial, consiguió el reconocimiento de los empresarios españoles, por su aportación a las obras públicas, y de los de Salamanca, por su nueva forma de entender los negocios y por el prestigio dado a su ciudad.
No solo puso en marcha Elsan, la empresa que posteriormente heredó Luis, su hijo mayor, sino que se adentró en el mundo cinematográfico, inaugurando dos cines, como el Salamanca y el España. Fue, por tanto, un adelantado a su época.
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Y don Luis continuó el legado, sobre todo del negocio de las carreteras. En su idea heredada de su padre, llegó a presidir consejos de administración de diferentes empresas, como Elsamex, o participar en empresas como la concesionaria de autopistas de la República Dominicana, Codacsa, de la que tuvo la mayoría accionarial.
Este empresario salmantino, aunque nacido en Salamanca, se trasladó desde muy joven, con 15 años, a vivir a Madrid con la familia. Poco a poco fue entrando en el negocio familiar. Y siempre de la mano de 'don Elpidio'.
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Empresa estrella
Elsan fue la empresa estrella de la familia. La creó Elpidio Sánchez Marcos en 1925 en Salamanca como empresa de construcción y conservación de carreteras con el objetivo de participar en el llamado Circuito Nacional de Firmes Especiales, que inició sus operaciones el año 1926, impulsado por el Conde de Guadalhorce.
A mediados de los años 50, del pasado siglo, la empresa terminó las obras de afirmado y capa de rodadura asfáltica en el tramo fronterizo con Portugal, entre Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro. Gracias a este tramo recibió el premio a la obra mejor hecha, otorgado por el Ministerio de Obras Públicas. Y unos meses antes, había recibido ya la medalla concedida por la Asociación Española de la Carretera «al hombre que llevaba más de media vida volcado sobre el asfalto».
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Luis, el mayor, siempre busco continuar el legado del padre y mejorarlo, en la medida de lo posible. Así, en el prólogo del libro 'Entre dos siglos', escrito por el periodista salmantino Santiago Juanes con motivo del centenario del nacimiento de Elpidio, Luis decía: «los que le seguimos tratando de hacer honor a su nombre y con nuestras modernas fuerzas intentamos, y seguiremos intentando, escribir esta pequeña historia».
Y es que Luis formó parte de la historia de una familia con empaque, de un apellido que dejó huella, no solo en Salamanca sino en el ámbito nacional e internacional, con la complejidad de mantener el listón empresarial que situó su padre, con la dificultad de seguir la estela de un Elpidio que abrió caminos en una sociedad todavía cerrada.
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Luis Sánchez-Marcos fue un empresario luchador, un hombre que heredó un imperio y lo mantuvo. Y luchó por modernizarlo, porque avanzara tecnológicamente. Como su padre, fue otro avanzado de su época. Y, además, un salmantino que presumía de su origen.
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