La «permisividad» con normas en Salamanca que anuncia una 'doble fila' más vigilada en la vuelta al cole

A poco más de dos semanas para el inicio del curso escolar 2025/2026, el área de tráfico trabaja ya en las medidas que se van a tomar cuando, en septiembre, miles de alumnos regresen a las clases con el efecto que eso tiene en la circulación. Avenidas ahora vacías se llenarán de coches y, un curso más, podrán hacerlo en la denominada 'segunda fila' en zonas acotadas y concretas, pero también ocupando carriles de circulación, aunque bajo vigilancia firme de la Policía Local.

Así lo tiene previsto el Ayuntamiento de Salamanca, que además está ejecutando un refuerzo de la señalización en las zonas escolares y los entornos de los centros. Ese refuerzo se sustancia, por ahora, en una única cosa, que es la mejora de la señalización.

Desde hace años, las calles cercanas a colegios, institutos y guarderías cuentan con una señalización y medidas especiales. Se redujo la velocidad a 30 e incluso 20 y se instalaron las señales reglamentarias, tanto verticales como horizontales. Para estas últimas se optó por pintar una versión de grandes dimensiones del triángulo de peligro por presencia escolar que contempla el catálogo de señales.

Esos triángulos, y también los discos de limitación de velocidad presentes en las mismas zonas, se desgastan y están siendo repintados en los últimos días como parte de las tareas de la empresa concesionaria de la señalización. En los últimos días se han renovado, por ejemplo, en el paseo de Canalejas.

Además de la señalización, hay otro criterio que marca las normas de circulación en los entornos escolares en Salamanca: la 'doble fila' institucionalizada. Ese es el nombre que se da a la práctica de aparcar frente a los colegios, ocupando carril de circulación en muchos casos, en los minutos previos a la entrada o salida. Es una costumbre extendida y endémica en muchos colegios.

Estrictamente, concretan desde el ayuntamiento, no es doble, porque no en todos los casos se hacen dos filas. Y se han trazado algunas zonas acotadas, como en el colegio Calasanz, pero evitar que se ocupen carriles, donde se estorba al tráfico. Son trece en total repartidas por otros tantos colegios de la capital.

Decir que, con todo, sí hay dobles filas en algunos lugares: todas las mañanas en el parque Picasso se aparca por detrás de coches ya estacionados para llevar niños al colegio. Otra modalidad es aparcar ocupando un carril por dirección, como ocurre en Canalejas a la altura del colegio San Juan Bosco.

Doble o simple, la llamemos como la llamemos, está instaurada desde hace años, permite a los padres y madres estacionar vehículos de forma irregular durante un período de gracia, diez minutos antes y después del horario escolar es la costumbre. Con el tiempo, se ha ido regulando y se le han puesto 'normas' a algo que es incorrecto. Y que se vigila y se va a seguir vigilando.

La norma se va a seguir aplicando este curso. Según el concejal del área, Ángel Molina, se va a insistir en la «permisividad» en los accesos a los colegios, pero esa tolerancia tiene ciertas normas. En teoría, está permitida la denominada 'segunda fila', pero no las infracciones: es decir, sí se puede aparcar en paralelo frente al colegio, pero no en pasos de peatones, aceras, cebreados...

La presencia policial ya fue notable el curso pasado, en una labor de disuasión que los agentes han llevado a cabo de forma muy didáctica. Este año será igual, dice el consistorio que será firme: una fila y dos minutos como máximo.

Si hace dos cursos la Policía Local volvió a vigilar que la doble fila tuviera un cierto orden, ahora el Ayuntamiento se comunica con los colegios para explicar dónde sí y dónde no se puede aparcar. Cada uno tiene comunicadas las zonas habilitadas para esta práctica.

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