La plaza de Salamanca con una 'isla tropical' que es «un diseño único en la ciudad»

En cuestión de una semana, la céntrica plaza de Santa Eulalia ha cambiado su imagen con la incorporación de una nueva plantación en la que sobresalen las palmeras, una postal que recuerda a la imagen de una isla tropical. La vegetación escogida así lo evoca con los troncos de las palmeras más altas elevándose varios metros y un alfombrado que mezcla arena y arbustivas.

Lo que se ha hecho ha sido sustituir el antiguo y gran matorral que había allí, rodeado de rosales, por una plantación de tipo exótico, presente en otros puntos del centro, pero diferente a la apuesta que se ha hecho por las arbustivas en buena parte de las zonas verdes de la ciudad.

En concreto, la nueva 'isla' de la plaza de Santa Eulalia tiene 142 metros cuadrados de parterre con 16 palmeras (algunas de gran porte y otras en grupos) y 1.105 plantas de especies arbustivas y vivaces como fornio, drácena, yucca, agapanto, convalaria y carex. Ha sido regado y ya tiene valla y señalización que lo protege de perros y gamberradas.

Según el ayuntamiento, la actuación aporta un «amplio colorido gracias a sus hojas principalmente, o sus flores en el caso del agapanto» y su objetivo es «contribuir a la mejora de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas». La plaza es ahora un catálogo de ecosistemas, con árboles y parterres de rosales, dos maceteros de granito con dos palmeras con mal aspecto, una torre floral, otro macetero con lo que parece un pino enfermo... y la 'isla tropical' de las palmeras.

Sin embargo, la realidad es que se ha hecho algo fuera de lo habitual. La idea inicial, expresada por el ayuntamiento a este medio, era recurrir a las arbustivas, en línea con lo que había y también coherente con lo que se ha estado plantando estos años. A la hora de la verdad se decidió cambiar.

Ahora sobresale con el único 'palmeral' de la ciudad como reconoce en una nota de prensa el ayuntamiento, que asegura que el cambio y las nuevas plantas «mejoran el paisaje de la plaza ofreciendo un diseño único en la ciudad». En cuanto al tipo de plantación elegida, y como es habitual, se trata de especies de bajo consumo hídrico, con riego por goteo, y muy resistentes y adaptadas ya al clima que tenemos en Salamanca.

No obstante, estas plantaciones de palmaras «no sirven para enriquecer la biodiversidad urbana, precisamente porque son especies exóticas que nada tienen que ver con los ecosistemas autóctonos», asegura la periodista Ana Carlos, colaboradora de este diario. En su opinión, «el resultado es un aspecto forzado o artificial» que asoma en una zona tan cercana al casco histórico donde tenían más coherencia los rosales que había, setos, así como cipreses, boj, hiedra, laureles... la vegetación de los antiguos claustros y patios conventuales.

Hay que recordar que allí se alzaba una iglesia que no se derribó hasta 1897 tras ser declarada en ruina, expoliada su amplia colección de arte y vandalizada. Su lugar lo ocupó la plazuela, que organizó urbanísticamente la zona, pero que al principio no tuvo ni jardines ni fuente. Los recuperó hasta que se levantó el edificio de Correos.

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