Los vecinos de Prosperidad y Delicias reclaman más vegetación y movilidad peatonal

Algo se mueve en los barrios cuando sus reivindicaciones coinciden con medidas que sirven para luchar contra el cambio climático. Y no se refieren a costosas infraestructuras ni proyectos rimbombantes. Al menos la asociación de vecinos Prodesi, de los barrios de Prosperidad y Delicias, reclama cuestiones muy básicas, como que se facilite el tránsito peatonal.

En un rápido repaso, la presidenta de este colectivo vecinal, Rosario Hermosa, encuentra un amplio abanico de calles con aceras estrechas, antiguas y «migadas» que dificultan el paso de los viandantes, especialmente si tiran de un carro de la compra, llevan un carrito de bebé o tienen dificultades de movilidad.

A bote pronto recuerda la calle Bolivia, en la acera de los pares, especialmente a la altura de los números 8 y 10. En el paseo del Rollo, desde lo alto hasta el parque de Picasso, todos los cruces tienen los pasos de peatones en un estado lamentable que dificultan la accesibilidad. En las calles transversales a Gómez Ulla el problema es similar. En las calles Hernán Cortes y parte de Nicaragua, lo mismo.

Y por si eso fuera poco, también suponen un problema los coches que paran en segunda fila y sobre las aceras durante la entrada y salida de los centros educativos, un problema sobre el que el Ayuntamiento ha empezado a tomar medidas recientemente.

Hasta saber si surten efecto, apunta que las aceras de la calle Almansa se llenan de vehículos privados cuando ya no caben en la doble fila de la calle Vergara. Y en Gómez Ulla para girar a Caravaca en esas horas punta, los coches se ven obligados a girar por el carril contrario porque el suyo está ocupado y el lío de vehículos y peatones supone un riesgo.

La asociación no considera justo que se haga la vista gorda con este problema que creen que se tolera más delante de unos centros educativos que ante otros. Los viandantes merecen estar más amparados, recuperar las calles. Que los mayores no tengan que sortear obstáculos y que a los escolares se les ofrezcan facilidades para acudir a clase caminando, defiende.

Prodesi también está muy concienciada con el papel fundamental que tienen las zonas verdes urbanas para la vida saludable de los ciudadanos. Su presidenta las defiende con rotundidad. Lamenta la falta de respeto y cuidado que ha habido en Salamanca durante muchos años hacia los árboles y no ve que la situación esté cambiando de forma profunda.

Un ejemplo es la calle Lugo. Existe una franja de tierra en la cuesta en la que hay algún árbol y donde hace un tiempo se plantaron algunos más. Sin embargo, de esta última plantación «solo han sobrevivido uno o dos». Rosario Hermosa destaca que esta vegetación es necesaria porque al lado hay unos grandes muros que en verano se calientan mucho e irradian todo el calor que absorben. Con sombra, subir esa cuesta resultaría mucho más llevadero y menos extenuante para los vecinos.

El colectivo vecinal también ve muy mejorable el parque de Isidro García Barrado en el consideran que hacen falta más vegetación en general y árboles en particular para que resulte más agradable y habitable.

Otro espacio verde al que cree que se le puede sacar mucho más partido es el de la calle Bolivia. «Es un lugar muy chulo para sentarse a descansar, pero está en mal estado», explica. Aunque los servicios de limpieza pasan por allí y atienden su parte, la zona ajardinada está muy estropeada. Se ha convertido en un espacio utilizado por muchos propietarios de perros para sacar a sus mascotas, sin responsabilizarse después de recoger las heces. «Hay zonas que todo son excrementos de perros grandes secos, un desastre».

Como dueña de un perro, Rosario Hermosa señala que no tiene nada en contra de los animales, pero que no se puede permitir la falta de civismo de quienes no respetan lo que es de todos. Por eso considera que si la concienciación no funciona, el Ayuntamiento tendrá que recurrir a otras medidas más contundentes, como pueden ser la vigilancia policial y las sanciones.

También necesita un cambio la zona con pavimento de caucho de este mismo espacio, que está deformado y algo levantado.

Respecto al parque Picasso, la asociación tiene algunas quejas. Cree que está un poco desatendido y califica como «una chapuza» la cubierta que se ha puesto a la pista de petanca. Como no era muy estable, para sujetarla se han tenido que colocar unos tirantes de acero, pero apenas son perceptibles y han tenido que señalizarlos para que no se produzcan accidentes.

Prodesi desarrolla una decena de talleres. Exactamente como antes de la pandemia. Resulta llamativo en un contexto en el que lo habitual es que los colectivos vecinales afirman que les cuesta levantar cabeza tras el parón.

«El primer año fue así, pero ahora todo es normal». Lo que si han notado es que pasan los años. «La gente es más mayor y cuesta renovar con jóvenes. Lo que echamos en falta es que se nos han echado los años encima», puntualiza.

A pesar de ello siguen desarrollando sus actividades con gran satisfacción y «todavía trabajamos bastante» preparando, no solo las iniciativas propias, sino con otras externas, como el chocolate para el consejo social de la zona o encargándose del potaje en el Museo del Comercio. «No sé si por muchos años, pero tenemos suerte de que siempre se unen manos que nos ayudan», presume.

También consiguen otros apoyos cuando se trata de hacer cuestiones burocráticas por vía digital. Desde la asociación juvenil siempre se prestan a hacerles estos papeleos online que lejos de ser una facilidad, se convierten en una traba para muchas asociaciones.

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