La puesta a punto del monumento romano más icónico de Salamanca que recuperará su color amarillo

La puesta a punto de uno de los monumentos más icónicos de Salamanca, su Puente Romano, da un paso más y en cuestión de semanas todo estará listo para rejuvenecer la estructuras con nueva pintura interior y limpieza de los muchos defectos que lo afaen. De paso, adoptará un tono interior color amarillo ocre, que es el previsto y que será valorado por los técnicos para que le siente bien.

El Ayuntamiento de Salamanca ha licitado ya el contrato para la reparación de los pretiles del Puente Romano. Los muros interiores del puente sufren un importante deterioro por el paso de los años, las inclemencias y las gamberradas de algunos. El resultado es que han perdido parte del revoco que los cubre y que ahora hay que volverlo a pintar, y no de cualquier color: se ha escogido el amarillo ocre.

Los pretiles del puente son un elementos importante. Los actuales datan de 1852 cuando sustituyeron otros medievales con almenas que tenía. Ahora encauzan el tránsito peatonal, el único que tiene desde que se le retiró el tráfico; fue el único puente de la ciudad hasta 1913 y se circuló en coche sobre su superficie hasta el año 1973.

El trabajo va a consistir en el picado del mortero existente en toda su longitud, limpieza y aplicado de un mortero de cal para exterior con refuerzo de malla de fibra de vidrio y de color RAL 1024 amarillo ocre. El trabajo será artesano: se hará a mano y sin deteriorar los muros, cuyas piedras quedarán al descubierto.

Después se preparará la superficie para, en la segunda fase, aplicar un revoco nuevo, liso, realizado con mortero de cal y reforzado con una malla interior para hacerlo más resistente y duradero. El contrato está licitado por un montante total de más de 48.000 euros.

El color elegido será importante. En la actualidad, los pretiles presentan variedad de colores y de acabados por reparaciones puntuales en el material de revestimiento. La numeración escogida de esta carta de colores corresponde con una tonalidad próxima al de la piedra de Villamayor, tan frecuente en las construcciones del centro histórico de Salamanca, y adoptada como recurso decorativo para toda la ciudad. Sin embargo, no se trata de aplicar un color tal cual.

La coloración del mortero que se aplicará se obtendrá de forma natural con la selección de tierras que componen este material de recubrimiento. Según el proyecto, el amarillo ocre escogido es «aproximado» al RAL 1024 normalizado, pero en el proceso de elección se afinará el tono antes de dar el visto bueno.

Una vez se defina la tonalidad, habrá que realizar muestras y enseñarlas a los técnicos del servicio territorial del Cultura. Se trata de una prevención que evitará que se aplique un color inadecuado al monumento.

La comisión de Patrimonio es la que ha autorizado el proyecto, pero ha puesto algunas condiciones. Los trabajos tendrán que iniciarse antes de un año, que es el plazo de validez de la autorización; el proyecto contempla un plazo de ejecución de dos meses, aunque en el contrato final se habla ya de tres. Es el mismo plazo de validez de la oferta, así que en cuanto haya contratista y se den las condiciones necesarias, habrá que empezar la obra.

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