La revolución del tráfico en el centro de Salamanca, en cinco claves: giros prohibidos y calles en contradirección

Los cambios en el tráfico anunciados esta mañana por el Ayuntamiento de Salamanca van a revolucionar la circulación en un punto sensible del centro como es la Gran Vía, que va a cambiar notablemente el flujo de vehículos que recibe por cantidad y tipo. De paso, se van a eliminar dos puntos conflictivos, el peligroso giro del bus en la torre de los Anaya y el paso de coches bajo el puente del Soto.

Para ello, se ha dado a conocer una nueva ordenación de tráfico en la que se van a cambiar varias calles de dirección, se instalarán direcciones prohibidas y se habilitarán varios nuevos giros, dos de ellos actualmente prohibidos, con un carril y un semáforo sólo para los autobúses. El resultado es un cambio importante de las calles por las que podremos acceder al sur de la Gran Vía y San Pablo, el punto más cercano al casco histórico al que todavía se puede ir en coche.

Es la calle más afectada en todos los sentidos. Antiguo arroyo de la ciudad, hasta ahora se podía circular en dirección subida desde rector Esperabé o el final de San Pablo, haciendo un quiebro en el San Polo.

A partir de ahora, no se podrá entrar en coche hacia la calle por ninguno de estos dos sitios; se pondrá señalización prohibiendo el acceso y obligando a seguir recto en rector Esperabé.

Además, ahora Arroyo Santo Domingo será de bajada, desde Gran Vía, y sólo para los autobúses urbanos y metropolitanos; se supone que el resto de grandes vehículos colectivos lo tendrán prohibido.

La calle tendrá su salida por el tramo final a rector Esperabé, pasando junto a los jardines de Santo Domingo, que cambia a la dirección contraria sobre la circulación actual. De este modo, sólo los colectivos podrán pasar bajo el puente del Soto, y sólo para salir del centro.

Los buses metropolitanos que llegan a la glorieta de Concilio de Trento desde Gran Vía ya no tendrán que girar a la derecha hacia Juan de la Fuente y evitarán la compleja maniobra a la altura de la Torre de los Anaya.

Este giro se ha intentado mejorar en los últimos meses, pero el resultado no es el deseado. Su riesgo reside en que, al girar, los autobúses invaden la acera y llegan casi a rozar el antiguo palacio, dejando tan poco espacio que genera situaciones de gran inseguridad.

Se decidió dejarlo como estaba, tras descartar ponerle más alumbrado o una separación física, en un sitio donde no hay ni bordillo. Al final, la solución ha sido que deje de pasar el bus por allí.

Cambia para todos la entrada al centro por el sur. Los autobuses urbanos y metropolitanos, en lugar de entrar por Arroyo de Santo Domingo, lo harán por la calle Rosario en un giro a la izquierda desde Canalejas que estará únicamente permitido para estos servicios públicos.

La calle Rosario invierte el sentido del tráfico actual para convertirse en un acceso a la Gran Vía desde el paseo de Canalejas, para lo que se hará un giro a la izquierda desde un tercer carril que se regulará mediante un semáforo dotado con un sensor que únicamente se pondrá en verde cuando llegue un autobús, lo que incrementará notablemente la fluidez en el paseo de Canalejas.

La tercera y última calle que invierte el sentido del tráfico es Marquesa de Almarza que se convertirá en vía de entrada desde la Gran Vía para completar el cambio que supone dejar entrar por calle Rosario desde Canalejas.

Los cambios tendrán un efecto a la baja en la cantidad de tráfico que recibe la Gran Vía, especialmente desde el sur. Esto va a traer la recuperación del giro que se podía hacer antaño, habilitando el giro a la izquierda desde la cuesta de Sancti-Spíritus mediante regulación semafórica, algo que actualmente está prohibido.

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