El Rosario culmina un inicio de octubre cargado de procesiones

El otoño ha comenzado siendo el menos otoño que se recuerda. Altas temperaturas que invitar a pensar el estar en otra época del año. El mundo cofrade charro también nos ha llevado a trasladarnos a esa primavera de pasos e incienso en cada esquina. Tres fines de semana de octubre y un total de cinco procesiones que han recorrido Salamanca. Desde fuera se ven como «fuera de época», pero se trata de actos con sentido, poso e historia. Tradiciones que se mantienen o que se recuperan para mantener viva la llama cofrade más allá de la propia Semana Santa.

Recuperada ha sido la procesión de Nuestra Señora de la Merced. El domingo 1 de octubre partía de su convento la patrona de Salesas y Labradores. Un reencuentro con sus vecinos y una especial visita a la residencia Madre de la Vera Cruz para repartir salud mercedaria a residentes, trabajadores y hermanos. La Banda de Música Ciudad del Tormes sería la encargada de ponerle la música al regreso de esta procesión a las calles de Salamanca.

De una recuperación a una celebración. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado salía a la calle la soleada tarde del 7 de octubre para celebrar por el casco histórico salmantino sus 75 años de historia. Tres cuartos de siglo que nos dejó una ocasión única para ver al llamado «Cristo torero» a la luz del día. La Agrupación Musical Virgen de la Vega ocuparía tras el paso el lugar que le corresponde en tan importante celebración.

Apenas un día tendría que esperar el devoto salmantino para ver la siguiente procesión otoñal. La clausura del Año Jubilar Teresiano trajo a Salamanca una talla de Santa Teresa, obra de Francisco Romero Zafra, para desfilar por el centro de la ciudad sobre uno de los pasos de la Seráfica Hermandad del Cristo de la Agonía. Cofradías de la Diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo acompañarían el caminar de la Santa, con el compás marcado por la Banda de Música de Alba de Tormes y que nos dejaría imágenes emotivas y entrañables como las que tuvieron lugar delante del convento de la Madre de Dios.

Y el 14 de octubre, doble ración. Los sones de la Agrupación Musical María Santísima de la Estrella (Carbajosa de La Sagrada) retumbaban en la plaza de Anaya a la salida del Señor de los Milagros Nazaret. Una procesión de la comunidad peruana para compartir con el pueblo charro sus tradiciones y devociones.

Y si hablamos de tradición y devoción en octubre, hay que hablar del Rosario. La Archicofradía partía de la Catedral minutos antes de las nueve de la noche para continuar su procesión letífica, que había comenzado por la tarde en el convento de San Esteban. Velas, mantillas y elegancia por la noche monumental salmantina, con la música de la Banda Municipal de Zafra.

Diferentes motivos, celebraciones y devociones que han llenado Salamanca estos días de estampas históricas, para goce, sorpresa y disfrute de turistas y para amenizar la espera de aquellos que viven descontando los días que quedan hasta el próximo Domingo de Ramos.

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