Salamanca cuenta solo con un centenar contenedores marrones tras un año desde el inicio de su implantación

Se trata de uno de los más importantes, pero es uno de los menos conocidos. El contenedor marrón, destinado a los residuos orgánicos, ya está presente en un centenar de puntos de la ciudad y a pie de calle son muchos los salmantinos que no tienen claro su uso.

Son muchos los restos de este tipo que generamos, en torno al 40% de los deshechos que generamos a diario, según la organización Amigos de la Tierra. En él debemos depositar sobras de comida, fruta, verdura, productos cárnicos, huesos, pescados, espinas, huevos, frutos secos, marisco, café, té, infusiones (incluidos filtros), papel de cocina usado, servilletas usadas, plantas y flores.

Separarlos es muy importante porque supone un mayor ahorro energético al tiempo que reduce la generación de las basuras que quedan depositadas en los vertederos. Esto es así porque si están bien seleccionados, no como sucede en el contenedor gris, se pueden procesar como abono orgánico. Ese compost puede utilizarse en los jardines.

También la degradación de estos residuos genera biogás, que a su vez se puede usar para producir electricidad.

Para conseguirlo, es importante no meter en los contenedores los residuos destinados a otros contenedores ni tampoco cápsulas de aluminio, papel de periódico, compresas, suciedad del hogar o colillas.

La recogida selectiva de los restos orgánicos a través de este quinto contenedor es una prioridad ambiental marcada por los objetivos de la normativa europea y nacional en materia de residuos, así como para fomentar la transición hacia una economía circular.

De hecho, la Ley de Residuos 7/2022 establecía que a partir del 1 de julio de 2022 los municipios de más de 5.000 habitantes estaban obligados a empezar a implantar la recogida de estos restos.

Salamanca cumplió con este mandato un día antes de esta fecha, con la colocación del primer contenedor marrón en la avenida de San Agustín. A finales de agosto ya eran 50, con una capacidad de 2.400 litros, todos ellos en Garrido y Chinchibarra.

Actualmente son poco más de un centenar los que hay implantados. Según el Ayuntamiento esta lentitud en su colocación se debe a que la Policía Local tiene que estudiar las ubicaciones más adecuadas. En este sentido tiene que encontrar ubicaciones en un lateral de la calzada por la manera de cargar los camiones y ver si se elimina una plaza de aparcamiento o una isleta en el caso de que sea posible.

Además de a los dos barrios iniciales, los contenedores han llegado a Salesas. Próximamente se pondrán en Prosperidad, Rollo, Estación y San Isidro. La empresa concesionaria irá informando a los vecinos y el Ayuntamiento desarrollará campañas en los medios para informar y tratar de concienciar sobre la importancia del uso del nuevo contenedor. Si ya en la primera fase se regalaron algunos contenedores para los domicilios, hay previsión de repetir la iniciativa.

Dadas sus características, los residuos orgánicos, que se descomponen y pueden generar olores, se recogen con la misma periodicidad de los contenedores grises, a diario. Además, los usuarios deben depositarlos en horario de 19.30 a 22.30 horas, tal como se recuerda en los propios contenedores marrones.

En su primer año en funcionamiento, de julio de 2022 a junio de 2023, se han depositado 176.180 kilos de residuos en estos contenedores. Si dividimos este peso entre los días de once meses (335) y el número de contenedores que más tiempo llevan en uso, es decir, los 50 que hay desde hace un año, el resultado muestra claramente que su uso es aún muy minoritario, especialmente teniendo en cuenta que se trata de la fracción de residuos más abundante. Así, en cada uno de ellos se habrían depositado unos 10,5 kilos de residuos al día.

El contenido de los contenedores marrones se traslada al CTR de Gomecello y el Ayuntamiento afirma que es imposible saber cuántos de los residuos que llegan a través de ellos son impropios, porque los operarios no se paran a pesar, simplemente separan si algo no corresponde. De este modo no se puede conocer si se está haciendo un buen uso de los mismos o en qué aspectos habría que insistir a la ciudadanía para optimizar la valorización de estos residuos.

A pie de calle en Garrido y Chinchibarra, donde lleva más tiempo implantado el quinto contenedor, los ciudadanos siguen mostrando un gran desconocimiento hacia su uso y su importancia.

Preguntando en algunas fruterías de la zona sobre si han sido informadas sobre el uso de los nuevos contenedores, apuntan que como establecimientos comerciales tienen un sistema de recogida selectiva diferenciado del resto de los ciudadanos particulares.

Del mismo modo que en la Hostelería una empresa pasa a recoger el vidrio, a ellos les recogen el cartón. Sin embargo, no hay nada previsto para los restos orgánicos, que estas tiendas tiran al contenedor gris, a pesar de que los marrones están prácticamente vacíos.

Mientras nadie les diga que cambien, no pueden hacer otra cosa, con lo que se pierden unos residuos valiosos para el compostaje. Queda mucho por hacer para la verdadera valorización de estos residuos.

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