Salamanca se despide de un Fàcyl que toma fuerza y capacidad para sorprender

Después de un año de ausencia, y con muchas dudas sobre su continuidad, el Festival Internacional de las Artes de Castilla y León (Fàcyl) regresó a Salamanca con 48 espectáculos que se dieron cita en las calles de la ciudad durante cinco días. Sería fácil afirmar, es algo habitual, que todo lo que es gratis en Salamanca, y casi todo lo que programa el Fàcyl lo es, atrae a la gente como el azúcar a las moscas.

Pero detrás del Fàcyl debe haber algo más…, Lo hay sin duda. De lo contrario es imposible que cientos, casi diría miles sin miedo a equivocarme, de personas hayan hecho colas kilométricas y empezando en cuesta…, en Tentenecio, para ver «cuatro luces» y «dos chicas muy guapas iluminás» en el Huerto de Calixto y Melibea, así, como lo oyen. Pero allí se quedó el hombre, no sabemos si por curiosidad, por interés cultural, si porque las dos chicas eran ciertamente tan guapas o porque «donde empiece esta cola tiene que haber algo gordo» que también pudo escucharse en esta improvisada conversación en plena cuesta.

Lo cierto, es, que este año el Fàcyl, como ya lo fue en ediciones anteriores, ha despertado el interés de muchos salmantinos y ha sorprendido a miles de turistas.

El Fàcyl ha conjugado artes de siempre y nuevas tecnologías para recordar que continúa siendo un festival de vanguardia, apostando por acercar a la población propuestas artísticas «actuales y novedosas», apunta Alba Familiar con acierto desde la Agencia Ical.

No hay que olvidar que la ciudad de Salamanca es un escenario insuperable para acoger cualquier evento cultural, por muy vanguardista que sea. Recurrir a los espacios culturales y patrimoniales más significativos de la ciudad, como el Patio Chico, la plaza de Anaya, los Patios de Escuelas Mayores y Menores o la Casa de las Conchas, entre muchos otros, hasta 17, es jugar ya con ventaja.

Durante estas cinco jornadas, más de 100 artistas pertenecientes a 40 compañías, 18 de ellas de la Comunidad, 12 nacionales y 10 internacionales procedentes de Canadá, Francia, Italia, Bélgica o Venezuela encandilaron al público salmantino.

Y para cerrar, la organización optó por el mejor lienzo de Salamanca, la fachada del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor para desplegar la imaginación de unos artistas, que gracias a otro festival, también de luz y vanguardias, y que algún día volverá a Salamanca, saben que esta ciudad tan sorprendente está siempre ansiosa por la que sorprendan.

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