Sólo perros guía o en jaulas: la norma en Salamanca que impide subir un burro al bus urbano
El reglamento permite acceder a los vehículos con pequeños animales en sus transportines y siempre a los que ayudan a invidentes, y los conductores son responsables de impedir cualquier otro intento
Animales sí, pero sólo si van en sus jaulas o son perros guía, y en el primer caso siempre y cuando no causen molestas. Estas son las normas para transportar animales en el bus urbano de Salamanca, que impedirían acceder con un burro como ha ocurrido en un municipio de Vizcaya. Algo por lo que el conductor va a ser expedientado y que, en el caso del servicio salmantino, el conductor tendría que haber evitado.
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El servicio del bus urbano de Salamanca cuenta desde hace algo más de cuatro años con un reglamento que recoge los derechos y obligaciones tanto de los usuarios como de los empleados, conductores fundamentalmente, que reciben y prestan el servicio.
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En el articulado se recoge algunas de las 'costumbres' para que funcione el servicio, como acceder siempre con billete o un bonobus vigente, hacer una señal para solitar la parada o saber que no se puede recoger o bajar a viajeros fuera de las paradas autorizadas; también se incluyó la gratuidad para niños hasta 6 años o las paradas a la demanda, especialmente del servicio nocturno.
En cuanto a las prohibiciones, no se puede distraer al conductor, fumar, comer o beber (excepto agua) en el interior del vehículo; distribuir publicidad; realizar espectáculos musicales o teatrales; vender bienes o servicios o ejercer la mendicidad. Tampoco está permitida la utilización de radios o de aparatos de reproducción de imagen y sonido que puedan ocasionar molestias al resto de usuarios; así como manipular la apertura o cierre de las puertas del autobús y cualquier otro mecanismo del vehículo reservado al personal de la empresa concesionaria.
En cuanto a la presencia de animales, según el reglamento, en los autobuses urbanos serán aceptados los perros guía, de asistencia y de seguridad debidamente identificados, que viajarán junto a dueño. Esto es algo habitual y obligatorio, ya que recurrir a este tipo de animales es un derecho y una necesidad para las personas que los usan; además de en vehículos, se puede entrar con ellos en otros espacios públicos.
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Además, se podrán transportar pequeños animales domésticos, siempre en receptáculos idóneos y evitando molestias o peligros para el resto de usuarios del vehículo y obstaculización del acceso o del desplazamiento. Los usuarios podrán acceder al bus con objetos o bultos de mano que no supongan molestias o peligros y que no entorpezcan el acceso o el desplazamiento en el vehículo.
¿Qué ocurriría si alguien intentara acceder con animales fuera de estos supuestos? El responsable de impedirlo es el conductor, que tendría que aplicar el reglamento y evitaría que podamos subir con animales como el burro que le va a costar un expediente al conductor del bus vizcaíno.
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