Sólo el 31% de las viviendas de Salamanca podría instalar un cargador doméstico para coche eléctrico
La capital es una de las ciudades del país donde menos posibilidades hay de poner estos aparatos, cuyo coste oscila entre 500 y 1.500 euros más la instalación, aunque hay ayudas
El mercado de los coches eléctricos e híbridos no para de crecer. El paulatino ajuste de los precios y las ayudas han hecho que poco a poco las reticencias iniciales se vayan superando y cada vez los compradores de vehículos se decante por esta opción. Sin embargo, se mantiene una de las principales desventajas, y que genera más reticencias entre los conductores que quieren comprase un nuevo coche, los puntos de carga, bastante escasos aún en el conjunto del país, y que además no funcionan del todo bien, y, además, no alcanzan las prestaciones que supuestamente ofertan.
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Es por ello, que cada vez es más evidente que la mejor manera de rentabilizar un coche eléctrico es recargarlo en el propio domicilio. Pero el reto de la movilidad eléctrica encuentra un obstáculo en la imposibilidad de muchos hogares españoles para instalar un cargador eléctrico para su vehículo en una plaza de su propiedad, en un garaje comunitario o particular de su propia vivienda.
Además, mientras que más de la mitad de las viviendas de España (el 55%) no cuentan con una plaza de garaje en propiedad en la que instalar estos sistemas de recarga, en Salamanca, tanto en la capital como en la provincia, ese porcentaje es aún mayor y llega al 69% en el caso de la ciudad del Tormes, y al 61% en el conjunto de la provincia. Dándole la vuelta a las cifras, sólo en otras 11 ciudades y otras 11 provincias del país hay menos viviendas con posibilidad de instalar estos sistemas de recarga, algo que dificulta su acceso a vehículos eléctricos para su uso diario. Desplazando la comparativa a Castilla y León, ninguna capital tiene un porcentaje tan bajo como Salamanca y en el caso de las provincias, sólo Burgos, y por un 1%, esta por detrás de Salamanca. Como ejemplo, baste decir que si en caso de Salamanca capital únicamente sería posible instalar un cargador particular en el 31% de las viviendas, por ejemplo en Ávila sería en el 53%, y en el caso de la provincia, si en Salamanca son sólo el 39% de las casas, en Valladolid se llega al 56%.
Según el informe del portal inmobiliario 'idealista' disponibilidad de cargadores en domicilios variaría mucho en función de la provincia. Málaga es la que cuenta con un mayor parque de viviendas con garaje en el que instalar puntos de recarga, ya que el 64% de sus viviendas cuentan con parking. Le siguen las provincias de Pontevedra (61%), Guadalajara (56%), la ya citada Valladolid (56%), Lugo (55%), Granada (52%), Cantabria (52%), Toledo (51%), Murcia (51%), Castellón, Segovia y Ourense (50% en los tres casos) como las zonas en las que al menos la mitad de sus viviendas son susceptibles de contar con un cargador. Guipúzcoa, por su parte, marca el extremo contrario, ya que solo una de cuatro viviendas (el 25%) tiene garaje, y por tanto en las tres restantes no se podrían instalar cargadores eléctricos.
En el caso de las capitales, las diferencias entre unas y otras son aún más notables. Lideran la posibilidad de instalar cargadores eléctricos para vehículos las ciudades de Lugo (64%), Pontevedra (62%), Murcia (53%), Ávila (53%), Guadalajara (53%) y Albacete (50%). En Cádiz, por su parte, solo el 13% de las viviendas tienen garaje, un porcentaje que sube hasta el 14% en el caso de Barcelona.
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Cuánto cuesta instalar un punto de recarga doméstico
Una 'wallbox', que significa caja de pared en inglés, es el nombre genérico para este tipo de instalaciones para cargar coches eléctricos. El coste y los trámites, que son bastante sencillos, varían bastante en función de que se instale un aparato monofásico o trifásico, el garaje sea individual o colectivo (aunque solo es necesario informar, la autorización no sería necesaria), la marca del vehículo y la empresa con la que se contrate el servicio, el volumen de uso…
Sin embargo, por término medio se habla de una horquilla de precios de entre 500 y 1.800 euros, a lo que habría que añadir el coste de la instalación que también varia en función de si la obra necesaria es más o menos complicada, pero que podría irse a unos 300 o 500 euros. Aunque, en todo cosa, habría que tener en cuenta también que tanto las administraciones locales como las propias marcas de automóviles, y algunas eléctricas facilitan ayudas económicas para su montaje, por lo que, según los expertos, resulta una inversión moderada que se amortizará con facilidad.
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