'Tracking' electoral en Salamanca: regreso al bipartidismo

Las elecciones del 23J pondrían fin a casi una década de representación por Salamanca de los nuevos partidos en el Congreso, siempre y cuando se cumplan los pronósticos demoscópicos. Si es así, PP y PSOE volverán a repartirse los cuatro escaños que se juegan en la provincia, que de manera intermitente han compartido con Cs (en dos ocasiones) y Vox. Un resultado que supondría el regreso al reparto más habitual en 45 años de elecciones democráticas.

Según el tracking de GAD3 para Salamancahoy y el grupo Vocento, tras el 23J el bipartidismo regresará fortalecido al panorama político. El PP gana en 43 de las 52 provincias, con otras cinco para el PSOE y el resto más repartidas. Y la tendencia parece imparable, a tenor de los últimos resultados, con mejores perspectivas para los dos 'grandes partidos' que para las alternativas a izquierda y derecha. Esto se va a notar también en Salamanca.

Según el resultado del sondeo, realizado entre el 29 de junio y el pasado viernes 7 de julio con 3.500 encuestas, el PP sería la fuerza más votada al Congreso en Salamanca y se llevaría tres de los cuatro escaños, quedando el cuarto para el PSOE. Un reparto 'a dos' que ha estado en cuestión los diez últimos años.

La primera conclusión es que Vox pierde el diputado que ha tenido por la provincia durante los últimos cuatro años, aunque no será el único. En Castilla y León cede cinco de los seis obtenidos en 2019 y conserva exclusivamente el de Valladolid. Entre los que pierde, el de Salamanca, obtenido en noviembre de 2019 por el partido de Santiago Abascal, que se verían severamente frenado en la primera comunidad en la que entró a gobernar.

En segundo lugar, el PP recupera la hegemonía y el reparto 3-1 con el PSOE que fue lo más habitual hasta la irrupción a finales de 2015 de los partidos de la 'nueva política'. Podemos nunca obtuvo escaño por la provincia, pero sí lo hizo Cs, que lo logró hasta en dos ocasiones con dos candidatos diferentes (Yáñez y Mirón) y lo perdió otras tantas veces en sendas repeticiones electorales. En 2019 ese escaño fue para otra fuerza emergente, Vox, que lo ha ostentando a través de Ignacio González.

Hasta ese diciembre de 2015, y durante 30 años, PP y PSOE se repartieron siempre los escaños de la provincia al Congreso, con ventaja para los 'populares' que han obtenido más. Así fue durante siete procesos electorales consecutivos, de 1989 a 2011, y con anteroridad desde la primrea legislatura constituyente con una excepción, la de 1986, la única ocasión en la que más de dos partidos obtuvieron diputado por la provincia. Antes se los repartieron entre UCD y PSOE y PSOE AP; en 1986 lograron escaño PSOE, CDS y Coalición Popular.

Según el estudio demoscópico de GAD3, la representación salmantina en el Congreso regresará tras el 23 de julio a esta situación anterior, la más repetida durante más de 45 años, de reparto entre los dos grandes partidos. Un escenario que, por lo que dicen las encuestas, puede ser la tónica general en España.

El bipartidismo saldría de este 23-J hegemónico de nuevo tras la travesía del desierto de una década por la irrupción de la llamada nueva política: según los datos del sondeo, las dos grandes fuerzas del país copan ya 23 provincias mano a mano, con otras dos –Cantabria y Ciudad Real– con opción de que el tirón de Feijóo deje fuera a Vox. Son doce más que en 2019, aunque este predominio no libere 'per se' ni a populares ni a socialistas de las servidumbres de sus pactos con otros.

Pese al apabullante tinte azul que cubre el mapa territorial, el PP necesitaría aún un arreón para rebasar con holgura los 150 escaños que le otorgarían margen para intentar gobernar sin Vox. Con Sumar cediendo escaños donde antes los cosechaba Unidas Podemos y sufriendo al caer a la cuarta plaza en las preferencias de los electores, lo que le penaliza en las circunscripciones pequeñas, la derecha radical se ve severamente erosionada por el voto útil hacia el PP.

Un desgaste que se deja notar, de acuerdo a la encuesta, allí donde ya comparten y han ensayado Gobierno –perdería cinco de sus seis escaños en Castilla y León, donde han menudeado las polémicas protagonizadas por los voxistas– y donde han sellado pactos con los populares -Comunidad Valenciana, Baleares o Extremadura- tras los comicios del 28 de mayo.

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