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S.H.

Las vergüenzas del alquiler en Salamanca: «Me pedían 1.500 euros solo por ir a ver un piso»

Lorena, su marido y su hija buscan desesperadamente un piso de alquiler en Salamanca. Faltas de respeto, multitud de negativas y ofertas ilegales

Viernes, 11 de julio 2025, 08:12

Detrás de los datos. De los históricos datos que cada mes crecen en Salamanca y en toda España. Detrás de los números y las líneas ascendentes en los gráficos. Detrás de todo, hay personas. Hay historias reales que sufren y padecen las consecuencias de una situación límite. Hay lágrimas, noches sin dormir y miles de horas ante una pantalla para poder tener un techo seguro en el que dormir.

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Lorena, su marido y su hija de tan solo seis años buscan un nuevo hogar, después de que su casera les dijera que quería vender el piso. Llevan toda la vida en ese pequeño apartamento y su realidad se romperá en pedazos en los próximos meses. Han sido avisados con antelación, la propietaria no les ha puesto un plazo máximo, pero sí les ha concretado que será antes de que acabe el año. Llevan buscando piso desde abril para alquilar y todavía no han encontrado en la capital. «Es imposible», califica la madre de familia.

Su marido trabaja de lunes a viernes en un almacén y los fines de semana es personal fijo de limpieza del Ayuntamiento de Salamanca. De lunes a domingo, sin descanso, viéndose obligado a dedicar casi el 70% de su sueldo al alquiler. Ella trabaja por horas y esa ayuda les permite mantenerse a flote. Estos datos parecen imprescindibles incluso solo para ver el piso.

«Me pedían el mes en curso y hasta dos meses de fianza solo por ir al ver un piso»

«Nos piden las nóminas de los dos, incluso antes de ver el piso. Damos muchísima información por delante, cuando ni siquiera sabemos si estamos interesados. Entiendo que los propietarios quieran cerciorarse de que podamos pagar ese piso, pero me parece muy fuerte que sea antes incluso de saber si me va a gustar o no», comienza a explicar Lorena. «Me han llegado a pedir 1.500 euros por adelantado para poder ir a ver un piso. Me pedían el mes en curso y hasta dos meses de fianza. Me parece increíble».

Familias no, solo estudiantes

Es una historia repetida. La situación no mejora, sino que empeora. Hace justo un año un matrimonio con tres hijos quiso contar su experiencia en Salamancahoy. Les habían pedido salir del piso en el que vivían -en alquiler- porque había un comprador y el casero quería vender. Anuncio tras anuncio. Inmobiliaria tras inmobiliaria. La respuesta era siempre la misma y se resumía en un monosílabo: No. Claro, rotundo y sin explicaciones. No, no queremos familias.

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Es una experiencia prácticamente igual a la de la familia de Lorena, quien solo escucha eso de 'solo para estudiantes' o 'no, familias no'. «Lo más habitual es que sea para estudiantes, sino para estudiantes MIR y una tercera opción es que sea para trabajadores, pero no para familias. Y no estoy buscando grandes lujos, solo un piso normal, con dos habitaciones, un salón y una cocina. Tampoco lo estoy buscando en la Plaza Mayor, ¿eh?», puntualiza con ironía. «Es imposible, cada día me meto en unas cuantas plataformas, es ya mi segundo trabajo».

¿Y las inmobiliarias? «Todas dicen lo mismo. Que tienen concertadas muchas visitas, que si al día siguiente no tienen alquilado el piso que te llaman, pero todas dicen lo mismo. He recibido incluso faltas de respeto», responde.

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La ansiedad de procurar un techo a su hija

Piensan en ellos, pero también en su hija. Una situación que les produce «desesperación» y «ansiedad». «Sé que pagamos justos por pecadores -la ley de vulnerabilidad acrecienta la desconfianza del propietario-, pero yo a día de hoy y gracias a Dios no debo nada. Tenemos el piso perfectamente cuidado. Es como nuestra casa. Siempre nos hemos puesto de acuerdo en cuanto a arreglos y nunca hemos tenido un problema con la dueña. Esta situación... es que no es nada fácil, al contrario, es muy complicado», relata.

Al otro lado del teléfono se escuchan suspiros y una voz entrecortada. Esto es lo real. Lo que esconden los números.

En Salamanca, siete familias compiten por un alquiler. Salamanca ha incrementado desde 2020 en un 241% el número de familias que luchan por un anuncio de alquiler, según datos de Idealista.

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Además y según recoge el Informe Sobre la Vivienda en Salamanca elaborado por distintas asociaciones como Cáritas o Cruz Roja, entre otras, la «elevada cantidad de estudiantes» en la capital y la «inseguridad jurídica de la ley», dificulta el acceso a la vivienda para muchas familias, provocando que gran parte del mercado de alquiler en la capital se destine exclusivamente a ellos, a los estudiantes.

El mismo informe, tras el contacto telefónico con inmobiliarias de la capital y propietarios publicitados a través de anuncios de internet, establece que un 31,92% de las viviendas se alquilan únicamente para estudiantes o dicen que no aceptan familias y el 12'7% de los encuestados no llegó a responder. El 5'5% señala que no busca ese tipo de perfil de inquilino, mientras que el 11'9% son rechazados por ser nóminas menores de 2.400 euros, por solicitar más de una nómina en la familia o por demandar contratos indefinidos con más de dos años de antigüedad. El 0,8 % no acepta extranjeros.

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