ZOES reclama más vegetación y menos coches para el barrio del Oeste

El barrio del Oeste es desde hace muchos años referente para la vida social y cultural en la ciudad. Se ha colado en la oferta turística de Salamanca. Su permanente actividad y búsqueda de la innovación forman parte de su ADN. Aunque la pandemia supuso un parón en los proyectos de la asociación vecinal ZOES y el arranque posterior ha sido algo tímido, en 2023 tienen previsto reforzarlos y «hacer cosas a lo grande».

Pero no todo es tan brillante y vanguardista en el barrio. La presidenta del colectivo, Inmaculada Cid, considera que hay muchos aspectos que es necesario mejorar en beneficio de residentes y turistas. Uno de ellos es el tráfico.

El centro del barrio, la plaza del Oeste «es una rotonda en un barrio sin plaza», critica. Un cruce de caminos pensado para el tráfico antes que para los peatones. ZOES tiene una visión muy diferente de cómo debería ser este espacio, «un poco más verde», amigable con las personas y con menos coches.

No plantean la completa erradicación de la circulación, pero sí que una parte se pueda reconducir por la avenida de Villamayor y que en algunos momentos se pueda restringir el tráfico de esta plaza. «Quizá durante los fines de semana se podría cortar la circulación, o solo una parte de ella de marzo a octubre dejando acceso solo residentes», propone Inmaculada Cid. El coste, añade, sería mínimo y resultaría más beneficioso que las señales que limitan la velocidad a 20 kilómetros porque asegura que no se respetan.

No se aprovechó la oportunidad de mantener reducido el tráfico en este entorno como se hizo en distintas fases de la pandemia y «el momento llegará cuando Europa imponga las normas y haya que acatarlas», a juicio de la presidenta vecinal, que no ve voluntad por mejorar la situación.

Uno de los problemas del paso de vehículos por esta plaza y la calle Fray Luis de Granada es que se trata de una zona de tránsito de escolares a dos colegios literalmente pegados uno al otro: el Juan Jaén y Trinitarias. A las horas de entrada y salida se produce una aglomeración de coches y personas que supone un riesgo. Hace varios años las AMPAS de los dos centros, la asociación de vecinos y el Ayuntamiento planearon la puesta en marcha de Caminos Escolares. Este plan permite que los alumnos puedan ir solos caminando a clase de forma segura, bajo la vigilancia de algunos adultos, como ya se hace en otras ciudades o en Villamayor. Pero la asociación lamenta que el Consistorio haya dejado el proyecto durmiendo en un cajón.

En un barrio de cemento y calles estrechas, ZOES pone la mirada en los espacios desaprovechados a los que se les puede sacar mucho más partido. Ese es el caso de la calle Gütemberg. Aunque cuenta con una pequeña zona ajardinada, aspiran a que sea mucho más verde y bonita. Durante años el césped que había allí era el lugar al que iban a hacer sus necesidades todos los perros de los alrededores y tras muchas reivindicaciones consiguieron que fuera sustituido. Hace 4 años plantaron rosales, pero la asociación denuncia que no florecen y que pese a que han pedido que sean reemplazados por aromáticas u otra especie que dé mejores resultados «el Ayuntamiento no hace nada». Y los vecinos quieren ver reverdecer toda la calle para que sea más atractiva de disfrutar.

También quieren más árboles y arbustivas en tres de sus avenidas: las de Italia, Portugal y Villamayor. Vegetación en función de los espacios disponibles en los distintos tramos de cada una. Con especies con las dimensiones adecuadas. Pero para la de Villamayor ven necesaria una remodelación integral adaptada a los nuevos tiempos y la renaturalización que reclama Europa para mitigar el efecto del cambio climático en las ciudades.

Pero sin aspiraciones tan ambiciosas, la asociación reclama cuestiones más diarias, como la limpieza. Lamentan que las aceras e incluso los edificios no están tan limpios como deberían. Entienden que es urgente una limpieza integral y un mantenimiento. En Álvaro Gil, por ejemplo, durante las obras se colaron personas que llenaron de pintadas muchas paredes que no se han limpiado todavía pese a las quejas.

El barrio del Oeste, y en especial la calle Wences Moreno, cuentan con bastante comercio. Inmaculada Cid defiende el valor de los establecimientos de cercanía. Destaca el duro trabajo de los comerciantes y sus esfuerzos por adaptarse a todos los cambios en los tiempos que corren. Por eso considera que «con un poco de apoyo» podrían hacer mucho más. Así, propone que el Ayuntamiento podría hacer un proyecto piloto con ellos que después se pudiese trasladar al resto de la ciudad. Asegura que no se necesitaría mucho dinero, sino asistencia para digitalizar procesos, actualizarse, mejorar el servicio y la imagen, así como iniciativas de dinamización. También considera importante que la propuesta hiciera hincapié en la sostenibilidad y el reciclaje y que entre las tiendas, los centros educativos y las asociaciones hicieran un plan integral de concienciación e impulso de medidas vinculadas a la economía circular.

ZOES puede presumir de ser la asociación vecinal con más actividades de la ciudad. Nada menos que 85 de forma estable, a las que hay que sumar apoyo tecnológico, asesoramiento jurídico y orientación psicológica, entre otras iniciativas.

La asociación lleva a cabo en su sede intercambio de libros, ropa y esquejes de plantas. Además, ha empezado a organizar mercadillos de intercambio. Tras el éxito del primero realizaron un segundo y pretenden mantenerlo con cierta periodicidad.

Con más de 200 obras, seguirán potenciando su Galería Urbana y el año que viene quieren «doblar el Carnaval» con nuevas iniciativas. Por todo ello, aunque falten por mejorar muchos aspectos del barrio como señala la Cid, la cultura sigue efervescente en el barrio del Oeste.

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