Zona afectada por el incendio forestal de Monsagro. ICAL

Autorizada la corta de madera quemada de los incendios del verano en Salamanca

Medio Ambiente autoriza talar miles de árboles quemados en doce zonas de Castilla y León, entre ellas, Monsagro

Félix Oliva

Salamanca

Lunes, 3 de octubre 2022, 10:33

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio acordó la extracción de madera quemada de pino (Pinus spp.) en las zonas afectadas por 12 incendios forestales de este verano en Castilla y León, a excepción de los productos utilizados para las labores de emergencia que se lleven a cabo, según una orden publicada hoy en el Bocyl.

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Entre los señalados, el incendio de Monsagro, que ha quemado más de 8.00 hectáreas y que fue extinguido en septiembre más de dos meses después de iniciarse. Hace unos días, la Junta licitó en 26 lotes la corta de los 200.000 metros cúbicos de madera afectados.

Los contratos han suscitado un gran interés entre los madereros y su precio se ha disprado, multiplicándose por dos y por tres el precio de salida en la licitación, con un montante total de 4,6 millones de euros a falta de algunos lotes que quedaron desiertos.

En la lista de los fuegos afectados por la corta de madera, el dramático incendio de Losacio (Zamora), que acabó con la vida de tres personas, y que afectó a un total de 17 municipios, de los cuales ahora se efectuará esta saca. Junto a éste, el de Ferreras de Abajo (dos términos municipales), Losacino (tres), Figueruela de Arriba (un único municipio) y Almaraz de Duero (cuatro).

En Ávila se acordó la retirada de la madera de pino en el incendio de San Juan de la Nava (dos municipios afectados), Cebreros (tres) y Santa Cruz del Valle (cuatro); en Burgos, el de Quintanilla del Coco (siete), en León, el de Montes de Valdueza (tres municipios), en Salamanca, el de Monsagro (nueve) y, por último, en Segovia, el de Navafría (tres).

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Objetivo, evitar plagas

Una de las consecuencias «más graves» dimanante de estos incendios es la extrema vulnerabilidad al ataque de plagas forestales de los árboles que han sobrevivido al efecto del fuego y, en caso de producirse ese ataque, «sus previsibles acciones negativas posteriores sobre las masas forestales próximas».

Por este motivo, Medio Ambiente considera necesaria la adopción de una serie de medidas dirigidas a evitar este posible problema fitosanitario, especialmente en pinares, por la acción de insectos perforadores, sobre todo escolítidos, que pueden ocasionar graves daños.

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La presencia de madera fresca en el monte (troncos o leñas) durante la época de reproducción de estos insectos favorecerá la multiplicación de sus poblaciones, al no ver repelido su ataque por el flujo de resina que emitiría un árbol sano en pie. El incremento de las poblaciones por encima de ciertos umbrales supondrá que insectos normalmente oportunistas sean capaces de atacar pinos completamente sanos.

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