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Incendio de Monsagro ocurrido en 2022 S.H.

La herida del verano de 2022: cuando Salamanca ardió y no volvió a ser la misma

El incendio de Monsagro arrasó más de 10.000 hectáreas y dejó una cicatriz imborrable en la Sierra de Francia y sus habitantes

Sábado, 12 de julio 2025, 20:04

Cuatro y cuarto de la tarde. Es 11 de julio de 2022. Se notifica un incendio en el municipio cacereño de Ladrillar. Poco a poco y debido al fuerte viendo del sur, las llamas se propagan hacia la provincia de Salamanca, la mayor parte hacia el municipio de Monsagro. También se alcanza la zona de Las Batuecas, en La Alberca. El Maíllo, Morasverdes, Tenebrón, Dios Le Guarde, Serradilla del Arroyo y Guadapero también van a padecer las consecuencias.

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De prisa. Sin tiempo para coger sus pertenencias. Dejando atrás sus hogares sin la certeza de saber si cuando regresen seguirán en pie o como antes. Los vecinos de Monsagro se vieron forzados a desplazarse a Ciudad Rodrigo, dejaron sus casas a primera hora de la mañana del martes, 12 de julio. Una gran cantidad de humo envolvía las casas del pueblo salmantino. A las 12 del mediodía ya se superaban las 100 hectáreas calcinadas. La situación era trágica y el alcalde, Ángel Mateos, reclamaba más medios tras horas de trabajo sin descanso. El tiempo le daría la razón. Se había decretado el nivel 2 de alerta y las llamas estaban a apenas un kilómetro del municipio.

«Siento pena y tristeza, el paisaje que llevo viendo toda la vida ya no está»

Entre el ir y venir de helicópteros, de camiones y excavadoras, de Guardia Civil, Bomberos, Cruz Roja, Policía y voluntarios, los vecinos esperaban órdenes, al mismo tiempo que intentaban ayudar o esperaban con impotencia. Pilar Mateo en shock declaraba a El Norte de Castilla la situación, era ya miércoles, 13 de julio. «No nos han dejado coger nada. Ha sido todo muy deprisa. Solo cogimos lo imprescindible, pensando que volveríamos antes al pueblo. No nos falta de nada, estamos bien atendidos, pero tristes pensando en lo que está pasando. Recuerdo el paisaje de toda la vida con pena y no entra en mi cabeza que ya no está. Nunca piensas que te puede pasar a ti».

Todavía quedarían días por delante. Esa misma jornada la Junta advirtió del carácter «extramadamente virulento» que había adoptado el incendio, con riesgo extremo para el personal desplazado debido a la velocidad de propagación. Se cerró al tráfico la carretera DSA-350.

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Jueves, 14 de julio. 10 monjes fueron desalojados del monasterio de San José por la cercanía del fuego, 48 menores y 11 monitores también fueron trasladados mientras estaban de campamento en Candelario. El calor y el viento impedían controlar el incendio tras cuatro días de trabajo. El día había comenzado como el miércoles, con optimismo, la cabeza del incendio había sido detenida; acabó siendo lo contrario, todavía más hectáreas negras. Un total, de 2.100 hectáreas afectadas en Monsagro y 712 en Candelario.

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Viernes, 15 de julio. El avance del incendio obliga al desalojo de Guadapero y Morasverdes, con alrededor de 90 y uno 260 habitantes respectivamente. Los vecinos y veraneantes seguían siendo desplazados a Ciudad Rodrigo, donde los ciudadanos de Monsagro pasaban ya su cuarto día. «Los más mayores están muy nerviosos», señalaba uno de los desplazados.

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En ese momento, el incendio estaba descontrolado, con un pronóstico muy desfavorable. Aún así, se seguía evitando la entrada de las llamas a los pueblos. La llegada de cada vez más medios ayudaba -hasta 1.000 personas-, pero el calor y el aire jugaban en contra. Entre otras situaciones límite, el viernes se movilizó el ganado de la zona de Tenebrón, tierra agrícola de la zona, cada vez más cerca de Dios Le Guarde, donde los residentes trabajaban con sus tractores para hacer de cortafuegos a la entrada del municipio, dificultando el avance de las llamas.

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«Si no es por la colaboración ciudadana, se nos quema el pueblo»

Los vecinos de Tenebrón mostraban su descontento; rabia, frustración, nervios y mucha incertidumbre. «A las 18:15 horas ha sido la última vez que he llamado al 112 y nadie me ha hecho caso, estamos todos indignados en la zona, aquí no se ha presentado nadie», lamenta Eli Sánchez, vecino de Tenebrón, quien entiende que «es normal que se quiera salvar el Parque Natural, pero es que a nuestro pueblo no se ha mandado ningún medio para ayudarnos, si no es por la colaboración ciudadana, se nos quema el pueblo».

El primer rayo de luz

Un rayo de luz salió el sábado. Los 54 vecinos de Morasverdes pudieron regresar a sus hogares, mientras que los de Guadapero y Monsagro todavía tendrían que esperar hasta el martes. El hecho de que el incendio debastara el valle mantenía en alerta a las autoridades. No se fiaban. El domingo solo medios terrestres pudieron operar, los fuertes vientos impidieron la presencia de aparatos aéreos.

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El lunes, una semana después, con hasta ocho días de trabajo acumulados, la Junta de Castilla y Léon mantenía el nivel 2 de peligrosidad. En la zona se mantenían nueve helicópteros, incluidos dos bombarderos de gran capacidad y uno en labores de coordinación, así como dos aviones anfibios y uno de carga en tierra. Les acompañaban siete técnicos, 23 agentes medioambientales, nueve cuadrillas de especialistas, una brigada helitransportada, dos buldócer, 26 autobombas, una cuadrilla nocturna, 20 cuadrillas de tierra, una unidad móvil de análisis y planificación y una unidad de intervención de la UME.

120 voluntarios de Cruz Roja estuvieron prestando apoyo en la provincia. En concreto, en labores de avituallamiento día y noche a los integrantes en el operativo contraincendios, incluyendo el traslado y reparto de alimentación y bebidas procedentes de entidades locales y asociaciones. También en el apoyo logístico, avituallamiento y filiación de unos 170 vecinos evacuados a Ciudad Rodrigo.

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El principio del final

El martes, 19 de julio, fue el principio del final. Un final que se escribirá en el futuro, cuando una parte al menos del paisaje se recupere. Si es que se puede. Ese martes fue el primer paso hacia un largo proceso de recuperación. Todavía se mantenían cuatro puntos conflictivos, pero la previsión meteorológica llevaba a la esperanza, dando comienza a la desescalada de emergencia.

Ese mismo día, los vecinos de Monsagro y Guadapero regresaron a sus casas.

El 20 de julio descendió al nivel 1 y no fue hasta el 29 de julio cuando se decretó en nivel cero de peligrosidad. 18 días después de ser declarado y con 8.600 hectáreas calcinadas. La mitad de esos días estuvo en nivel dos, con alta peligrosidad y varios focos simultáneos. El 1 de agosto la Junta dio por controlados los incendios forestales de Monsagro y Candelario en Salamanca.

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24 de octubre de 2024. Este día las empresas madereras acabaron su trabajo tras talar medio millón de árboles de los bosques que se quemaron en el verano de 2022. En la provincia de Salamanca la superficie afectada fue principalmente de arbolado, con 4.894,43 hectáreas. Además, se quemaron 1.259,35 hectáreas de matorral; 1.198,06 de pasto; 1.178,86 agrícolas; y 91,95 hectáreas consideradas como 'otras'.

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