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Monsagro tras el fuego: un paisaje negro sobre verde y sin árboles
Un año después del devastador incendio, los montes de Monsagro, Serradilla, El Maillo o Cepeda están 'pelados' de árboles que están siendo talados para evitar plagas: tardarán décadas en recuperarse
El 11 de julio de 2022, un fuego procedente de Extremadura entró en Salamanca para causar el mayor incendio forestal de la historia de la provincia de Salamanca. Las llamas se cebaron con Monsagro, Serradilla y Cepeda dejando un paisaje calcinado. Hoy, más de un año después, la imagen de la zona es un negro sobre verde sin árboles. La vegetación lucha por aflorar, pero quedan muchos restos carbonizados y buena parte de la masa forestal ha sido talada como parte de los millonarios contratos firmados para retirarla y evitar plagas.
Tras originarse por rayos en la localidad de Ladrillar, las llamas corrieron camino de Monsagro, una zona especialmente sensible y que ya había sufrido el impacto de los incendios en los últimos años. Durante nueve días, permaneció en nivel dos de alerta debido a su alta peligrosidad y varios focos simultáneos y obligó al desalojo de tres pueblos (Guadapero y Morasverdes, además de Monsagro) y del monasterio de San José de Las Batuecas. Quemó 8.600 hectáreas, tardó casi un mes en declararse controlado y casi dos en ser extinguido: no lo estuvo oficialente hasta el 5 de septiembre.
La imagen de la zona hoy es la de montes 'pelados', sin una sola copa libre del fuego. Se ha trabajado para evitar que los daños sean mayores, con albarradas y replantando, pero la zona no se recuperará, con suerte, hasta dentro de diez años, aunque la masa forestal tardará mucho más en ser lo que era. Quedan muchos años de montes sin árboles.
Albarrada construida con troncos de la zona para evitar corrimientos de tierra.
Zona donde se están replando árboles.
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